Todo Emprendimiento, para ser exitoso, debe desarrollarse con el Tiempo actuando a favor de los intereses básicos del proyecto, nunca en contra.
Aparte de la idea, la visión, la decisión de actuar y el empeño, la administración apropiada del Tiempo es el factor más importante para el éxito de un Emprendimiento.
Esto aplica no solo en negocios, también en todos los Emprendimientos que se desarrollan a nivel personal, porque finalmente Emprender es un verbo que explica “acciones” que se llevan adelante.
El hecho de considerar el Tiempo como factor vital deriva de una situación elemental: todo Emprendimiento es siempre un Inicio, el comienzo de algo, y como tal no puede prosperar con la presión de resultados que apenas se están empezando a construir.
El Emprendimiento tiene un proceso de evolución similar al de los humanos: nace, es muy frágil y dependiente al principio, luego crece, madura y se consolida.
Y así como los padres de una criatura recién nacida no pueden esperar que ella camine, hable y se desenvuelva con soltura, así el Emprendedor no puede acelerar ciclos naturales en la evolución del emprendimiento.
Ahora bien, el ejemplo del bebe es fácil de entender porque es algo natural y así la aceptan los padres, pero en el Emprendimiento todo es más complejo.
Al Emprendedor se le demanda decisión, perseverancia, optimismo e incluso paciencia, pero poco se le dice de algo fundamental: ACEPTACIÓN.
Es preciso Aceptar con tranquilidad la existencia de un CICLO que determina el desarrollo del Emprendimiento, uno que en poco difiere de la evolución de los humanos.
Aceptar su existencia es más importante que la determinación, perseverancia, optimismo o paciencia del Emprendedor.
Se debe tener efectivamente determinación para emprender, pero esto en el marco de Aceptar la existencia del ciclo. Se precisa, por supuesto, perseverancia y paciencia, pero estas virtudes solo tienen valor en tanto quede aceptada la existencia de un periodo natural de evolución del Emprendimiento.
Hay circunstancias y particularidades en cada Emprendimiento, pero el ciclo de evolución natural está siempre allí. Existirán casos en que el desarrollo se facilite por algún motivo o las cosas sean más sencillas de lo esperado, pero el ciclo permanece sin cambio, como el teatro donde se llevan a cabo obras y presentaciones diversas.
En el entendimiento práctico de esto puedo ayudar el ejemplo de un partido de fútbol:
Existen jugadores, un campo de juego, aficionados, reglas específicas y muchos eventos. Y todo el acto debe desarrollarse en 90 minutos.
Los jugadores tienen capacidad de condicionar los eventos de un partido de acuerdo a su actuación, pero deben hacerlo a lo largo de los 90 minutos que dura el juego. La consciencia de éste tiempo es un factor neutro, un elemento que simplemente está allí.
Si a un equipo de fútbol le va bien temprano en el partido, igualmente debe cuidar el resultado hasta que concluyan los 90 minutos.
El hecho que el Emprendedor otorgue vida a su proyecto lo habilita a participar “del partido”, pero lo obliga también a considerar el ciclo de desarrollo del Emprendimiento más allá de los eventos que sucedan.
Todo Emprendimiento necesita desarrollarse en un ambiente similar al que dan los padres a un recién nacido. La asistencia inicial es indispensable y puede ser agobiante.
Este concepto (por lógico que sea), colisiona con muchos rasgos culturales de la Sociedad actual. La actividad emprendedora se inscribe en la realidad social, y ésta se caracteriza cada vez más por su percepción “cortoplacista” de las cosas, por la búsqueda ansiosa de retribución inmediata.
Una cultura del “tip y del clip”.
Todo es (en teoría), mucho más rápido y fácil hoy. