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Qué aporta el Cloud Business Analytics

«Business Intelligence», traducido generalmente al castellano como «Inteligencia de Negocios», alcanzará pronto las dos décadas de existencia como término para denominar a una rama del software empresarial. En concreto, para nombrar el conjunto de herramientas que ayudan a que los datos disponibles en una organización sean útiles para la toma decisiones en cualquier ámbito: Ventas, Finanzas, Operaciones, tanto del día a día como estratégicas. Curiosamente el término fue acuñado inicialmente en Estados Unidos en los años 50  como analogía empresarial de los novedosos departamentos de inteligencia militar de la época, ¡Antes de la aparición del software empresarial moderno!

La buena fortuna del nombre se hace evidente cuando pensamos en lo popular que se ha hecho en un mundo, la informática, en el que tendemos a generar una cantidad abrumadora de términos y acrónimos cada mes, sobreviviendo a competidores previos (DSS, EIS) y posteriores (BPM, CPM). Ha sido útil, ha funcionado bien como término paraguas para hablar de una serie de herramientas bastante variadas (OLAP, DW, ETL, Reporting, BSC, Data Mining) que comparten un mismo objetivo, ayudar a pilotar empresas en un mundo que se ha informatizado rapidísimamente en los últimos años.

Sin embargo, en los últimos años, otro término ¿competidor? ha ido adquiriendo cada vez más protagonismo:«Business Analytics».  Sólo hay que ver una comparativa entre ambos en Google Trends para comprobar que ha superado (al menos en volumen de búsquedas en el Aleph contemporáneo que es Google) a Business Intelligence.

¿A qué se debe esto? ¿Le hemos cambiado el nombre al Business Intelligence sin más? ¿Es Business Analytics una nueva y diferente familia de herramientas? ¿Es una parte del todo que sería el Business Intelligence? ¿Entonces porque ha superado BA al supuesto término «paraguas» BI?

No pretendo tener una respuesta, al fin y al cabo estamos hablando de nomenclatura, pero sí una  opinión. Si miramos al mercado y a las comunicaciones que realizan diversos fabricantes, hay de todo. Los hay que han decidido volcarse con el término y nombrar así a toda su suite, los hay que utilizan ambos de forma ambivalente, y los hay que utilizan esté término para referirse a algunas funcionalidades específicas (en particular reporting interactivo visual y herramientas de predicción y análisis de escenarios). Como suele suceder con las nuevas terminologías, hay bastante confusión.

Yo tengo la impresión de que hay dos factores que han podido provocar el éxito de este nuevo término «Analytics». Por una parte, estaría la indudable popularidad alcanzada por la excelente herramienta de análisis web «Google Analytics», una herramienta que no deja de ser Business Intelligence y que, al poder permitirse Google ofrecerla de forma gratuita gracias a las sinergias con su modelo de negocio, hizo desaparecer toda una rama entonces en desarrollo del BI (¿Alguien recuerda las herramientas de Web Intelligence o el DataWebhouse?). Por otra parte, el hecho, para mi indiscutible, de que la primera hornada de productos denominados Business Intelligence no alcanzaron a cumplir con sus promesas, resultando en proyectos de implantación excesivamente complejos, caros y cuya utilidad final resultaba muchas veces dudosa (junto con algunos éxito claros, por supuesto), esto ha afectado posiblemente a la reputación del término. «el BI es algo muy complejo».

No resulta difícil ver la diferencia que hay entre el complejo despliegue de un datawarehouse corporativo y la inmediatez y cercanía al negocio de una herramienta como Google Analytics. Y creo que aquí radica el núcleo de la discusión, el Business Intelligence necesitaba evolucionar hacía formas más ágiles, más cercanas al usuario de negocio, y lo está haciendo. Herramientas de monitorización online, tecnologías de análisis in-memory y, por encima de todos, la nueva hornada de soluciones de Cloud Computing, están haciendo que el BI sea algo más parecido a Google Analytics, más fácil de usar, menos restrictivo, más cercano a la cultura de la web y menos a la cultura del escritorio de los años 90.

El BI Necesitaba evolucionar y lo está haciendo, así que parece normal que aparezcan nuevos nombres para esta nueva forma de enfocar el Business Intelligence aunque, en mi opinión, la esencia del problema y de la solución siga siendo parecida (directivos hambrientos de información / herramientas para integrar, modelar e interactuar con los datos).

Cambio en la superficie, evolución en el fondo. Si esto significa «Business Analytics», bienvenido sea.

Javier Giménez Aznar

Business Development Manager – LITEBI

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