2014 se va y como todos los años que se alejan, tuvo sus altas y sus bajas. Muchos temas que parecían ser desconocidos se convirtieron en algo trascendental para muchos de nosotros, aprendimos cosas nuevas y otras quedaron en el pasado, como en el caso de la facturación impresa, que de hoy en adelante solo será una historia que les contaremos a nuestros nietos, quienes estarán completamente acostumbrados a la facturación electrónica.
Así es, como la generación que vio florecer el internet, todos aquellos que tuvimos que acostumbrarnos a la factura electronica hoy la vemos aún como algo un poco ajeno, que para algunos fue la salvación y para otros fue un dolor de cabeza, pues hubo quienes ni siquiera estaban familiarizados con las computadoras y tuvieron que hacerse sus amigos para poder facturar sin demora. Sin embargo no todos hemos entendido del todo de qué va este nuevo modo de facturar y en los primeros días del próximo año tendremos que acostumbrarnos también a la contabilidad electrónica.
A pesar de que en 2013 se anunció este nuevo sistema administrativo, muchas personas decidieron ignorarlo hasta que fue demasiado tarde, ya cuando no hubo más opción que ponerse al corriente se cayeron los sistemas debido a que una gran cantidad de personas buscaba hacer sus trámites a la vez; el SAT no estaba preparado para esta gran ola de contribuyentes desesperados.
Tarde pero seguro, todos los contribuyentes terminamos dándonos de alta en este sistema que desde el primero de enero de este año es obligatorio para todos. Hay diferentes maneras de emitir las facturas, el SAT detectó que en total, los 4’119,617 emitieron hasta el 30 de noviembre un total de 4,453’463,653 de facturas a través de un Proveedor Autorizado, mientras que a través del portal del SAT se emitieron 68’349,761 de facturas en el mismo periodo de tiempo.
Esto demostró que las personas tienen más confianza en los Proveedores Autorizados de Certificado (PAC) que en el mismo SAT a pesar de que son ellos mismos quienes validan las facturas que emitimos a través de cualquier servicio.
El primero de marzo de 2014 los Comprobantes Fiscales Digitales (CFD) le dieron el paso a los Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI) digitalizando todos nuestros datos y procedimientos legales.
Hoy en día en cualquier lugar establecido nos pueden facturar el consumo electrónicamente, solo tenemos que dar nuestros datos fiscales y gracias a las firmas digitales no necesitamos más que eso para comprobar que somos nosotros quienes emitimos y recibimos facturas.