Que asistimos a una debacle social de gran magnitud es una realidad irrefutable… la crisis social que se desató allá por las tierras griegas como respuesta al abuso logró, de la mano de una brecha cada vez mayor entre el mundo virtual y la vieja economía, integrarse y dar el salto.
Podemos casi imaginar a todas las personas que hoy conforman los movimientos sociales, las masas que aclaman por sociedades 2.0 por democracias 2.0 por políticos 2.0…. saltando de las pantallas al mundo real e invitándonos, como parte de nuestras técnicas de marketing habituales como emprendedores, a analizar fehacientemente la información subyacente a fin de identificar… predecir… actuar.
Si bien es cierto que para quienes conformamos el universo mixto ya que vivimos el nacimiento de la red y su evolución hasta el momento actual, somos un poco más escépticos en el análisis y siempre recordamos como parte esencial del crecimiento, cómo fue nuestra falta de responsabilidad la que nos llevó a confiar en el sistema y poner en sus manos nuestra supervivencia con tal de satisfacer un conjunto de necesidades emocionales carentes totalmente de eficiencia y valor agregado, es también una realidad que la oportunidad está ahí.
El libre albedrío sigue siendo Internet a los seres humanos y en el momento actual la dicotomía es clara;
O se sigue manteniendo el engaño que tiene revolucionado al mundo entero con la crisis de credibilidad y confianza que persigue y condiciona a la clase política, la crisis del crédito que ata las manos a los poderosos, la crisis de valores que lleva a la cárcel a personajes influyentes y estandartes de la honestidad y el compromiso…etc.…
O por el contrario…. Nos volvemos cada vez más eficientes y nos situamos en el momento actual de forma integral, cuando decimos que el emprendimiento es una forma de vida, lo decimos literalmente.
Internet… y las redes sociales no son más que los instrumentos que permiten lograrlo, no es otra forma de hacer negocios, ganar dinero y mantener en alza la exaltación de las necesidades emocionales, aunque para ello tengamos que hacer acopio de los pecados que hoy penalizan las plataformas tecnológicas.
Cuidado además con la integración, la exclusión… en el momento actual debe producirse por convencimiento; ya que no será sino a través de la recuperación de la confianza que las sociedades puedan volver a ser eficientes, encontrando nuevas formas de satisfacer necesidades en las que la generación de recursos individuales se pongan a disposición de una civilización nueva.
Pero volviendo a la clase política y la delgada línea que en el momento actual nos separa de escenarios en los que los conflictos sociales dieron lugar a escenarios adversos, la falta de credibilidad es mucho más que un castigo en las urnas… la exaltación de la desesperación, los seres humanos acorralados por la falta de recursos, por la imposibilidad de proteger a sus familias, por la falta de dignidad, en definitiva… dominados por el miedo, saltan las líneas.
Líneas que no se pueden retornar y que nos sitúan ante un momento histórico delicado en el que nuestro libre albedrío es la exaltación más antropológica y en la que el mejor ejemplo lo encontramos en el entramado social actual donde, únicamente a través del compromiso con la calidad y la honestidad, con el modelo y los usuarios, es que se puede lograr una buena reputación.
El marketing político nos sirve para evaluar la coyuntura actual, retomemos la senda del libre albedrío eficiente.
Carolina Velasco
Experta en SEO/SEM/SMM de TecnicasMarketing.com