En un mundo altamente digitalizado como el de hoy en día, se ha venido imponiendo en el mundo la tendencia a reducir la producción de materiales o documentos impresos. Muchas empresas se han sumado a esta tendencia ya sea por razones financieras o por la implementación de soluciones más amigables con el medio ambiente. Como consecuencia, la producción de contenidos o documentos digitales que jamás serán impresos pero que contienen información vital para los negocios de la compañía ha aumentado considerablemente.
Dicho aumento en la producción de información digital, ha ocasionado que las empresas se interesen no solamente por la correcta gestión de su archivo en papel sino también por la correcta gestión de su archivo digital, lo cual ha fomentado en los últimos años la búsqueda e implementación de este tipo de soluciones.
Ese aumento en la cantidad de información digital también ha incrementado el número de incidentes relacionados con el mundo digital: pérdida y eliminación de archivos por problemas de hardware o por ataques informáticos. Estos problemas que se han vuelto cada vez más comunes para las organizaciones de hoy en día y para las que se deben preparar adecuadamente.
Sin embargo, la producción de copias de seguridad o backups de información no es por si sola garantía para la completa recuperación de datos, pues también se debe garantizar el correcto almacenamiento de las copias de seguridad de tal manera que se garantice que si la fuente original de datos es afectada por un ataque o incidente, el backup de datos no corra la misma suerte y se facilite la correcta recuperación de los datos.
En términos generales para el almacenamiento de copias digitales, se recomienda que sean almacenadas en equipos y sitios diferentes a los de la fuente original, por lo tanto el almacenamiento de discos o cintas fuera de los centros de datos de las organizaciones es una práctica de seguridad altamente recomendada y que minimiza los riesgos de pérdida de información.