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Si no tengo Empleo, ¿Qué opciones tengo?

Dice una frase que circula por ahí: “Si no consigues un Empleo, ponte a trabajar”.

Si por unos segundos evitamos interpretar la frase desde su lado irónico, podemos encontrar en ella una afirmación de notable riqueza. Veamos por qué:

1.- Es desde todo punto de vista un error pensar que Empleo y Trabajo son sinónimos. Aunque debiera ser sencillo entender la diferencia, muchas personas no tienen la capacidad de establecerla. Para una cantidad muy importante de ellas si no se tiene un Empleo, entonces no se tiene Trabajo.

2.- Resulta muy lógico suponer que si no se consigue un Empleo debe hacerse “algo” más que el solo hecho de insistir en ésa senda.

3.- Si el Empleo es “un tipo” de trabajo y nada más, luego deben existir otros que no vale la pena ignorar, mucho menos si la búsqueda de un Empleo se torna dificultosa.

4.- La afirmación obliga a pensar en algo bastante elemental aunque parezca muy severo: ¿No existe nada más en esta Vida que pueda hacerse aparte de conseguir y tomar un Empleo? ¿Hemos llegado a este mundo para ser empleados y nada más? ¿Es razonable suponer que sin un Empleo no existe posibilidad de habitar decentemente esta tierra?

Las conclusiones y las respuestas a estas interrogantes son obvias, todos podemos coincidir en ellas si aplicamos un mínimo de racionalidad. El Empleo no lo es todo en la Vida, por supuesto, y no constituye, en forma alguna, la medida exclusiva de nuestro valor o capacidad de producir y ser alguien de provecho para los nuestros y para la comunidad.

El hecho que muchas veces pensemos o sintamos las cosas de forma diferente no tiene un fundamento racional, se inscribe en el ámbito de la influencia psicológica que provoca el Empleo y todo lo relacionado a él, especialmente ése programa mental que desarrollan en nuestras mentes desde que somos pequeños: estudios convencionales, carrera profesional (en un empleo), seguridad económica (en un empleo), garantía de sustento en la vejez (gracias a 40 años de empleo), etc.

Curiosamente, somos conscientes que la mayor proporción de personas que alcanzan mejores niveles de calidad de vida, libertad, satisfacción y equilibrio emocional, son aquellas que no desarrollan su vida alrededor de la lógica de un Empleo. Lo sabemos, lo reconocemos, pero preferimos ignorarlo conscientemente.

Existe una palabra que resume la razón de todo esto: Miedo.

El fenómeno de asociar el Empleo a toda forma segura, decente y responsable de vivir, no tiene fundamento en la capacidad de las personas, en su bagaje intelectual, en su origen económico, social o en su capacidad financiera. Ésa asociación se remite simplemente al Miedo que tienen de construir una vida fuera de los márgenes tradicionales del Empleo. Miedo a reconocer que las cosas más valiosas que la Vida ofrece se encuentran precisamente fuera de ése pequeño espacio y su sentido falso de seguridad. Quien entiende, interpreta y proyecta la Vida exclusivamente desde un Empleo es como el ave que le canta a la Vida desde la estrechez de su jaula.

Echemos por un momento el Miedo fuera de esta ecuación y midamos el valor racional de las siguientes reflexiones:

a) ¿Es posible que cualquier persona o profesional DECIDA tener en su Vida únicamente aquel Empleo que le retribuya económica y personalmente el Valor que calcula poseer? ¿Es posible que tome la firme DECISION de no aceptar ni permanecer nunca en un Empleo que no lo satisface integralmente?

¿Quién le impide que esto sea así? ¿No es acaso uno mismo el que se pone estas limitaciones? Porque si finalmente el Empleo es UNA de las opciones que se tiene de perfeccionar el trabajo y la capacidad de producción, entonces el ÚNICO Empleo que vale la pena es aquel que “paga” por las expectativas de Valor y Bienestar que se tienen.

¿Es razonable mantener un Empleo “no satisfactorio” bajo el argumento “frágil y sospechoso de la necesidad”?

b) ¿Qué quieren decir exactamente ésas afirmaciones de “mantengo este Empleo por necesidad o porque por el momento no me queda otra opción”? ¿A qué necesidad nos referimos habitualmente? ¿A la necesidad de comer y mantener nuestras gastos básicos y los de nuestras familias? ¿O a la necesidad de mantener “cierto” nivel de Vida que nos ha permitido alcanzar ése ingreso en particular?

Nos planteamos muchas veces la disyuntiva que sin “ése Empleo” podemos quedarnos sin comer y durmiendo bajo un árbol. Y la verdad es que ése extremo pocas veces responde incluso a probabilidades estadísticas. En realidad es más probable que la falta coyuntural del ingreso que proviene de “ése Empleo” nos prive de cosas que engañosamente asociamos a cierta calidad de vida.

Y por un engaño autoimpuesto perdemos la perspectiva de lo que en realidad representa la CALIDAD de las cosas en la Vida, puesto que NADIE que posea un Empleo insatisfactorio, uno al que acuda con pesar cada mañana, uno donde no se siente apreciado y donde no perciba profunda y genuina realización personal, posee una Vida de Calidad. ¡En absoluto!

