Hoy se está cumpliendo, justamente, la cuarta semana de «encierro voluntario» en casa para ayudar a detener la propagación del coronavirus acá en España; días de confinamiento que seguramente marcarán, para casi todos nosotros, un antes y un después en nuestras vidas, tanto personales como profesionales.
Sobretodo esta última.
Y mis palabras hoy seguramente estén marcadas por una mezcla de sentimientos que nunca antes había sentido: Por un lado, como ser humano que soy, igual que tú y que todos, siento una grandísima tristeza al ver cómo este virus ha causado tantos muertos, en más de 180 países, en todo el mundo.
¡Estábamos esperando que el enemigo viniera de afuera, y mira por dónde nos llegó!
Esta mañana, en las noticias, ya estamos pasando las 150,000 personas contagiadas, más de 10,000 muertos. ¡Solamente acá en España!
Gracias a Dios las opiniones de todos los expertos ya indican que la situación está remitiendo y que lo peor de la crisis ha sido superado.
Eso es lo que tienen las situaciones imprevistas: no sabes cuándo llegarán. Tampoco sabes que tan fuerte te golpearán y si serás capaz de soportarlo, o no. #JuntosSaldremosAdelante
En casa hemos estado todo este tiempo respetando la orden de mantenernos encerrados, saliendo apenas para hacer las cosas justas: pasear a las mascotas, comprar comida, etc. Para evitar el contagio de pacientes, mi esposa tuvo que suspender temporalmente los servicios de su clínica dental.
Mis clientes en el área de consultoría comercial están en pausa. He podido conversar con ellos telefónicamente y el sentimiento general es de temor, confusión, esperando en su conjunto ver qué es lo que va a ocurrir en los próximos días y semanas, tratando de valorar de la mejor manera posible el impacto que toda esta situación tendrá en sus negocios y cómo podrán enfrentar el desafío que tienen, tenemos, por delante.
Se están multiplicando por todos lados los grupos que levantan su voz, reclamándole a las autoridades y al gobierno algún tipo de ayuda económica para enfrentar los gastos operativos de sus respectivos negocios. Porque sí, los negocios se paran, pero las facturas no.
Las ayudas no terminan de llegar y los mensajes que el Gobierno transmite parecieran indicar que no lo tienen del todo claro.
En fin. Una historia más de esas.
Sin embargo, por ese espíritu de vendedor que he llevado por dentro durante mi carrera profesional y si ya me conoces un poco, sabes que me gusta siempre tratar de ver el lado positivo de las cosas, por muy difíciles que estén. Soy una persona creyente, confiada en que Dios tiene para todos nosotros un plan perfecto y que, así como todas las anteriores, esta crisis también pasará.
Siento que tenemos que tomar todas estas cosas que están sucediendo hoy día, extraer de ellas la lección que nos toca, aplicarla cada uno de nosotros, a nuestras vidas y seguir adelante.
Recuerdo de esos sitios que comparten información de crecimiento personal y auto-ayuda, que los entendidos en estas materias dicen que todo este sufrimiento, toda esta incertidumbre y esta angustia carecen de sentido alguno si no nos dejan una gran lección. Sufrir no tiene sentido, cuando no nos ayuda a crecer un poco.
Nos encontramos entonces ante una situación en la cual tenemos solamente dos opciones: Rendirnos y tirar la toalla, o ceñirnos la cintura y seguir adelante. ¿Cuál va a ser tu decisión?
Tienes dos opciones: Tirar la toalla o seguir adelante. ¿Qué camino vas a tomar?
Voy a tomar ahora como ejemplo el de todas las empresas, profesionales e individuos que se han dejado de historias, han salido a la calle durante el confinamiento y lo han dejado todo luchando contra esta pandemia. Todos, en todas las áreas.
Quiero que te fijes un momento en cada uno de ellos y veas cómo han sido capaces de dejarlo todo a un lado, incluso arriesgando sus propias vidas para ofrecernos a todos nosotros la atención médico sanitaria que nos hiciera falta, para que pudiéramos contar en nuestras casas con todos los productos necesarios para cubrir nuestras necesidades más inmediatas, incluso aquellos que, de mejor o peor manera, nos han mantenido informados cada día acerca del avance de la enfermedad en nuestras respectivas comunidades.
