A pesar de su corta vida, el Social Commerce se ha convertido en una tendencia emergente, capaz de conquistar el mercado mundial. Si bien en 2010 su existencia era prácticamente ínfima y se reducía a ámbitos muy especializados, hoy se estima que este mercado alcanzará la cifra de 9 millones de dólares en 2012, tres de los cuales corresponden al mercado estadounidense.
En la actualidad, las plataformas de Social Commerce están creciendo a un ritmo superior a las soluciones tradicionales de e-commerce, y estamos constatando un proceso de diversificación del concepto (compra grupal, F-commerce, etc.). No obstante, a pesar de esta diversidad en la forma, la esencia de estas soluciones es la misma: aprovechar el potencial de las redes sociales para mejorar la experiencia del comprador online, y convertirlo en un proceso más social y personalizado.
Pero, ¿cuáles son las claves del éxito del Social Commerce? Desde Social-Buy.com os presentamos algunos datos que nos pueden dar alguna pista al respecto:
- El 90% de las compras están sujetas a la influencia social.
- El 90% de los consumidores confían en las recomendaciones de sus amigos.
- El fenómeno de compartir y recomendar está creciendo exponencialmente.
- El 75% de los usuarios de Facebook han registrado “likes” en su cuenta de Facebook.
- 53% de los usuarios de Twitter ha recomendado compañías o productos
- Las probabilidades de compra se incrementan cuando la gente tiene conexión social con el producto o marca.
- Los fans son más receptivos a la compra de un producto que los no fans.
- Añadir funcionalidades sociales aumenta la notoriedad de la marca o producto en un 246% a través del botón “Like” y un 98% con el botón “Envía a tus amigos”.
La verdad es que cada vez más empresas encuentran en esta modalidad de ecommerce el aliado perfecto para mejorar sus ventas, al mismo tiempo que incrementan la satisfacción del usuario. No obstante, el éxito del Social Commerce surge precisamente de su capacidad de dar respuesta a una de las carencias principales del ecommerce: el aislamiento del comprador.
Hasta ahora, los procesos de compra online se realizaban en entornos estancos en el que un comprador realizaba solo su compra y tenía posibilidades de interacción muy limitadas. El Social Commerce rompe con la concepción tradicional de ecommerce, transformando lo entornos estáticos de venta en espacios personalizados adaptados a sus gustos e intereses de los usuarios.