No sé cuántos de vosotros jugáis al Golf. Desde que este deporte se ha popularizado a base de más campos públicos y reducción de precios en general, hay más gente interesada.
Una vez, hablando con un profesional, me decía que una de las diferencias (evidentemente no la única) entre un aficionado y un profesional de primera línea es que el profesional entrena a diario y golpea unas 200 bolas diarias. Cada día, llueva o truene.
Fotografía creada por Company Golf Sessions usada bajo una licencia CC BY 2.0
Practicar, como decía en el post anterior ¿Influye la Presentación en el Resultado? te lleva al Carnegie Hall. Aprovechad cualquier ocasión para hablar o presentar en público (bodas, bautizos comuniones) pero sobre todo, ensayad la presentación hasta que la interioricéis. Eso os permitirá, en primer lugar, limar poco a poco las zonas menos interesantes de la presentación y por otro lado, afrontar cualquier incidente que ocurra durante la presentación.
La mejor manera de practicar una presentación (excepto la de buscar soporte profesional) es con una cámara de video o un espejo. Eso te permite verte a tí mismo mientras estás en medio de tu presentación. Las primeras veces te sentirás ridículo hablando solo, pero al cabo de un rato, empezarás a soltarte durante tu presentación y podrás verte en los vídeos y empezar a autocorregirte en la medida de tus posibilidades. Repite y ensaya una y otra vez tu presentación, hasta que puedas repetir la presentación sin soporte, sin público y sin pensar demasiado. Cuida cada detalle y sé exigente contigo mismo. Ese es el camino a mejorar en tus presentaciones: ensayar y ensayar.
Si quieres más información sobre técnicas de presentación en público, visita el blog de Mynima.