Ellos, seres humanos como nosotros mismos, sintiendo el mismo miedo y corriendo el peligro de contagiarse, poniendo en riesgo sus vidas y las de sus familiares, han decidido sacar el pecho y tirar para adelante.
Los mejores gerentes del mundo se preparan para enfrentar las situaciones difíciles. Las fáciles las puede manejar cualquiera. #JuntosSaldremosAdelante
Y estoy 100% seguro de que ese es el ejemplo que tenemos que seguir: Sacar el pecho y seguir adelante.
Porque si ellos, que están sufriendo tanto como nosotros, lo están dando todo para enfrentar la crisis y frenar el avance de esta peligrosa enfermedad, entonces a nosotros nos toca poner manos a la obra, dar la cara como profesionales, emprendedores y empresarios que somos para que la economía, no solamente la de nuestro país sino la del mundo entero, se reactive tan pronto sea posible.
Sin duda alguna: Serán días muy difíciles y extraños. Ni qué decirlo.
Te dominará la incertidumbre. 100%.
Tendrás que calcular al milímetro cada paso que des. Totalmente.
Tendrás que comenzar por revisar tus estrategias y ver si lo que hacías antes te funcionará ahora. Necesariamente.
Pero nada de esos nos servirá para negar que nuestro país, la sociedad en que vivimos y el mundo mismo, estarán contando con todos nosotros, profesionales, empresarios y emprendedores, para que pongamos todo nuestro mayor esfuerzo para reactivar nuestros negocios y, colaborando unos con otros, superar los duros tiempos que aún están por venir, y hacerlo de la mejor manera posible.
Hoy más que nunca tenemos que decir: En nuestra unión está toda nuestra fuerza.
Creo que todos hemos sido testigos de lo mismo: Esta situación por la que hemos pasado, la que nos ha tocado vivir, nos ha permitido darnos cuenta de que estábamos poniendo algunas cosas en los sitios incorrectos. Como sociedad, como pueblo, incluso como raza humana, nos hemos dado cuenta de que hay cosas a las que no les estábamos dando el valor que justamente se merecen: Nuestros mayores, las personas más vulnerables, los profesionales del sector sanitario, la inversión en ciencia e investigación, etc.
Gracias a Dios muchas de estas cosas han recuperado el justo valor que deben tener dentro de la sociedad como un todo, si es que queremos estar mejor preparados para enfrentar una situación igual que esta en el futuro.
Por todos lados, en redes sociales, en plataformas de todo tipo, escuchas personas compartiendo sus reflexiones más personales con respecto a lo mucho que esta situación les ha ayudado a acercarse a sus seres más queridos, sus hijos, parejas, padres, amigos, etc. Hemos aprendido a valorar esas pequeñas cosas que antes nos pasaban simplemente desapercibidas.
Yo me atrevería a decir que hemos crecido un montón como personas, como seres humanos y como sociedad.
Por esta razón te invito a que aproveches todo este tiempo que tienes libre ahora para reagruparte, para organizar tus ideas, para planificar un poco, para poner las cosas en orden y para mirar de qué manera vas a recuperar el ritmo que tu negocio traía antes de este parón obligatorio.
La diferencia entre los ganadores y los triunfadores es la forma en que reaccionan ante una situación como esta.
Ten siempre en cuenta que la diferencia entre las personas es la forma en que reaccionan ante la misma situación: para algunos el miedo es electrizante, los hace entrar en shock, los paraliza y terminan huyendo despavoridos. Otros simplemente tiran la toalla y se dan por vencidos.
Otros, a pesar del miedo que sienten, deciden armarse de valor y seguir adelante, con mucha precaución, claro que sí, pero hacia adelante, con la plena confianza de que todo va a salir bien.
O por lo menos sabiendo que, si no reaccionan, se quedarán atrás.
Por eso organízate, prepárate, revisa todas las cosas que puedes hacer, replantéate y revisa tus estrategias si es necesario, dale una vuelta a tus objetivos, analiza como la situación ha afectado tu mercado, valora qué nuevas oportunidades te ofrece el entorno y sigue adelante.
No te paralices. Todos necesitamos que el mundo siga adelante.
Mi negocio te necesita. Tu negocio me necesita a mi. A todos los niveles.
Todos nos estaremos apoyando unos a otros y, con el trabajo de todos, lograremos superar esta situación como lo hemos hecho en épocas anteriores.