La persona que no posee el Empleo que calza perfectamente con sus expectativas de Valor, en realidad sólo contribuye a la Calidad de Vida de quién lo está empleando.

c) ¡Ojo! El Empleo que vale la pena poseer debe tener una asociación integral a las expectativas que se posean y no puede medirse exclusivamente por el “nivel salarial”, dado que puede ser mucho mayor el drama de quién percibe un salario muy alto pero esencialmente nada más. Los empleados que tienen salarios más altos y mayores prestaciones suelen ser también aquellos a los que más se exige y quienes mayores cosas de Calidad sacrifican en su vida. No son pocos los casos de personas que prácticamente tienen que renunciar a sí mismos a cambio del “importante” salario que perciben, y deben hacer precisamente del Empleo la prioridad de su vida, porque solo así existe garantía de que esos ingresos permanezcan inalterables o eventualmente sean mayores.

El Empleo tiene una Regla de Oro que siempre se cumple: lo único seguro de un Empleo es que un día terminará. Y esa Regla castiga con mayor rigor a dos tipos de empleados: a los que más ganan y a los que más tiempo han permanecido empleados.

Si bien las generalizaciones no sirven nunca, no son pocos los casos de los empleados que precisamente han tenido una “carrera laboral muy bien pagada, estable y larga” y son quienes mayores problemas y fracasos tienen en la Vida luego que la Regla de Oro se cumple.

Esto es lógico. Son justamente ésos empleos los más “castrantes”, los que más privan de la posibilidad de construir habilidades, destrezas y experiencias varias. A este tipo de empleados les sucede lo que a la mascota de la casa cuando sale a la calle y se hace atropellar con el primer auto que aparece: simplemente se desarrollan en un ambiente que les priva de la capacidad de desenvolverse apropiadamente fuera de él.

d) ¿Qué obliga a que el profesional consciente de su Valor solicite o acepte en todos los casos un Salario como compensación de su desempeño laboral? ¿Por qué no pide una remuneración vinculada a su productividad o a los resultados de su trabajo en lugar de una asociada al uso de su tiempo? No serán pocos los empleadores que vean positivamente esto. El peor negocio para un Profesional es Negociar Tiempo por Dinero, debe negociarse siempre Dinero por Resultados, Dinero por Productividad, Dinero por Metas Alcanzadas. La remuneración fija es una negociación que favorece siempre al empleador, y de igual forma aquella que se disfraza de compensación variable basada en una “plataforma fija”.

El Empleo de Calidad y el Profesional de Valor se fundamentan en el 100% de remuneración sobre productividad o resultados. De ésa forma nadie vende o compra el tiempo de nadie, más bien su talento y su capacidad. El Tiempo es el activo más precioso que tiene todo ser humano, el único que no tiene precio y nunca se recupera una vez que se ha perdido. Pocas cosas existen que se acerquen más a lo inmoral que “vender o arrendar” el tiempo de vida que uno tiene. El profesional consciente de esto prefiere entregar su tiempo por una remuneración igual a 0 hasta que pueda apreciarse el valor de su trabajo y se active luego el pago justo por los resultados que alcanza.

No es el Empleo el que otorga “seguridad”, es el trabajo que se hace, la productividad, la capacidad de producción. El profesional que alcanza resultados no es fácilmente ignorado o considerado prescindible por el empleador, y si eventualmente lo es ¡pena por éste!, porque ése profesional está siendo esperado con ansiedad en otras fuentes.

e) Todo Profesional de Valor es un Negocio en sí mismo y tiene que manejarse como una Empresa. Produce y Vende algo que tiene valor. Si ningún Empleo cubre las expectativas de valor que tiene el producto, entonces tienen que buscarse otros clientes. Si es el producto el que está fallando entonces debe ser corregido. Punto.

El Profesional puede vender el producto que representa sin que medie para ello un Empleo. Y lo puede vender a las mismas personas o empresas que buscan el servicio en el formato de Empleo. Es más, puede vender el producto que representa a más de un “cliente” en particular, y con ello maximizará su negocio mejor que en un solo Empleo.

Estos son los Profesionales Independientes. Y aquellos valiosos son muy bien cotizados en las organizaciones que precisan estos servicios. Son, muchas veces, más cotizados que los empleados del mismo perfil, porque tienen más versatilidad y menos costo transaccional para el demandante. No son necesariamente los empleadores quienes eluden esta opción, son los profesionales que en su mayoría privilegian los estrechos beneficios del Empleo tradicional los que orientan la contratación por ése rumbo.

f) Si existe la idea apropiada y la disposición, el Profesional de Valor debe considerar siempre el Emprendimiento como una opción para realizarse. Si a la idea se le puede sumar el capital que se precisa perfecto, si no existe capital ¡no hay problema! No debe olvidarse nunca que el dinero es un bien “fungible” y su disposición en el mercado es muy amplia. La siguiente no es una frase elaborada por comodidad o un “cliché”: siempre existe más dinero que aquel que puede utilizarse. Hay más personas que tienen dinero y no saben qué hacer con él (y por lo tanto están haciendo un pésimo negocio), que gente que tiene una idea o proyecto y precisa capital para llevarlo a la práctica.

