Por Ignacio Jaén
En un mundo cada día más marcado por la era Google, Twitter, Facebook y otros, parece que ya no es posible realizar otro tipo de relaciones públicas en la empresa si no es a través de las redes sociales.
Cada vez más, las empresas invierten sus presupuestos de relaciones públicas y comunicación, en redes sociales, comunicación on line, y han dejado de lado (me imagino que por la escasez de recursos y la novedad) las tradicionales relaciones públicas.
Sin embargo, las unas no son sustitutivas de las otras (y en esta frase se puede y debe aplicar la propiedad conmutativa) sino complementarias. Y la prueba de ello es el éxito que tienen eventos (físicos y no virtuales) de cualquier índole que son convocados, promovidos o publicitados a través de redes sociales.
Las empresas, sobre todo las que menos recursos pueden dedicar a comunicación y relaciones públicas, tienen que evaluar de forma muy prudente sus necesidades, los recursos de que disponen y las posibilidades que tienen para emplearlos.
Por otra parte, Jeff Jarvis afirma en su libro Y Google, ¿Cómo lo haría? que las relaciones públicas son inmunes a la rehabilitación a través del pensamiento Google. Para Jarvis, el problema de las personas que trabajan en estas dos profesiones es que tienen clientes. Deben representar una posición, ya sea buen o mala y por tanto dejan de ser transparentes, sinceros y su credibilidad se debilita. Para este autor, debe ser misión de las empresas de relaciones públicas convencer a sus clientes de que deben ser transparentes y honestos, en lugar de representarles y manipular su imagen de cara al mundo.
¿Pero es que acaso es incompatible? Quizá en Estados Unidos sí.
Si la imagen debe ser llevada por uno mismo, en pocos años empresas, instituciones, personalidades, prescindirán de los servicios de relaciones públicas y comunicación para organizarse ellos mismos. Y entonces, ¿se van a convertir en expertos en redes sociales, comunicación, eventos, marketing on line …?
Pues no es por defender mi profesión, pero al final, zapatero a tus zapatos (y no es una mención al presidente del Gobierno). Y que nadie piense que la imagen es algo tan sencillo de gestionar como para dejarlo en manos de quien no sabe. Gestionar bien una imagen cuesta mucho trabajo, echarla abajo mucho menos.
Fuente: http://comunicacionparapymes.wordpress.com/