La clave es tener el equipo correcto: Contrata a las personas con pasión por lo que hacen y que compartan tu visión
Frecuentemente, los empresarios me preguntan: “¿Cómo encuentro a las personas correctas?”. Y mi contestación siempre es: “Primero, deshágase de las personas equivocadas”.
Una de las tareas más difíciles y más importantes a la hora de emprender es elegir al equipo correcto. Hace un año, mi amigo se enfrentó a este dilema: su empresa se había creado rápidamente pero estaba estancada. Había contratado a un nuevo director y a un administrador, pero las ventas seguían bajas y el personal estaba aletargado.
Cuando me preguntó en qué podía estar equivocado, le respondí: “Contrataste a las personas equivocadas. Es verdad que son listos y traen excelentes recomendaciones, pero están acostumbrados al mundo corporativo, no al ambiente emprendedor. Y lo más importante es que están aquí por el cheque y no para cumplir su misión. Te recomiendo que los dejes ir”.
“No puedo hacer eso”, dijo mi amigo. “Pagué una fortuna a la empresa que me los mandó y ahora tendría que pagar su liquidación. ¿Alguna otra idea?”
Hace muchos años, mi padre rico me dijo: “Contrata a las personas que se manejen por su misión… a la gente que comparta tu misión y visión. Si no lo haces así, tu empresa tendrá muchas presiones o, incluso, nunca podrá despegar del suelo”. También dijo: “Las grandes empresas se pueden permitir contratar a directores y empleados; los emprendedores tienen que contratar a misioneros”.
Una de las razones por las que Steve Jobs es el emprendedor modelo, es porque tiene misioneros dentro de su compañía, incluso fuera. De la misma manera que Harley–Davidson, los clientes de Apple son más que clientes, son misioneros. Jobs es exitoso porque es leal a su misión y exige lo mismo de su personal. La misión de Apple empieza en el núcleo de la compañía.
Le dije a mi amigo que él era la persona equivocada simplemente porque tanto él como su personal sólo mencionaban de dientes para fuera la misión de la empresa. Entonces le recordé: “La misión surge del corazón, no sólo de la boca.”
La palabra coraje viene del francés le coeur… el corazón. Es triste que mi amigo sea brillante en mente, elocuente, pero débil de corazón. Actualmente, el mismo director y administrador siguen en su empresa. Las ventas, la energía y la moral continúan cayendo. La compañía se está pudriendo desde su núcleo. Cuando le pedí a mi padre rico que me explicará más sobre por qué contratar a personas con una gran pasión por cumplir su misión, sólo se rió y dijo: “Si tienes una carnicería, no contrates a vegetarianos para que la atiendan”.
De Robert Kiyosaki
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