Al final va a tener algo de verdad eso de que “si mientes te crece la nariz como a Pinocho”. De hecho, existe lo que científicos del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, han denominado el “efecto Pinocho”. El estudio realizado por este departamento aplica la termografía y ha descubierto que cuando una persona miente, aumenta o disminuye la temperatura de la punta de la nariz y la de la zona interna del ojo.
Al parecer y según este estudio, cuando realizamos un gran esfuerzo mental desciende la temperatura de nuestra nariz y, si sufrimos ansiedad, lo que se produce es un aumento general de la temperatura facial. Imaginamos que estos efectos son aplicables a otras situaciones y no sólo a aquellas en las que se miente.Existen momentos en los que tenemos que realizar esfuerzos importantes y en los que es fácil ponerse nervioso, como por ejemplo examinarnos de una oposición o realizar una entrevista de trabajo en inglés, también son susceptibles de modificar la temperatura de algunas partes de nuestro cuerpo.
Lo que no suponemos ni imaginamos es que también existen otros mecanismos a través de los que nuestro cuerpo reacciona cuando nos encontramos en situaciones de este tipo. Sudores, temblores y demás efectos, han sido y son sufridos por muchas personas en situaciones en las que hay en juego algo importante.
En cualquier caso está muy bien saber que a estas distintas reacciones corporales, podemos añadirle también otra que, a pesar de haber sido utilizada en tono jocoso durante años, tiene algo de cierto: que algunos de nuestros momentos de tensión se focalicen además en nuestra nariz y que sea demostrable científicamente, es curioso y “gracioso”.
Una pena no haberlo sabido antes…