Es importantísimo que en su gestión diaria, en cualquier actividad que usted desarrolle, ya sea como manager o cajero de un supermercado, usted persiga la perfección. Todas las decisiones que toma, todas sus acciones deben estar dirigidas a lograr un solo propósito: Perfección.
Desde el primer momento que comienza a hacer algo deberá proponerse como objetivo que el resultado sea perfecto, con la calificación más alta que pueda obtener y no escatimar esfuerzos en lograrlo. Borre la palabra imposible de su diccionario y de su mente.
Los estándares diarios que usted maneje deben ser siempre los más altos: desde colgar un cuadro en su oficina hasta modificar toda una exhibición pasando por la elaboración de un reporte de ventas. Todo debe ser desarrollado de manera que el resultado final sea siempre el mismo: perfecto.
Un objetivo pobre lo llevará a obtener un resultado más pobre todavía.
A medida que vaya desarrollando su proyecto encontrará situaciones inesperadas que le podrían hacer disminuir la calidad del trabajo final o fallar en distintos aspectos: Un tercero que no cumple con una entrega, un error en el sistema de cómputos o un simple corte de luz van a interferir en el resultado final. Si el objetivo es buscar un resultado perfecto, con lo explicado anteriormente, seguramente no lo logrará, pero estará muy cerca de la excelencia.
Ayudado por un diccionario (soy de los que todavía tienen un diccionario en el escritorio) encontré las siguientes definiciones:
- Perfección: Ausencia total de defectos o errores.
- Excelencia: calidad superior de una cosa que las hace dignas de estima y aprecio.
Después de entender las dos definiciones, podrá ver a qué quiero llegar con tanta insistencia. Será más fácil entonces lograr un alto grado de excelencia si usted está en búsqueda constante de la perfección. Si usted es una persona altamente influenciada por la haraganería, o tiene memoria de pollo, copie la siguiente frase: “Es más fácil hacer las cosas bien que explicar por qué se hicieron mal”.
Para finalizar quiero recordar las palabras de Vince Lombardi: “La perfección no es alcanzable, pero si perseguimos la perfección podemos alcanzar la excelencia”