Todos hemos oído hablar de los peligros de la procrastinación, pero ¿qué es precrastinar y por qué puede ser un peligro para mi eficiencia?
Todos conocemos como la procrastinación afecta a nuestra eficiencia. La tendencia que tenemos a postergar o a dejar para última hora aquellas tareas que no son de nuestro agrado, que nos da pereza realizar o que pensamos que no tenemos las suficientes capacidades para realizarlas.
Cuando postergamos y aplazamos estas tareas estamos poniendo en peligro nuestra eficiencia porque al dejarlas para última hora, probablemente no podremos dedicarle el tiempo necesario y el resultado será un trabajo incompleto o deficiente.
En la otra cara de la moneda está la precrastinación, el ansia por realizar las tareas mucho antes de la fecha límite, lo que puede suponer un peligro par nuestra eficiencia similar o mayor que la procrastinación.
¿Por qué la precrastinación compromete nuestra eficiencia?
Como he comentado, la precrastinación se caracteriza por querer realizar todas las actividades lo antes posible. Son personas que no soportan tener tareas pendientes, quieren acabar el trabajo pronto porque piensan que así son más productividad y están demostrando todo su potencial.
La realidad muestra que las personas precrastinadoras en su afán por terminar su trabajo en el mínimo tiempo posible y cumplir con todas sus obligaciones corren en el riesgo de poner en peligro su eficiencia porque, el exceso de rapidez en la ejecución de sus tareas puede llevarles a entregar trabajos incompletos, a que éstos sean deficientes,
La procrastinación por defecto y la precrastinación por exceso ponen en peligro la eficiencia de la persona en el desempeño de su trabajo.
Para garantizar la eficiencia de un trabajo o de cualquier actividad se requiere dedicación, planificación y tiempo. Antes de tomar ciertas decisiones o acciones es necesario realizar una evaluación, sopesar los pros y los contras, planificar una estrategia, contrastarla con los miembros del equipo y dejar un tiempo para que las decisiones madure,
La persona procrastinadora tiene que darse cuenta de que «las prisas nunca son buenas» y que «no por mucho correr se llega antes».
Rapidez y eficiencia no son causa y efecto.
Es verdad que en ciertas ocasiones tenemos que ser rápidos en la toma de decisiones porque nos encontramos ante imprevistos o urgencias que tenemos que resolver. Pero ser rápido no significa no tener una capacidad de análisis. Incluso en los momentos de máxima presión, un mínimo de reflexión y de concentración son imprescindibles,
Por lo general, estas situaciones de máxima presión no son lo habitual y las actividades necesarias para asegurar la eficiencia de la empresa pueden ejecutarse de una en una, distinguiendo las urgentes de las importantes, algo esencial pero que a la persona procrastinadora le resulta difícil.
¿Qué rasgos de personalidad caracterizan a la persona precrastinadora?
Antes de tratarlos, tenemos que tener claro que la persona precrastinadora busca la eficiencia y está convencida de que con su afán de entregar su trabajo incluso antes de la fecha límite, está garantizando esa eficiencia que tanto ansia.
El problema reside en qué tiene una confusión acerca de lo que significa eficiencia y lo asocia con rapidez, con abarcarlo todo, con atender todo de manera inmediata. Será la primera en revisar los correos y contestarlos, en hacer un seguimiento de los clientes a los que se ha enviado un presupuesto sin darse cuenta de que su actitud puede ser perjudicial e incluso contraproducente porque los clientes pueden sentirse presionados.
Rasgos de personalidad de las personas precrastinadoras:
- Son personas muy activas que no saben regular sus niveles de energía
- No soportan tener tareas pendientes
- Son personas inseguras y piensan que realizando su trabajo antes que sus compañeros lograrán demostrar su eficiencia y su valía
- Les gusta la inmediatez, son la típicas personas que lo «quieren todo para ayer»
- Tienen baja tolerancia a la espera y la paciencia
- Pueden tener una baja autoestima y piensan que llegando a todo y siendo rápidas pueden complacer a sus jefes, familiares y amigos
- Son personas nerviosas, con cierta hiperactividad
Como he explicado, la persona precrastinadora busca la eficiencia pero con su actitud y modo de proceder consigue todo lo contrario.
Si te sientes identificado con algunos de estos rasgos o manera de proceder en el trabajo o en tu vida cotidiana, es importante que tomes consciencia de que la eficiencia no se consigue haciendo muchas tareas y de manera rápida, más bien todo lo contrario.
Para ello, es muy importante que aprendas a regular tus niveles de energía y a entrenarte en habilidades que te permitan desempeñar tu trabajo desde la serenidad y el equilibrio.
NOTA: En mis sesiones de coaching te ayudaré a conocerte mejor y a regular tu energía para que puedas enfocarte en la realización de las tareas de una en una, distinguiendo las urgentes de las importantes para que ganes en eficiencia.
DATOS DE LA AUTORA: Begoña Serra, es española y coach tranformacional especializada en temas de liderazgo, comunicación eficaz y gestión emocional. Asesoro a directivos en el desarrollo de sus habilidades directivas y capacito a equipos de alta productividad. Conferenciante y escritora en distintos medios digitales.
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LIBROS PUBLICADOS:
Una segunda oportunidad, Ediciones Carena
¿Quién duerme a mi lado?, Bubok