Las Ventajas Competitivas en el desenvolvimiento profesional se encuentran ocultas en los pequeños detalles, en hechos sutiles. La lógica Estratégica ayuda a encontrarlos y los hace evidentes para aquel que los busca.
Lyndon B. Johnson, el 36vo presidente de los Estados Unidos, fue uno de los políticos más sobresalientes en la utilización de técnicas de relacionamiento personal y productividad orientadas a destacar sobre sus pares.
Una de las que aplicó con efectividad en su extraordinaria carrera en el Senado norteamericano consistía en trabajar específicamente cuando sus colegas descansaban. Esto incluía recesos, periodos de alimentación, horarios al final de las jornadas formales, días de fin de semana, periodos festivos, etc.
La lógica de Johnson se basaba en algo simple: los periodos de trabajo “formal” generalmente se invierten en rutinas irrelevantes, en tanto que toda inversión de tiempo y trabajo fuera de rutinas establece diferencias y ventajas concretas.
A primera vista la lógica parece costosa y desgastante, pero cuando se aprecia la Estrategia involucrada, el resultado es opuesto. Y es que muchas personas no llegan a percibir que son precisamente las Rutinas las que desgastan, desmotivan e impiden que el hombre que quiere destacar emerja sobre la media.
Estas son algunas de las premisas estratégicas que sustentan la recomendación:
1.- El método debe aplicarse para alcanzar objetivos concretos, y debe ser usado hasta el momento que se obtenga la Ventaja Competitiva.-
Si los objetivos no están claros el esfuerzo resulta absurdo. Y por otra parte, si el método se aplica más allá del punto en que se han alcanzado los objetivos, se convierte a la vez en una rutina y pierde sentido.
Lyndon Johnson aplicó esta lógica de trabajo cuando llegó al Senado norteamericano como miembro recién electo. Desconocía prácticamente todo lo relacionado a su nuevo trabajo y tenía el objetivo de interiorizarse rápidamente de todo lo que fuese necesario y útil. Lo consiguió en un periodo de tiempo bastante corto, y se convirtió en un experto reconocido hasta el día de hoy por la historia de ése cuerpo legislativo.
Luego se planteó el objetivo de ser Líder de la representación del Partido Demócrata en el Senado. Lo consiguió también en breve tiempo. De hecho fue el miembro más joven de la historia de la Cámara en conseguirlo.
Posteriormente trabajó para ser candidato por el Partido Demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos y consiguió el nombramiento de Vicepresidente en la plataforma de John F. Kennedy. El resto es historia.
Los objetivos estaban claros. La Ventaja Competitiva perfectamente identificada.
Y los resultados del trabajo fueron sorprendentes, porque a pesar de sus cualidades personales Johnson nunca se incluyó en el grupo de los políticos “brillantes” de su generación. La explicación de su éxito fue Trabajo Inteligente, y como elemento sustancial de ello “trabajar mientras los demás descansan y “descansar” mientras el resto trabaja”.
2.- El método se basa en la Administración de Energía y no en la Administración de Tiempo.-
La energía personal debe aplicarse en las tareas de la “ruta crítica” que conducen al objetivo planteado. No debe invertirse más energía de la necesaria en aspectos de la rutina que no lleven a lo deseado.
¡Simple!
Y no solo simple, también estratégico al ciento por ciento, por una razón básica: ¡la mayoría de la gente no lo hace!
El común de las personas alinea su inversión de energía con el tiempo. Realiza tareas y cumple metas administrando tiempo, no energía.
Un gran porcentaje de las tareas que se hacen en la jornada promedio de trabajo convencional, NO tienen impacto positivo en los resultados que importan.
Quién administra su energía descansa, mientras otros invierten la suya “quemando tiempo”.
3.- Descansar no significa “no hacer nada”, descansar involucra invertir menos energía u orientar los esfuerzos a tareas que generan contentamiento.
Una persona puede “descansar” mientras está haciendo un trabajo convencional. Todo depende de la energía que esté invirtiendo y el tipo de tarea que desarrolle.
Cuando se invierte energía mientras otros “descansan” se consiguen ventajas competitivas que permiten disminución de ritmo y sosiego. ¡Justamente de eso se trata la VENTAJA!
En una Sociedad que cada vez hace más apología del “descanso” vinculado al ocio o la “desconexión” de las tareas oficiales, obtiene ventaja sin gran dificultad quién sabe administrar su energía aplicándola a la “ruta crítica” de las tareas que llevan al objetivo, y se relaja luego haciendo labores menos demandantes.
Por otra parte, quién desarrolla tareas que le producen contentamiento, pocas veces se siente cansado o con necesidad de “desconectarse”.
Lyndon Johnson tomaba pequeñas siestas en el día mientras se trasladaba de un lugar a otro o cuando esperaba el desarrollo de algún evento. El ritmo afectó su salud en determinado momento, pero no debe olvidarse la naturaleza del objetivo que perseguía y la propia naturaleza de su carácter. Ello no le quita virtud al hecho de aprender a “descansar” más allá de la forma que indican los convencionalismos.
