Los errores más comunes de las personas que comienzan un nuevo negocio, son olvidar la investigación del mercado al que pretende servir y abandonar la planificación, así como no ser realista acerca de sus habilidades, sus fortalezas y debilidades.
Muchos nuevos empresarios piensan que tienen un producto fantástico, generalmente porque los amigos están de acuerdo. Pero, ¿Qué es lo que el cliente realmente piensa? ¿El producto o servicio cumple con lo que el cliente necesita o desea? ¿Cómo puede la nueva empresa atraer clientes? y ¿Cómo puede la nueva empresa mantener los clientes para que vuelvan a comprar?
Las respuestas a estas preguntas se encuentran en los estudios del mercado, cuyo objetivo principal es ayudar a la empresa a determinar si es o no un mercado de tamaño suficiente. El segundo objetivo es ayudar a las decisiones cómo debe venderse ese producto, teniendo en cuenta el mercado y la competencia, para promover el producto. Todos son aspectos críticos en la puesta en marcha de un negocio.
Mientras tanto, hay que recordar que el fracaso de muchas pequeñas empresas se atribuye a la falta de capacidad de gestión y administración por parte del empresario.
Las empresas deben conocer los factores clave para su rentabilidad, elección del producto, producción o compras, calidad, imagen, acciones de marketing, costos …
Un emprendedor debe ser capaz de determinar si cuenta con las fortalezas que se corresponden con las necesidades del negocio y si está dispuesto a desarrollarlas con la formación oportuna y la experiencia.
Marketing y Gestión han sido identificadas, junto con la gestión económica financiera, como las deficiencias principales de las pequeñas empresas.
Por desgracia, los empresarios tienen a menudo un exceso de confianza. Ellos no tienen casi nunca en cuenta la Ley de Murphy y hacen planes de contingencia para posibles adversidades. Subestiman el tiempo, dinero y esfuerzo necesario para arrancar el negocio.
Desarrollar y poner en marcha un nuevo negocio requiere por tanto una considerable investigación y una meticulosa planificación. Conocer el cliente y conocerse a sí mismo.
Alberto Aguelo
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