Hay una conocida parábola tomada del evangelio que narra la historia de un padre de familia, “que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. (Mateo 20:1-16)
En el año 2003 cuando empezamos el proyecto de emprendimiento empresarial con sentido social, la Red de Amigos; tuvimos como punto de partida una premisa, hay déficit de empleo, lo cual es un problema social indiscutible, pero superávit es trabajo; por lo tanto, “si no consigue empleo, póngase a trabajar.” Y con esa visión y motivación, animábamos a las personas a despertar su espíritu emprendedor. Enfatizándoles, muchos de lo aspectos que ya hemos mencionado en este libro; como por ejemplo: “nadie es un bueno para nada; nadie es un bueno para todo; todos somos buenos para algo.”, “el secreto del éxito está en descubrir mis talentos y ser capaz de desarrollarlos hasta convertirlos en talentos de excelencia.”
La productividad y la calidad de vida de una persona están íntimamente ligados, y el enlace o puente que los une es el trabajo; entendido no necesariamente como un empleo sino como una actividad emprendedora y productiva. Dice un precepto, “el que no trabaje, tampoco coma.” Luego, debemos tener presente, que el trabajo desde una esfera misional, tiene tres propósitos básicos: Generar el sustento, desarrollar los talentos, y prestar un servicio social. Y en el logro de estos tres objetivos, se cifra nuestro éxito en la vida.
Retomando la parábola con la cual hemos introducido, encontramos en esta hermosa enseñanza, una serie de cualidades y competencias que llevan a una persona a marcar la diferencia como trabajador.
- La primera referencia que encontramos, es que habla de un padre de familia; esto nos lleva a pensar, que la primera cualidad que distingue a un buen trabajador es la RESPONSABILIDAD, Un padre de familia, no se puede quedar en la casa esperando que la provisión le llegue sin el hacer algo al respecto para que esto suceda. Un padre de familia debe tomar la iniciativa, asumiendo su rol de proveedor para el hogar; quien tiene la autoridad, tiene la responsabilidad. Por eso, sale y no se queda encerrado, ya que las oportunidades están afuera, y no van a venir a buscarle en su casa.
- La segunda referencia, dice: “salió por la mañana.” Un buen trabajador es una persona de DISCIPLINA, y la más importante disciplina que debe tener una persona es aprender a madrugar. Dice un adagio, “al que madruga, Dios lo ayuda.” El tiempo es el recurso más valioso con el cual contamos para cualquier actividad, por lo tanto debemos saber aprovecharlo y optimizarlo al máximo. Por supuesto que no solo es madrugar, sino salir con un plan en mente, con una agenda para el día
- La tercera referencia, dice “salió a contratar obreros para su viña. Nos enteramos que este hombre, padre de familia, tenía su propio negocio; el no trabajaba para alguien mas, sino que el, era generado de trabajo para otros. Es conciente, que para que su viña sea productiva, necesariamente debe incorporar a otras personas que tengan con él, un TRABAJO EN EQUIPO. Solo que se asegura, que haya la formalidad de un empleo y no solo una colaboración; por eso les contrata para el trabajo; además que de eso se trata el trabajo, que genere una utilidad para el trabajador; “el obrero es digno de su salario.” Y como buen empleador, acuerda con ellos, un salario justo para su trabajo Un buen empleador hace buenos empleados.
- La cuarta referencia, dice: “saliendo a la hora tercera del día.”, y luego sale a la sexta, novena y undécima. Un buen trabajador hace de la CONSTANCIA una de sus principales virtudes. Un problema que se presenta en las empresas, es que las personas no mantienen un ritmo de productividad constante, y esto se refleja en los resultados.
- La quinta referencia, nos advierte sobre una de las cualidades que debe tener un buen trabajador y particularmente, quien lidera una empresa, la MOTIVACION. El padre de familia instaba a aquellas personas que estaban desocupadas a trabajar, ofreciendo recompensar su labor. En este caso, se está arriesgando a contratar personas desocupadas, que no tienen el ritmo ni la disciplina del trabajo. Pero es una persona que da la oportunidad a otros de trabajar.
- La sexta referencia, señala una de la ma impotantes cualildades que toda persona debe tener, CUMPLIR LA PALABRA, paga a sus empleados lo acordado, sin faltarles en nada de lo que se acordado.