Porque en buena parte de esto se trata precisamente el asunto, de APRENDER a descansar, y de hacerlo con la misma aplicación que se dedica a lo laborioso.
4.- El Ritmo Colectivo vs el Ritmo Individual.-
Cuando el individuo no se distingue del Colectivo propende a ser mediocre. Por ello resulta relativamente sencillo destacar sobre la media, porque el Colectivo involucra precisamente a la mayoría de las personas.
“Cuando todos trabajan, en realidad nadie trabaja”, o, viéndolo desde otra óptica: queda en evidencia el trabajo de aquél que lo hace cuando los demás descansan.
En esto existe un factor cualitativo de importancia.
Habitualmente las personas trabajan en beneficio de un Sistema que deben hacer funcionar, esto es el Ritmo Colectivo. Cuando se aplica el Ritmo Individual el beneficio es primero para la persona y en segunda instancia para la cualificación del Sistema.
Si se tienen objetivos individuales bien definidos (en el marco del Sistema en este caso), debe trabajarse cuando los demás descansan, solo así se emerge sobre la media.
El Ritmo Colectivo no tiene nada que ver con el trabajo en equipo, es una alusión al nivel de productividad que tiene el trabajo de la masa en relación a la que puede alcanzar un individuo con el control completo y soberano de sus actos.
5.- “No hago nada que otro pueda hacer por mí”.-
“Descansar” mientras los demás trabajan también involucra gestionar con habilidad la división de tareas y delegación de labores.
La premisa estratégica para el liderazgo ayuda en esto: “no hago nada que otro pueda hacer por mí”. Ello garantiza que las tareas propias se enfoquen en la ruta crítica de los objetivos planteados y en actividades distintivas.
Todas las personas poseen talentos, habilidades y cualidades únicas respecto a los demás, y cuando las tareas se concentran en ellas se desarrollan rápidamente los fundamentos de la Ventaja Competitiva.
No hay nada más irrelevante para el desarrollo personal o profesional que hacer rutinariamente tareas que “todo el mundo” puede hacer de igual o mejor manera.
Esto no aporta nada a las Ventajas Competitivas. Quien quiere destacar se enfoca en desarrollar aquello que lo distingue de los demás, y organiza el resto de la tareas para que las hagan otros, o al menos para que no constituyan factor central en su dispensación de energía.
En esto último juega mucho el factor de Poder, evidentemente, dado que no siempre se cuenta con él para determinar aquello a lo que se quiere dedicar la energía. Pero el hecho de hacer el esfuerzo para “distinguirse” de los demás conduce precisamente a la obtención progresiva de ése Poder, y permite salir de los circuitos de trabajo colectivo.
En lo referente a “no hacer nada que otro pueda hacer por mí” aplica el uso de toda tecnología, mecanismo o método que facilite y alivie el trabajo o la inversión de energía.
Ninguna persona que se sienta ajena al desarrollo de la tecnología o métodos que ayudan en el trabajo podrá desarrollar Ventajas Competitivas.
Lyndon B. Johnson sumaba otras prácticas estratégicas a la de “trabajar mientras otros descansan y “descansar” mientras otros trabajan”:
- Observar meticulosamente el funcionamiento de las organizaciones y los circuitos de Poder.
- Identificar e individualizar a los individuos que “hacen funcionar el Sistema”.
- Identificar las necesidades y móviles que dinamizan el trabajo de las personas que “hacen funcionar el Sistema”.
- Constituirse en la persona que proporciona respuestas a “esas” necesidades y se alinea con los móviles de los individuos que “hacen funcionar el Sistema”.
- Desarrollar una sólida y eficiente técnica de relacionamiento personal fundamentado en la interacción “cara a cara” con los colegas de trabajo.
- Optar siempre por ser gentil en lugar de hacer prevalecer un argumento propio, por mucho que se tenga la razón.
- Ser “político” siempre, especialmente con aquellas personas que no le agradan a uno o a las uno no agrada.
- Ser generoso en la dispensación de cumplidos y regalos, fundamentalmente con aquellas personas que “no hicieron las cosas bien” en determinado momento, en lugar de “premiar” el buen desempeño. Esto genera identificación y lealtad de la gente a mediano y largo plazo.
- Demostrar humildad en todo acto con los demás, aunque en los hechos no se pueda ser una persona humilde.
- Solidarizarse siempre con el “caído”, con la persona que la está pasando mal, con aquel que eventualmente recibe el rechazo o el juicio de los demás. Johnson aplicó esta lógica con Hubert Humphrey cuando éste era un joven Senador que terminó aislado por la falta de apoyo y la crítica de sus colegas. Se solidarizó con él precisamente en esos momentos y ganó un aliado incondicional por muchos años, uno que se convirtió luego en su Vicepresidente y candidato a la Presidencia de los Estados Unidos.
Es un hecho que la Política y la Estrategia establecen finalmente una Simbiosis, porque en tanto que la primera puede, en definitiva, considerarse el “arte del buen gobierno”, la segunda es el “arte del buen gobierno para interactuar con agentes competitivos”.
DATOS DEL AUTOR.-
Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.
Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”
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