A pesar de que estemos viviendo la peor pandemia de los últimos 100 años, aún existen muchas personas que desean empezar un nuevo negocio. Esto se debe a que en este nuevo contexto, surgen nuevas necesidades.
Así que muchos emprendedores saben que, cuando existe un problema o molestia en la vida de las personas (o incluso en otras empresas), eso significa que existe una potencial idea de negocio. Claro, en el contexto Covid-19 algunas ideas pueden desarrollarse para crear soluciones de largo plazo; otras probablemente solo funcionen con la reapertura de las actividades comerciales y la recuperación económica.
Aprende a vivir con la incertidumbre
De cualquier forma, todas las ideas merecen desarrollarse, pero para ello tienes que tener en mente la regla de oro del emprendimiento: aprende a vivir con pocas certezas. Esto significa que no importa si realizaste encuestas, juntaste muchos datos sobre tu potencial nicho de mercado o creaste un prototipo; uno nunca puede anticiparse a lo que sucederá hasta que empieces a vender o brindar los servicios que deseas.
Por ello, antes de continuar con esta lectura, el primer consejo que necesitas tener en mente es que emprender es aprender a vivir con pocas certezas. Por ejemplo, nadie puede negar que la idea de negocio de Uber era completamente revolucionaria, pero con la pandemia muchas de sus estrategias comerciales se vieron severamente afectadas.
Si esta premisa te genera ansiedad, no te preocupes aceptar la incertidumbre no quiere decir que las investigaciones de mercado o los prototipos que generes son completamente inútiles. Lo que queremos decirte es que cuando realices este tipo de actividades para poner a prueba tu idea de negocio, debes tener en mente que tu meta es reducir la incertidumbre, no eliminarla por completo.
Sé crítico con tu idea de negocio
Seamos realistas, en el mundo real cuando alguien tiene una idea de negocio el primer paso no es elaborar encuestas o crear un prototipo (eso viene hasta después). Antes de eso, hay que retroceder un paso y analizar el planteamiento del negocio con ojos críticos.
Para ello, vale la pena que primero te preguntes qué es: si de verdad a la gente le va a importar el producto o servicio que quieres ofrecer. Probablemente tu idea te entusiasme y tú serías el primero en comprar, pero debes considerar que no todas las personas son tú.
De tal manera que debes separarte de ese entusiasmo e intentar ser lo más objetivo que te sea posible. En otras palabras debes ver esa idea como si fuera algo que se le ocurrió a tu competencia. Ver qué le falta y cómo podrías sacar ventaja tú.
Para este ejercicio es mejor si tienes la opinión de alguien en quien tú confíes y que no esté involucrado en la idea de negocio. Pídeles a estas personas que sean honestas y noten los detalles que tú ya no alcanzas a percibir.
Sólo ten cuidado de que no te digan cosas que tú quieras oír. Para ello, durante la sesión puedes preguntar ¿ves algún problema en el proceso? ¿crees que estoy olvidando algo?, etc. De esta forma es menos probable que tengas opiniones sesgadas. El objetivo de este ejercicio es que encuentres los detalles que vayan más allá de la necesidad que buscas cubrir, algo que haga a tus clientes decir WOW.
Esto aplica incluso si tienes una pequeña tienda de abarrotes, puede que para mejorar el servicio también ofrezcas recargas telefónicas o pagos de servicios. De esta forma cubres una necesidad que tus clientes probablemente no esperarían conseguir en tu negocio.
Ve qué es lo que ha sucedido hasta ahora
Haz una lista de las cosas concretas y específicas que tendrían que ocurrir para abrir tu negocio. Procura que los elementos que enlistes tengan desglosados los detalles en relación a tiempos, presupuesto, personal, etc. Ojo, esto no quiere decir que pongas hasta el último detalle como qué es lo que tiene que decir el primer post del negocio (palabra por palabra).
Es decir, sólo pongas las cosas importantes. Siguiendo con el ejemplo de la tienda de abarrotes esta lista tendría actividades como redactar un plan de negocios, elegir la ubicación, tener lista equipo adicional o señalética, quiénes serán los proveedores, etc.
Todos los negocios tendrán tareas similares como por ejemplo las proyecciones de ventas, el plan de negocios, asignar presupuesto, etc. También tendrán cosas totalmente diferentes, pero el punto es que tengas una fotografía clara de qué es lo que implica tu idea antes de implementarla.
En conclusión
Como vimos al principio, para probar tu idea de negocio hazte a la idea que parte de emprender es aceptar que no hay certezas- Lo que debes generar con esta premisa en mente es que debes formular tu idea como si fuera una hipótesis. Para ello, deberás juntar datos o información que medianamente respalde la misma viabilidad del negocio.
Por supuesto, partir de una idea de negocio es asumir un riesgo. Así que primero deberás asegurarte que tengas una percepción clara de qué tipo de cosas podrías enfrentarte. Si decides lanzar tu idea de negocio, entonces perfeccionala, pruébala y después planifica para ponerla en ejecución.