- La séptima referencia, nos muestra el carácter de un hombre de valores y virtudes, una persona que hace de la JUSTICIA uno de sus baluartes. Este padre de familia, pagó a cada uno lo convenido, aunque se reservó el derecho de pagar lo mismo a los que llegaron en la penúltima hora. ¿Por qué lo hizo? En primer lugar, el es el propietario, y puede hacer con su negocio y su dinero lo que el crea más conveniente; segundo, un hombre generoso y justo, por lo general gratifica al que mas lo necesita; tercero, bonifica al mejor empleado. Hay empleados que trabajan una jornada de ocho horas pero producen una hora. Hay quienes trabajan una hora, pero producen lo de ocho horas, ¿acaso no merecen un reconocimiento o un incentivo por su labor productiva? En la vida, no es comenzar de primero, sino llegar de primero lo que cuenta. Por eso, lo últimos serán primeros.
De la manera que hemos identificados las cualidades de un buen empleador, ahora revisemos, las características negativas de un mal trabajador.
- La ociosidad. ¿Cómo estaban estas personas cuando el padre de familia las halló? Desocupadas. Llevaban todo el día sin hacer nada. E problema de contratar personas en estas condiciones, sin disciplina de trabajo, es que difícilmente cambian de actitud una vez que están laborando. Porque no tienen la cultura ni la disciplina. Y aunque se les brinda una oportunidad laboral, siguen con su tendencia a la ociosidad o a la negligencia en su trabajo. Ningún jefe contrata empleados para estar remolcándolos o empujándolos a trabajar.
- La justificación. Al preguntarles, ¿Qué hacían todo el día sin trabajar? ¿Qué respondieron? Nadie nos contrata. Pero tampoco hacían nada al respecto para que los contrataran. Es entendible que hayan desempleados, porque es un problema social y económico que enfrentan nuestros países, el flagelo del desempleo; pero es inadmisible que hayan desocupados, ociosos. Alguien responde por los ociosos, por lo general sus padres. El ocioso come con alentado, pero trabaja como enfermo.
- La queja. Al terminar la jornada, ¿Cuál fue su balance? “tuvimos que soportar la carga y el calor de todo el día? Una persona, que percibe el trabajo como una carga y que no soporta ni siquiera el calor del día, es un mal trabajador; y con esa actitud lo único que logra es perjudicar la empresa y es un factor nocivo para la compañía.
- La murmuración. ¿porque murmuraron? Porque el señor de la viña, recompensó a unos trabajadores pagándoles el mismo salario. Un buen empleador bonifica a sus mejores empleados, nunca a que quejumbrosos e improductivos. El mejor trabajador no es el que más trabaja, sino el que el más produce. Aquello que no hacen sino reclamar derechos, pero no cumplen deberes, jamás serán bonificados o recompensados.
- La ingratitud. ¿Qué estaban haciendo cuando el señor de la viña los abordó? Nada. Les ofreció una oportunidad laboral, contrató a unos ociosos, pero no agradecieron, sino que se quejaron y criticaron al señor y lo tildaron de injusto; siendo que ningún agravio les había cometido. Hay personas que se han hecho en una empresa, la cual sido su escuela y universidad, y ni siquiera honran o agradecen lo recibido y aprendido.
- La envidia. Por regla general, un mal trabajador es envidioso y cizañoso; murmura, critica y tiene envidia de aquellos que hacen bien su labor, y son recompensados por ello. Los envidiosos son personas que se han ido envenenando así mismas, y con el tiempo, sufren el colapso de su amargura y su resentimiento; porque son apartados de la compañía al convertirse en factores de disensión, división y discordia.
- La improductividad, el buen trabajador se mide por resultados. “por los frutos los conoceréis.” Una persona que al final de un día, un mes, un año, en lugar de frutos lo que presenta son explicaciones y justificaciones de porque no logró aquello que se esperaba de él y para lo cual se le contrató, termina siendo retirado y se le da la oportunidad a quien quiere aprovecharla y corresponder con compromiso y productividad.
Cada persona tiene la oportunidad de crecer y progresar, pero su actitud ante el trabajo será determinante para conseguirlo. Si un empleado no tiene la actitud correcta, solo tiene dos opciones; cambia su actitud, o cambia de actividad; pero no puede continuar en una empresa con una actitud incorrecta, perjudicando la empresa y asi misma. En el pódium de los campeones, nunca están los perezosos ni los ociosos, sino los esforzaos, disciplinados y constantes.