Si en nuestro primer artículo hablábamos acerca de las definiciones de un plan de negocio y a quiénes iba dirigido, en esta ocasión vamos a adentrarnos un poco más en la materia y ofrecer una serie de consejos, aplicables a lo largo de todo el plan de negocio, a toda la estructura que conforma nuestro plan, donde nos posicionaremos desde un punto de vista muy común, el del sentido común, teniendo muy claro lo que debemos mostrar y lo que no:
- Información: Ésta resulta esencial para cualquier tipo de proyecto que elaboremos, si no disponemos de los datos necesarios todavía, nuestra tarea se centrará únicamente en conseguirlos para poder sentarnos sobre la mesa con toda la información posible. ¿Qué crees que pensará el inversor sí, él que es un experto, no encuentra ningún dato relevante?
- Puntos clave: Realiza una serie de esquematizaciones a fin de poder abordar los temas de una forma mucho más sencilla y clara. Céntrate en el proceso e invierte tu tiempo desarrollando estos puntos, no lo pierdas en recoger información inservible.
- Redacción: No es nada recomendable emplear todo nuestro esfuerzo en solitario redactando el plan de negocio, comprende que es imposible que conozcamos todas las áreas profesionales de las que “debemos” realizar un estudio en profundidad, por eso, debes apoyarte en expertos en las diferentes materias: Finanzas, marketing, etc.
- Darle forma: Para ir componiendo el plan de empresa, no olvides que las reuniones periódicas y la puesta en común de las ideas con tus colaboradores/socios son de vital importancia. No pensemos que esto es cuestión de informarse, juntar la información y plasmarla directamente al papel. Hay que procesarla y darle la forma que deseamos.
- Jerarquiza: Para evitar un problema en el futuro, antes de que cada uno de tus socios recoja su información para procesarla de forma individual, poned en común un proceso que se debe seguir estrictamente y una serie de puntos más importantes sobre los que el resto de la información debe depender.
A pesar de que parezcan unos consejos muy simples y habituales, muchos emprendedores cometen el error de comenzar a realizar un plan de empresa de la noche a la mañana, siguiendo un tutorial que han encontrado o los consejos de un compañero –no experto- que le asesora.
Recuerda que para poder llevar a cabo esta tarea debes comprender el por qué lo estás haciendo, y principalmente será para conseguir financiación por parte de algún inversor que revise tu proyecto. Entonces, ¿Por qué no le dedicas más tiempo en buscar más información, te lo tomas con calma y realizas un trabajo mucho más completo y estructurado? La presentación es clave, de nada servirán 5 hojas de papel grapadas.