Continuamente hablamos de cómo mejorar la gestión del tiempo y es que actualmente hay cientos de libros con herramientas, métodos y técnicas para aprender a gestionar nuestro tiempo de manera más eficaz. Ordenamos nuestros proyectos, tareas y deadlines respecto a una línea temporal, como una jornada diaria que pretendemos cumplir eficazmente y de manera ordenada. No obstante, la mayoría de las veces, no tenemos en cuenta un factor esencial que determinará el cumplimiento o no de nuestros propósitos; nuestra energía.
La importancia de la gestión de energía frente a la gestión del tiempo
El descenso de productividad depende de muchos factores sobre los que podemos tener o no control: una mala planificación, las constantes interrupciones o la falta de energía son algunos de los más destacables. Identificando la influencia que estos factores tienen en nuestro día a día podremos intentar solucionarlos y mejorar nuestro potencial.
Imagina que eres muy productivo justo a primera hora del día, pero constantemente este horario está plagado de reuniones, citas o llamadas. Siguiendo ese ritmo de trabajo estarás desperdiciando tu potencial. Si conseguimos localizar cuáles son los momentos en los que tenemos un mayor rendimiento podremos ajustar nuestros horarios a nuestros niveles de energía y así conseguir mejorar nuestra productividad. Para ello puedes tomar como muestra una semana de trabajo, apuntando en qué momentos te encuentras con más energía y en que momentos te encuentras con menos. Con los datos obtenidos puedes preparar un calendario energético gracias al cuál podrás agendar tus tareas a un momento más acorde de tu día dependiendo de sus necesidades.
Pero no solo se trata de controlar nuestros momentos de trabajo, sino también los momentos de pausa. Saber cuándo debemos descansar nos ayudará a ser más efectivos en el trabajo. Establecer bloques de tiempo con tareas adaptadas a nuestra energía en cada momento es un buen método para sacar adelante el trabajo pendiente. Aunque puede ser costoso al inicio, a medio plazo nos ayudará a sacar nuestro máximo potencial.
Cuando estamos agotados, es prácticamente imposible conseguir un buen rendimiento. Conocer nuestro ritmo vital será imprescindible para empezar a gestionar nuestro tiempo de manera efectiva. Planificando nuestras tareas acorde a nuestra energía así como estableciendo pausas o breves rutinas que nos ayuden a desconectar, conseguiremos gestionar mejor nuestro tiempo y consecuentemente podamos ser más productivos.
Si te ha parecido interesante este consejo, ponlo en práctica y verás como mejoran tus resultados y cómo completas las tareas de manera más efectiva.
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