El mercado de los carros eléctricos en México: ¡Acelerando hacia el futuro con sueños grandes y pasos audaces!

¡Qué tal, amigos viajeros y amantes del planeta! Agárrense bien, porque el mercado de los carros eléctricos en México está prendiendo motores y viene con todo. ¡Es pura emoción, un chorro de retos y un montón de posibilidades que nos tienen con el ojo cuadrado! Imagínense: calles llenas de sol, ciudades vibrantes y una banda cada vez más grande lista para decirle adiós a la gasolina. Claro, no todo es miel sobre hojuelas—hay curvas que sortear—, pero el ambiente está que arde y el futuro pinta de lujo. Así que, échenle un ojo, agarren un tamarindo bien frío y vámonos de paseo por lo que está pasando con los eléctricos en México.

El mercado de los eléctricos en MéxicoEl mercado de los eléctricos en México

La onda de los eléctricos en México: ¡Creciendo a todo lo que da, pero con ganas de más!

México tiene todo para que los eléctricos sean un hit: sol a reventar que pide a gritos energía solar, ciudades grandotas como la CDMX y un hambre loca por vivir más verde. ¿Y los números? ¡Están que no los crees! En 2023, las ventas de carros eléctricos e híbridos se dispararon a más de 62,000, un subidón del 40% comparado con el año anterior, según los cuates de la AMIA. Y en 2024, la cosa se puso aún más sabrosa: BYD, los chinos que la están rompiendo, vendieron 40,000 eléctricos y ya están soñando con llegar a 80,000 en 2025. A nivel mundial, los eléctricos pegaron un brinco a 17 millones el año pasado, y México está agarrando su tajada, sobre todo en lugares como la capital, donde el smog nos trae de cabeza y todos queremos aire más limpio.

Pero aquí viene el pero: las estaciones de carga todavía están en pañales. Imagínate que te compras un eléctrico bien chulo, listo para pasearte sin preocupaciones, y luego te das cuenta de que no hay dónde enchufarlo. Según la Comisión Reguladora de Energía (CRE), a finales de 2024 había unas 2,500 estaciones públicas en todo el país. Para 126 millones de mexicanos, eso es como una estación por cada 50,000 almas—échale un ojo a las 67,000 que tiene Estados Unidos y verás por qué aquí andamos con el Jesús en la boca por si se acaba la pila. Si te sales de las ciudades grandes como Guadalajara o Monterrey, es un volado; en carreteras o pueblitos, encontrar una estación es como buscar un tesoro escondido.

Y no es solo que falten—ponerlas es un relajo. Los permisos se tardan una eternidad, la red eléctrica anda cojeando en algunos lados y el dinerito para instalarlas no cae del cielo. Los compas de El Economista lo dejaron clarito en un reportaje reciente: la burocracia lenta y la infraestructura tambaleante nos están frenando. Ni hablemos de que la gasolina sigue baratita gracias a PEMEX, así que convencer al compa de la esquina de que se cambie a un eléctrico es como pedirle que deje el pozole por ensalada.

¿Por qué nos emociona tanto esto y qué necesitamos para que despegue?

¿Por qué nos tiene tan prendidos? Primero, porque el aire en México está pidiendo auxilio a gritos. En la CDMX, el smog es un villano que nos tiene tosiendo y con problemas de salud a lo loco—miles de casos al año, según el INECC. Los carros y camiones sueltan casi el 25% de las emisiones del país, y los eléctricos podrían darle un buen tajo a eso, dejándonos respirar más tranquilos. Y luego está la lana: con Tesla armando su fábrica en Nuevo León y BYD planeando sacar 150,000 carros al año de una planta mexicana para 2025, esto huele a trabajos chidos, ideas nuevas y chance de presumirle al mundo que aquí también la armamos en grande.

Para que esto cuaje, México tiene que ponerse las pilas. Lo primero: necesitamos estaciones de carga por todos lados, no nomás en las colonias nice. El gobierno dice que quiere 15,000 para 2030, pero eso va a necesitar billetitos y menos trámites engorrosos. Darle un empujoncito a las empresas con subsidios para que pongan estaciones en los rincones más perdidos sería una jugada maestra—ahí donde no hay ni una en kilómetros. La red eléctrica también tiene que crecer: más sol y viento para alimentar esas estaciones sin seguirle echando carbón al asunto. Y para los conductores, ¿qué tal unas facilidades? Más descuentos en impuestos, préstamos baratos o hasta estacionamiento gratis en ciudades donde encontrar lugar es una odisea. Es mucho, pero con ganas, México le entra al quite.

Una idea chida: la banda se echa la mano con la carga

Y hablando de cosas padres, hay quienes ya están poniendo el ejemplo sin esperar a que todo caiga del cielo. Por ahí anda una startup, Plugcy, que está armando algo bien chido: conectar a los que tienen cargadores en casa con los que andan buscando dónde cargar. Es como si prestaras tu bici, pero con electricidad—una onda bien de compas. En X ya se armó el cotorreo: hay quienes dicen que por fin podrían aventarse un viajecito a Puebla sin andar rezando por un enchufe.

Los que están poniendo el ritmo

Volviendo a los que la están rompiendo, BYD no se anda con jueguitos—tras vender 40,000 eléctricos en 2024, ya están apuntando a 80,000 en 2025. Dicen que antes de que acabe el año escogen dónde poner su fábrica, y prometen 150,000 carritos en la primera etapa, con chance de doblar después. Tesla no se queda atrás—su gigafábrica en Nuevo León es como un faro que dice “aquí pasa algo gordo”. En X, la gente anda emocionada—unos ya vieron el Dolphin Mini de BYD por las calles del norte, otros sueñan con un Tesla pa’ presumir en la frontera.

Pero no todo es fiesta. Los eléctricos todavía pegan duro en la cartera—más caros que un carrito usado—, y con los sueldos apretados, no cualquiera se anima. La red eléctrica también tiene que aguantar vara; los apagones no son raros, y meterle más demanda puede ser un desmadre. Aun así, el ánimo está arriba—en X se habla de calles más limpias, menos ruido y un futuro que “nos merecemos”.

¡Que no se apague la chispa!

El camino de los eléctricos en México apenas está arrancando, y sí, hay un chorro de pendientes: más estaciones, planes más chidos, una red que no se achicopale. Pero con ideas ingeniosas como la de compartir cargadores y gigantes como BYD echándole ganas, esto ya no suena a sueño guajiro, sino a un viaje que ya estamos recorriendo. La próxima vez que estés en el tráfico, tragándote el humo, échate a soñar con un día donde los carros limpios sean la onda—y quién sabe, tal vez la solución esté a la vuelta, en el garage del vecino.

¿Y tú qué opinas? ¿Listo para que México se ponga eléctrico? Déjame tus ideas aquí abajo y sigamos dándole gas a este sueño verde, ¡órale!

Acerca del autor: Este artículo fue escrito por David.

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