Carlitos llegó a la escuela, ese día la profesora recibió a todos los niños y les dijo: Hoy vamos a pintar. Carlitos se puso muy contento, pensó para sus adentros, «me parece genial, me encanta pintar», a continuación sacó las crayolas y rápidamente se puso a hacer monigotes, a pintar carritos que era lo que más le gustaba hacer. La profesora le dijo: un momento, empiecen a pintar sólo cuando yo lo ordene, Carlitos esperó la orden.
Acto seguido la profesora dijo: Ahora pueden empezar, pero hoy vamos a pintar flores. Carlitos se dijo para sí: ¡huyyy, genial!, también me encanta pintar flores y pintó una margarita. Pero la profesora le dijo: No, no, hoy vamos a pintar rosas, no vamos a pintar margaritas. Carlitos inmediatamente hizo una rosa con tallo negro y pétalos amarillos, ¡lindísima! Pero la profesora inmediatamente dijo: No, vamos a pintar rosas de tallo verde y pétalos rojos. Carlitos la hizo, le quedó muy linda y le gustó como le quedó su rosa.
Al día siguiente la profesora dijo a los niños: Hoy vamos a jugar con barro. Carlitos saltó de alegría e inmediatamente empezó a hacer muñecos hasta tanto la profesora dijo: No, no, empiecen sólo cuando yo lo ordene. Carlitos esperó. A continuación la profesora dijo: hoy vamos a hacer platos. Inmediatamente Carlitos empezó a hacer platos pequeños, platos grandes, y la profesora dijo: No, no, vamos a hacer platos hondos como éste que estoy dibujando aquí. A continuación Carlitos hizo el plato hondo, le quedó muy bien y él quedó muy contento con lo que había hecho.
Unos meses más tarde el papá de Carlitos fue trasladado a otra ciudad. Cuando Carlitos llegó al nuevo colegio la profesora le dijo el primer día: Niños, hoy vamos a pintar. Carlitos se dijo internamente: ¡Maravilloso! Y esperó. Al buen rato y dándose cuenta de que sus compañeros estaban dibujando dijo: ¡Hey! Profesora, usted no ha dado la orden de empezar. La profesora respondió: No, yo no tengo que dar ninguna orden. Fíjate que los otros niños ya están dibujando. Carlitos le preguntó a la profesora: sí señorita pero, ¿qué pinto? La profesora respondió: Tú tomas la decisión y pintas lo que quieras. A lo cual replicó nuevamente Carlitos: No, pero si usted no me dice, entonces yo no sé qué hacer. Es tu decisión, dijo nuevamente su profesora.
Carlitos estuvo pensando unos minutos, finalmente sacó las crayolas y con mucha tristeza dibujó una rosa con tallo verde y pétalos rojos.
Reflexión:
Esta historia de creatividad es la invitación a que seas el conductor de tu propia vida, a explorar y vivir la aventura de crear una empresa desde tu barrio, tu ciudad para el mundo. Te invita a realizar y construir tu propio proyecto de vida desde tu realidad actual. Para ello te invitamos a que observes y descubras tus potencialidades y las oportunidades que el medio te brinda. ¡Ah! Y no olvides que: no basta una idea creativa, es indispensable la acción creativa que transforma esa idea en algo útil para la sociedad y que existan procesos permanentes de creatividad!
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