INVERSIÓN: La gente compra una parte de una empresa, a un precio razonable, confiando en que ésta va a tener en los próximos años unos beneficios cada vez más elevados, lo que a él, como co-propietario, le beneficiará. El beneficio para el accionista se genera por los beneficios que obtiene la empresa.
ESPECULACIÓN: La gente apuesta por que determinado activo va a subir o bajar, en ocasiones con fecha fija y/o apalancado. El beneficio para el especulador proviene de las pérdidas de otros especuladores que hayan hecho la apuesta contraria, pues es un juego de suma cero en el que lo que ganan unos lo pierden otros.
Como se ve por la simple definición, es fácil ser un buen inversor: Basta con elegir empresas que en los próximos años lo hagan relativamente bien y que no estén a precios desorbitados, para recoger los frutos al cabo de unos años.
Por el contrario, la especulación es una batalla desigual… Una especie de Intifada, en la que hordas de pequeños especuladores se pelean a pedradas contra grandes especuladores que recuerdan a ejércitos con tanques. O con armas todavía más potentes… mira la última: con bases de datos enormes, y gráficos tick a tick, un software de Reuters reacciona en milisegundos tras la publicación de una noticia, generando automáticamente órdenes de compra o venta. ¿El precio? Varios cientos de miles de dólares… en su versión básica, claro!! Es dificilísimo ser un buen especulador, porque se juega con una desventaja tremenda respecto a los profesionales. Y algunos ni siquiera lo intentan: especulan según «su instinto»!! Hay que recordar que unos pierden para que otros ganen: ¿En serio alguien tiene tan buen instinto como para batir a estos superprofesionales? QUIEN que ha montado este software, Simons, lleva desde 1988 sacando un 34% anual en su fondo… después de descontar sus elevadísimas comisiones!! ¿Quién quiere pelear contra él?
Hoy es una locura ponerse a especular, cuando se pelea contra Simons & CIA… Por eso es mucho mejor ser inversor: Un inversor «normalillo» que compre acciones al azar (o preferiblemente, descartando las peores) y las mantenga tiene bastantes posibilidades de obtener un rendimiento elevado.
Lo que pasa es que todos nos creemos que nosotros somos muy buenos, y somos del 5% que triunfa especulando, y no del 95% que palma… ¿Por qué?
- Por orgullo y ego.
- Porque leemos muy buenos foros/blogs/webs, y nuestros gurús favoritos nos dicen lo que hay que hacer para ganar.
- Porque tenemos confianza.
¿Y cómo se llega a estos extremos?
El principio es la codicia (la avaricia rompe el saco). Luego, la codicia lleva a la temeridad. La temeridad lleva a la ludopatía, a operar y operar sin parar. Y la ludopatía lleva al lado oscuro de la bolsa: necesidad, desesperación y ruina.
Algunos entran a bolsa ya directamente con la idea de hacerse ricos, pero esto no es lo normal (salvo en épocas de burbujas). Lo habitual es que uno entre en bolsa con la idea de hacerse inversor, pero como no entiende, se mete en los foros a informarse. Y aquí empieza el problema: en los foros no se habla de buenas empresas con PER bajo y buenas perspectivas, sino de empresas que han subido mucho, con altísima volatilidad, y con unos beneficios (si los hay) que para nada justifican los precios que se pagan por ellas.
Una vez que la pobre oveja descarriada (el inversor novato) se ha metido en la empresa de moda, es probable que en un corto plazo registre fuertes beneficios; un 15% en un mes, por ejemplo… claro que al final no se lo saca, porque no supo vender a tiempo,. Pero muchos, en vez de acojonarse de ver lo fácil que se puede perder, piensan que ahora ya saben, y que a la próxima sabrán salirse a tiempo. Y en ese momento, ya han dejado de ser inversores, y han pasado a ser especuladores (y además, novatos): carne de cañón. Claro, pillan cuatro años buenos de bolsa seguidos, y les va bien (o muy bien). Pero luego llegan las vacas flacas, y en vez de usar stop-loss, como especuladores que son, promedian a la baja como si fueran inversores. El desastre está servido: Has entrado en el lado oscuro de la bolsa!!
¿Y cómo evitarlo?
- No elegir valores que están de moda.
- Buscar valores con un negocio sólido, con buenas perspectivas en los próximos años, y que no estén demasiado caros. Que tengan buenos ratios de PER, dividendo, etc, sin que eso sea debido a que la empresa tiene problemas o a que son cíclicos que empeorarán en el futuro.
- No dedicarse a comprar y vender. El tratar de salir para entrar más abajo da mal resultado, y también es malo vender para hacer caja tras una subida relativamente modesta. Hay que comprar y olvidarse, evitando el «market timing».
- No hacer caso de los gurús y blogueros 😉
- Jamás hacer caso de tu instinto para comprar o vender. Debe ser la razón, y no el instinto, quien guíe las operaciones, y la razón tarda en operar y no tiene prisa, al revés que el instinto, que se le ocurre y quiere comprar o vender ya.
Y para terminar, un recadito para los de las búsquedas en Google de «herramientas de inversión con apalancamiento» o «inversión warrants»: Espero que a estas alturas, os haya quedado claro que «inversión» no puede ir en la misma frase que «apalancamiento» o «warrants». Apalancamiento y warrants no son inversión, sino especulación; son las armas con las que se especula contra el software de Simons y Reuters… vosotros mismos.
Actualización: Esto no es una crítica a los warrants, ni a los derivados; esto es un consejo de invertir y no especular. Pero es tan especulador quien compra un chicharro que ha subido un 50% en un mes (o Jazztel, aunque no haya subido) como quien compra warrants. De hecho, cualquier compra de acciones con el objetivo de «a ver si suben ahora y las vendo» es especulación, para ser inversión el objetivo debe ser «a ver si la empresa incrementa sus beneficios y el sector mejora sus perspectivas».
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