Cada día nos llegan más correos electrónicos, hay más publicidades en la calle e incluso nos comunican promociones con mensajes de texto al teléfono móvil. Por otra parte, estamos rodeados de publicidades y estímulos que intentan captar nuestra atención.
Por ello, hoy no es suficiente hacer llegar nuestras comunicaciones a los consumidores potenciales, debemos lograr impactarlos para que las lean y las comunicaciones por tanto deben cautivar al lector para que continúe su lectura.
La primera característica de toda comunicación es que debe ser atractiva. Desde la forma (imágenes, escritura y todo lo que se relaciona con su diseño) nuestras comunicaciones deben llamar la atención. Pero también desde su contenido. Los titulares deben incitar a leer el resto del texto, deben despertar interés.
También es importante que el texto exponga la utilidad del producto o servicio que se ofrece. Debemos convencer al lector por qué lo necesita ahora. Esto se logra ponderando la utilidad práctica y las soluciones que puede proporcionarles.
El texto debe ser fácil de leer. Los subtítulos, deben organizar el texto de forma que los lectores más ansiosos puedan identificar rápidamente el área de su interés. Dar énfasis a puntos importantes de nuestra comunicación, ayudan a dirigir la lectura.
El vocabulario utilizado en el texto debe ser asequible. Se debe evitar la redacción excesivamente técnica que pueda ser confusa para la mayor parte de la gente. No todos los lectores tendrán los mismos conocimientos técnicos que nosotros.
Incluso si nuestro producto es de uso industrial, la comunicación puede caer en manos de alguien que carezca del conocimiento técnico suficiente.
La información debe ser valiosa. Esto permite que el lector la guarde o la difunda reenviándola a personas interesadas.
Al promocionar nuestra empresa, sus productos o servicios, es importante incentivar al cliente a contactar con nosotros y decirle cómo debe actuar a continuación. Conviene dar señales para la acción tales como “para saber más envíe un e-mail a…” o “haga click aquí”.
Finalmente, recuerden que el potencial cliente dudará siempre de publicidades que prometan demasiado o contengan información confusa. Seamos concretos y no prometamos lo que no podemos cumplir.
Alberto Aguelo
www.empresadehoy.com