Seat es una compañía automovilística que Volkswagen adquirió hace más de veinte años (1985), y que hoy le representa graves problemas a esta. Una larga temporada de resultados críticos ha llevado a Volkswagen a tomar serias medidas con respecto a la filial española Seat que hace no mucho tiempo venía por muy buen camino de la mano del señor James Muir y su predecesor Erich Schmidt.
La fuerte medida a que hacemos alusión consiste en el enfriamiento de los planes de crecimiento de las sucursales de la compañía en China, Rusia y Latinoamérica para centrarse en las existentes en Europa, especialmente España. El despido de más de 393 empleados de oficina es otra de las decisiones que se ha tomado desde la alta dirección de la empresa.
En muchas ocasiones es necesario tomar determinaciones fuertes con la intención de crecer, hace parte esto del pensamiento largo-placista que caracteriza a las múltiples compañías exitosas. Es este un claro ejemplo de esa radicalidad y, aún creyendo muy poco en lo que dictan los pronósticos, el conocimiento de experiencias similares nos hace pensar que Seat saldrá a flote y todo se normalizará como lo esperan los directivos de su marca madre Volkswagen.