Si las economías del mundo se manejaran en función de que gente que tiene dinero sea a la vez la que genera todas las ideas y los proyectos para usarlo, no existiría ninguna dinámica. El dinero abreva en un manantial y las ideas, los proyectos y el trabajo abrevan en otros. De esos manantiales emergen cauces que se encuentran en el trayecto. No siempre el dinero genera visión, pero la visión aguda e inteligente de posibilidades genera siempre dinero. Los sueños no son privativos de la gente que tiene capital, todo lo contrario. Es el capital el que espera que lleguen los sueños, las visiones, las ideas y los proyectos.

En este mismo instante puede ponerse a gritar que lo que aquí se afirma corresponde a la poesía y el idealismo de la hoja de papel “que todo lo aguanta”, sin embargo es la Historia de la humanidad la que respalda estas afirmaciones, puesto que ésa historia está esculpida por sueños, ideas y proyectos. A ellos corresponde el testimonio, no al dinero que llegó de alguna parte para hacerlos posibles.

Ahora bien, el Profesional debe tener la habilidad, la disposición básica y el esfuerzo para encontrar fuentes de capital para sus inquietudes, pero este no es un trabajo que necesariamente tenga la misma dificultad de una vida entera que se invierte en un Empleo no satisfactorio.

g) Si el Profesional de Valor no tiene las “aptitudes emocionales” o la disposición de ser Independiente por cuenta propia o la capacidad de Emprender individualmente, siempre puede encontrar otros profesionales que se encuentren en ése camino, y puede plegarse a ellos aportando lo que sabe o lo que tiene. El mundo está lleno de ésas personas que ya se encuentran haciendo brecha. Encontrarlas tampoco representa una dificultad insalvable, buscarlas sin el ánimo de encontrar un Empleo, finalmente conduce a ellas. En ésos equipos se conciben muchas veces las pautas que determinan los oficios y las empresas del futuro.

h) El Profesional de Valor puede vender Ideas, Proyectos, Conocimientos. Puede enseñar, puede formar. Todas estas son variantes que toman proporción especialmente si se fundamentan en el desarrollo de habilidades o destrezas particulares. TODAS las personas en este mundo tienen alguna habilidad o destreza que las distingue de las demás, TODAS. Sobre ellas puede desarrollarse el Negocio personal de manera notable, y su valor económico puede adquirir grandes dimensiones, puesto que todo aquello que se hace con satisfacción y contento destaca más temprano que tarde y adquiere, por supuesto, mucho valor.

En la estrechez y en la incomodidad de éstas líneas nunca podrá llegarse a la precisión respecto al universo de posibilidades que la Vida le ofrece a la persona que quiere respetar su Valor y encontrar las vetas que genuinamente le den Calidad a su Existencia, pero sobran pobres y precarias líneas como éstas para afirmar sin temor que el Empleo no es de ninguna manera el objetivo por el que el ser humano ha sido puesto sobre este planeta.

Hace algún tiempo me serví de unas afirmaciones de Steve Pavlina para redactar el artículo “10 razones por las que nunca debería tener un Empleo”, y a medida que pasa el tiempo las 10 razones quedan cada vez más cortas. Son muchas, muchas más las razones por las que no es lo más recomendable tener un Empleo, pero una prevalece sobre todas: el Empleo condiciona la mentalidad de las personas con respecto a las ilimitadas posibilidades que tiene el ser humano y su destino de grandeza. El Empleo “empequeñece” la visión que la gente tiene de sí misma y del universo que la rodea. Si ése fenómeno hubiera hecho presa de todas las personas que han construido la historia, estoy seguro que ni usted ni yo hubiéramos podido estar presentes delante de este ordenador, ni de todo lo que hoy nos rodea. La historia siempre la han definido las mentes grandes, y todos somos potencialmente candidatos a ello.

Hace unos días atrás leí en la plataforma social Linkedin el comentario de una persona que decía algo como lo siguiente: “Dejen de publicar frases, pensamientos, fotos y artículos, publiquen ofertas de trabajo. Yo necesito un Empleo de manera urgente”.

¿Qué se puede decir en este caso?, si se le dice a esta persona que en cada cosa que rechaza existe una piedra preciosa que le puede aportar enorme valor, ¿Podrá entenderlo?; si se le dice que su actitud lo aleja precisamente de aquello que está buscando, ¿Servirá de algo? Finalmente ésa persona no es más que una representación de un fenómeno mucho más grande y complejo.

Para concluir, parece pertinente corregir un poco la frase con la que se abrió este artículo. Pongámosla de la siguiente manera:

“Si no consigues un Empleo y si no tienes miedo de salir de tu “zona de confort”, ponte a trabajar. Nos vemos en la cima.”

DATOS DEL AUTOR.-

Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.

Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”

WEB: www.elstrategos.com

Mail: carlosnava@elstrategos.com

Facebook: Carlos Nava Condarco – El Strategos

Twitter: @NavaCondarco

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