Tiempo atrás creía que el éxito era recibir un diploma por haber cursado una carrera, o tal vez ocupar un cargo jerárquico en una importante empresa, o ganar cierta cantidad de dinero para satisfacer mis ambiciosos deseos.
En estos días de gran cambio planetario, los seres humanos no damos cuenta de que el cambio también lo traemos con nosotros, quizás deberíamos replantearnos qué significa verdaderamente el éxito.
Cada individuo es diferente del otro, pero al pinchazo de una aguja reaccionamos de igual modo, así también al paso del tiempo.
Creo que la mejor forma de encontrar el éxito sería empezar a respetar nuestros sueños y dejar de lado lo que piensan los demás sobre uno, hoy es más difícil ser una persona sincera, sencilla, humilde, modesta, a ser la persona de la máscara de cera con la que nos cubrimos.
La libertad, esa preciada virtud del ser, es primordial; saber de dónde venimos, investigar nuestros antepasados y comprender nuestra historia, son parte esencial del éxito, ya que todos vienen tomados de la mano.
Quizás podemos comenzar por algo sencillo como empezar a reír casi siempre, podemos seguir por vencer nuestros prejuicios como así también por ganarnos el respeto y admiración de personas inteligentes y de los niños, ganarnos el reconocimiento de críticos sinceros y soportar la traición de falsos amigos.
Admirar la belleza, hallar lo mejor en otros, dejar el mundo un poco mejor a través del ejemplo, plantar árboles, abrazar a tus padres e hijos y decirles te amo y respetar la tierra, son algunos de los caminos hacia la esencia perfecta del éxito.
Escrito por María del Mar Balas