No es nada fácil encontrar trabajo hoy en día, más lo es conseguir que nos atiendan y organicen una entrevista de trabajo, sin embargo el problema no queda ahí. ¿Cuántas veces hemos conseguido que nos llamen a una entrevista y hemos lamentado no habérnosla preparado correctamente? Más de una seguro. A pesar de que la dificultad de las preguntas realizadas por los entrevistadores es elevada, donde los cuales deben aumentar los requisitos ante la gran cantidad de demanda existente, resulta que toda la culpa recae sobre nosotros por no estar preparados.
Aquí tienes una recopilación de todas y cada una de aquellas que más problemas han generado en muchos entrevistados, los cuales tuvieron que buscar una respuesta rápida llevada por el pánico y nervios en ese momento.
¿Qué te parece nuestra empresa?
Olvídate de decir me parece muy bonita. Debes ser directo e inteligente, en el momento en el que te comunican de una entrevista con la empresa A, dedica unas horas de tu tiempo en conocer todos y cada uno de los aspectos de esta empresa. De esta forma tendrás un amplio repertorio de datos que ofrecer.
¿Cuáles son tus puntos débiles?
Aquí la gente procura contar lo peor: “Me levanto tarde a veces”, “Soy informal a veces”, etc. Si tuviéramos la ocasión de realizar un repertorio con algunas de las contestaciones que se han ofrecido en esta pregunta, podríamos hacer un libro de humor.
Olvídate de contar lo malo de ti. ¡Es justo lo que quieren para tener una razón por la que no contratarte! Muéstrale que tu peor defecto es una ventaja para ellos, por ejemplo: “Me considero muy perseverante, y en determinadas ocasiones no desisto hasta que no lo consigo. Esto a algunos compañeros de trabajo les molestaba”. De esta forma verá que tu defecto se puede convertir en un punto extra para determinados trabajos.
¿Qué me puedes contar sobre ti?
Prepárate esta pregunta antes de salir de casa, ya que el entrevistador te la planteará de las primeras y buscará el efecto que genera sobre tu capacidad de respuesta y análisis.
Haz un repaso por tus cualidades, formación y experiencia. Procura omitir detalles emocionales e ideológicos, quién sabe, igual no comparte tus pensamientos, no le des argumentos ni pistas.
¿Qué sueldo te pondrías?
No caigas en esta pregunta, el entrevistador está como loco esperando que le des una cifra. Piénsalo, des la cifra que des, siempre será o muy alta o muy baja. Deja que esa función la haga el departamento dedicado a esas tareas y que sean ellos los que te lo propongan.
Tu solo limítate a ofrecerle tu disponibilidad sobre la decisión que tome la empresa, recuérdale tus habilidades, experiencia y conocimientos en el puesto de trabajo para que sean ellos quienes lo determinen.