Tomar decisiones no es algo que sea del agrado de todos. Es algo que normalmente evitamos, nos han educado para tomar decisiones “acertadas” hacer “lo que debemos” y el miedo miedo a fallar nos conduce a aplazarlas indefinidamente.
En este artículo veremos algunas claves que te serán de gran ayuda para tener un punto de vista más claro a la hora de decidir.
¿Qué ocurre si no tomamos decisiones?
Está claro que cuando hacemos cosas, pasan cosas, pero el no hacerlas también tiene consecuencias.
Los efectos de no tomar decisiones y dejar que las situaciones “se resuelvan solas” puede llegar a ser el perder la noción de control sobre nuestro futuro, si nos dejamos llevar por las circunstancias acabaremos sintiéndonos en manos del destino, o lo que es peor, de otras personas.
Tomar decisiones nos recuerda que somos dueños de nuestra vida, refuerza nuestra autoestima, nos hace sentirnos responsables. En definitiva, tomar decisiones nos da poder.
¿Cuándo tomar una decisión?
Cuando queremos cambiar una situación, encontrar una solución o resolver un problema. Tenemos la posibilidad de tomar decisiones cuando tenemos varias opciones disponibles.
¿Qué ocurre cuando debemos tomar una decisión sí o si y no conseguimos hacerlo porque nos sentimos bloquead@s?
Claves para la Toma de Decisiones
1.- ¿Existen las decisiones correctas?
En realidad, tomamos decisiones con la información de la que disponemos en ese momento, no podemos controlar ciertas variables que se escapan de nuestro control y no podemos saber qué nos deparará el futuro.
Las decisiones del pasado ¿Fueron correctas o incorrectas? Tal vez no lo sepamos con exactitud a fecha de hoy, porque no sabemos que nuevas opciones se hubieran planteado si la decisión hubiera sido otra.
Nuestra vida está llena de posibilidades y opciones, probablemente no pase nada aunque los resultados de tu decisión no sean los esperados. Calma.
2.- Haz un buen planteamiento y clarifica.
Define con exactitud qué es lo que necesitas.
Describe de un modo sencillo (puedes contárselo a alguien o ponerlo por escrito) la situación sobre la que debes decidir, este ejercicio te ayudará a ordenar y clarificar la información.
Para ayudarte, puedes responder a estas preguntas ¿Cuál es la situación? ¿Qué necesito conseguir? ¿Para qué lo necesito? ¿Qué opciones tengo? Profundiza todo lo que puedas en estos aspectos y luego resúmelos reduciéndolos a lo esencial.
Si tuvieras que explicar la situación a tu abuelita en un minuto ¿Cómo lo harías?
3.- ¿Cuáles son tus prioridades, valores e intención?
Párate a pensar cuales son tus prioridades, valores e intenciones, identifica qué te mueve. Esto te hará definir prioridades y facilitará tus decisiones. Todos tenemos valores e intenciones, aunque en ocasiones no somos conscientes de ellos ¿Para qué necesitas tomar esa decisión?
Por ejemplo, te ofrecen un cambio profesional que conlleva viajes frecuentes, tus prioridades, valores e intenciones pueden ser diferentes cuando tienes total independencia personal que cuando tienes una familia propia y niños pequeños, aunque es algo totalmente personal.
4.- Se creativo amplía tus opciones.
Solemos quedarnos con la primera alternativa, craso error.
Si hacemos el esfuerzo de generar nuevas opciones es muy probable que la calidad de la decisión sea mayor. Se trata de elegir, si solo dispones de una alternativa, no eliges, solo tomas la opción que tienes.
Se ha estudiado que sólo el 10% de las decisiones que se toman en el ámbito la empresa son urgentes y el 10% de ese porcentaje requiere una actuación inmediata.
Así que no te presiones con el tiempo y pon a funcionar tu creatividad. Puedes conocer técnicas creativas para resolver problemas en un artículo con ese título de mi blog.
Muy importante, separa la fase de generación de alternativas con la fase de análisis y evaluación, algo que ocurre con frecuencia cuando se decide en equipo.
5.- ¿Qué te dice tu intuición?
Cierra los ojos y escúchala, no la racionalices, simplemente escúchala. Ya decidirás mas tarde qué hacer con esa información. Nuestra intuición es sabia.
6.- Conecta con tu visión personal.
¿Cómo quieres verte en el futuro?, en un año, por ejemplo. Imagínate con todo lujo de detalles, cómo es tu vida, qué haces, donde vas, con quien, qué sientes…
Ahora da un paso atrás. Al punto en que te encuentras en este momento. Revista tus opciones y valora qué opción te acerca más a esa visión.
7.- Evalúa y Lánzate.
¿Qué sientes y quieres en realidad?
Evalúa tus opciones. Anímate y experimenta, entra en la zona de incertidumbre. Normalmente, no hay ni buenas ni malas decisiones, tal vez la peor sea no tomarlas.
Y tú, ¿Qué haces normalmente cuando debes tomar decisiones?
Recuerda que eres dueñ@ de tu vida, convierte tu libertad en valor.
Sobre la autora: Este artículo fue escrito por Isabel Gómez. Mentora y Coach Profesional. Licenciada en Ciencias del Trabajo, Master en Marketing, MBA y Emprendedora vocacional. Isabel ha desarrollado el programa Reinventa tu Carrera, orientado emprendedores que se encuentran con dificultades a la hora de poner en marcha sus proyectos y hacer que estos sean rentables, ayudándoles desarrollar sus fortalezas y competencias para hacer de sus negocios un medio de vida idóneo.