La palabra crédito procede del latín y quiere decir, traducida literalmente: “Tiene a su favor”. En la contabilidad “crédito” es sinónimo de “haber”.
En el sentido de una economía nacional crédito e la cesión de poder adquisitivo por parte del que entrega dinero (el acreedor), al prestatario (el deudor), y también es poder adquisitivo sin estar en posesión de dinero sobre la mera base de la confianza. El acreedor A cede una cantidad de dinero al deudor B, para que éste le haga trabajar durante un tiempo determinado.
El crédito no solamente consiste en la cantidad de dinero que A cede a B mediante una indemnización, sino también en la confianza económica que el acreedor deposita en el deudor. Hay en economía varios tipos de créditos: privado, público, inmuebles, etc.
El crédito empresarial, que es el que a nosotros nos interesa, sería en términos generales un crédito en moneda nacional o extranjera, para entes naturales o jurídicos, y que iría destinado al financiamiento de actividades empresariales urbanas y rurales de producción (agricultura, control de plagas, reciclaje, etc.), comercialización de bienes y prestación de servicios.
Más importante que todas las particularidades técnicas es la cuestión relativa a la forma en que los bancos conceden créditos, es decir, si solo se limitan a transmitir el poder adquisitivo existente y ahorrado o si crean nuevo poder adquisitivo adicional.
Finalmente, los sistemas de financiamiento y acceso al crédito de las micro, pequeñas y medianas empresas no pueden concretarse de forma aislada. Estos son parte de un sistema integral de apoyo a las empresas de menor tamaño, donde también el sustento a la capacitación, la productividad articulada y la innovación segmentada son elementos básicos.