Hace tan solo apenas unos lustros, Internet se presentaba al mundo como algo desconocido y completamente ajeno al mundo empresarial, sobre todo en lo referido a las ventas online, y tan solo en cuestión de unos pocos años ese portal intercomunicado llamado Internet se abrió al mundo y evolucionó dando origen a un nuevo portal tal y como lo conocemos actualmente, una herramienta y medio de comunicación tan poderoso como la propia palabra.
Las empresas no van a ser menos y hoy ya es extraño que cualquier negocio que inicia su aventura en los mercados no cuente con una página web y unas cuantas redes sociales enlazadas para ofrecer sus servicios a todo el planeta, de echo aparecen muchas más empresas virtuales, sin operación física alguna, que las propias tiendas tradicionales que abrían con local. Esta es una de las ventajas que ofrece Internet, la posibilidad de abrir una tienda online con opción a que el comprador elija lo que desea, lo pague y lo reciba en su domicilio en un plazo considerablemente corto.
Las ventajas de este sistema son innumerables ya que ofrece agilidad en el trámite, comodidad para el cliente que puede buscar aquello que necesita desde casa sin necesidad de desplazarse y seguridad en el pago gracias a las nuevas tecnologías aplicadas a la privacidad de las operaciones además de ofrecer multitud de plataformas de pago distintas para que sea el cliente el que escoja el método que más le convenga en ese determinado momento.
Aun siendo un sistema revolucionario y en continua evolución y mejora, aún cuenta con muchos usuarios un tanto desconfiados sobre la posibilidad de realizar pagos a través de Internet por miedo a la sustracción de terceros de sus datos bancarios, algo que desgraciadamente sucede todavía en un reducido número de las operaciones que se realizan.