Permítame señor lector antes de iniciar compartir a usted la siguiente historia:
“Un día como cualquier otro, se encontraron de pronto discutiendo dos hermanas mellizas a causa de una naranja. La primera de ellas sostenía esa naranja le pertenecía, mientras que la segunda lo mismo afirmaba. Y así pasaron largos minutos hasta que un tercero intervino con la proposición de que se partiera la fruta en dos partes iguales, dando fin de tal forma al pueril conflicto.
Entonces, cada una de las hermanas tomó un rumbo distinto con la mitad de su naranja. La primera se fue debajo de un árbol para comer la pulpa y arrojar la piel, y la segunda tomó la piel para hacer una de sus manualidades arrojando al tiempo la pulpa porque no hallaba gusto en su sabor ácido”.
Surgen un par de preguntas producto del pequeño relato es ¿Resultó en realidad tan sabio el partir la naranja en partes iguales, dando a cada una un 50% de lo que realmente necesitaba y un 50% de aquello que seguramente desecharía? ¿No hubiese sido mejor lograr que cada una de las participantes expusiera sus necesidades, llevando la nimia querella a su fin de la manera más inteligente, es decir, satisfaciendo un 100% la necesidad de ambas (el 100% de la piel para quien quería la piel y el 100% de la pulpa para quien la pulpa deseaba)?
Si bien es cierto que no todas las negociaciones son similares, si podemos afirmar que la vida es un estado de constante negociación, pues así como aquello que tenemos para ofrecer de seguro despertará el interés de muchos, será el nuestro también atraído por aquello que otros ofrecen, por lo que debemos buscar siempre que las dos partes obtengan la mayor utilidad en cada intercambio, siendo necesario para ello:
- Aprender a conocer la real necesidad de la contra-parte, tanto como a hacer saber sutilmente lo que nosotros requerimos.
- Planear con anterioridad la negociación.
- Ofrecer y exigir calidad, eso garantiza la existencia de vínculos perpetuos.
- Ser inteligente más no ingenuo: Ingenuo es quien creyó que con partir la naranja en dos partes iguales tomaría la mejor decisión.