Piensa en toda la información que te llega al cabo de un día por medio del oído.
Tu jefe, tus colegas, tus clientes y tus proveedores al igual que tu familia y amigos se comunican contigo continuamente.
Pregúntate: de todo lo que escuchas ¿cuánta atención prestas al contenido de cada mensaje? ¿Cuánto recuerdas en realidad de cada una de estas conversaciones que has mantenido al cabo del día?
Sé sincero contigo mismo: lo más probable es que es mucho menos de lo que quisieras.
Muchas veces nuestra actitud aparenta que estamos escuchando atentamente a la otra persona, pero en realidad nuestra mente está ocupada en otros temas o incluso planificando la respuesta que vamos a dar a nuestro interlocutor.
Cuando estamos preocupados por nuestros propios pensamientos podemos perder partes importantes del mensaje que la otra persona está intentando transmitirnos.
Por esa razón y al igual que muchos otros aspectos de la comunicación, saber escuchar es una habilidad.
El mejor oyente es aquel que es capaz de retener la mayor cantidad de información de lo que otros están diciendo. Lograr ser un interlocutor válido puede significar un gran paso en tu carrera a la vez que te ayudará a fortalecer los vínculos con tu familia y amigos.
La técnica llamada de “Escucha Activa” está orientada a lograr que quien la practica pueda realizar un esfuerzo consciente para escuchar y sobre todo para entender lo que otras personas están intentando decirnos.
Para ser eficaces oyentes se debe prestar la mayor atención al contenido global y específico de lo que otros nos están transmitiendo e incluso a la forma en la que lo expresan, con el objetivo de poder entender el mensaje completo.
Hay varias cosas que puedes hacer para llegar a ser un oyente activo.
En primer lugar: es necesario prestar atención. Aunque pueda parecer un poco obvio, en realidad no lo es y sin dudas constituye la parte más importante de la escucha activa.
Te daré algunos consejos:
- Siempre debes mantener el contacto visual con la persona con la que tienes una conversación.
- No hagas caso de factores externos, como pueden ser otras charlas o la música ambiente; de este modo serás capaz de centrarte únicamente en lo que la otra persona te está diciendo.
- Respecto a tus propios pensamientos, retenlos y ponlos “en espera”, olvídate de todo lo que no sea entender el mensaje que estás recibiendo y no planifiques la respuesta.
También necesitas demostrarle a quien te esté hablando que realmente le estás oyendo.
Pregúntate: ¿cuántas veces has tenido conversaciones en la que dudabas de que la otra persona estuviera prestando atención a tus palabras? Es una situación muy incómoda, pues sientes que el otro está allí, estático, mirando al horizonte y tú le estás hablando a una pared.
Por eso es tan importante demostrar que estás realmente escuchando lo que tu interlocutor quiere explicarte, comentarte o consultarte.
Para ello no hay nada más sencillo que usar el lenguaje corporal: asentir con la cabeza, hacer gestos de que continúe, decir que “si” de vez en cuando. Estas señales no implican necesariamente que se esté de acuerdo con lo que se oye, sino que le demuestran a quien habla que está siendo escuchado.
Otra de las bases de la Escucha Activa es proporcionar información sobre lo que la otra persona acaba de decir, algo que suele llamarse Feedback o retroalimentación.
Esto es muy importante ya que cada uno de nosotros suele escuchar la información que recibe a través de sus propios filtros y juicios personales y esta actitud podría afectar nuestra comprensión del mensaje.
Para asegurarte de que has oído y entendido el mensaje correctamente, parafrasea o repite lo que ha dicho la otra persona. También puedes hacer preguntas para obtener más información y que quien habla sienta que eres receptivo.
Pero asegúrate de estar escuchando lo que te dicen antes de planificar tu respuesta, pues lo contrario puede ser contraproducente y llevaría al interlocutor a sentirse frustrado.
Estos dos últimos elementos de la Escucha Activa son sumamente importantes; recuerda que para ser un buen oyente debes aplazar los juicios y responder apropiadamente.
Aplazar los juicios significa no interrumpir cuando la otra persona está hablando. Una vez que haya terminado puedes responder de manera apropiada con una respuesta honesta y acorde a lo que te estuviera diciendo.
La escucha activa es una habilidad que cada persona debería utilizar en su vida diaria. Seguramente evitaría más de un conflicto de los muchos que se generan por falta de entendimiento.
En todos los ámbitos, cuanto mejor sepamos escuchar, más información recibiremos de las personas que nos rodean. Esto nos ayudará a tomar mejores decisiones y nos permitirá captar muchos más detalles que a otros se le pueden escapar. Puedes encontrar esta habilidad de comunicación y otras como causar buenas primeras impresiones, habilidades de negociación o como preparar reuniones efectivas en AulaInteractiva.
Acerca del Autor:
Este articulo fue escrito por Carlos del Castillo, Socio fundador y CEO de AulaInteractiva y Graduado Superior en Ciencias Empresariales Internacionales (ADE) por la Universidad Pontificia Comillas en Madrid, programa Dual en ‘Internacional Business Management’ por la ‘European School of Business’ en Alemania (Reutlingen). Más de 10 años de experiencia laboral en puestos de Project Manager y Account Manager. Actualmente reside en Barcelona.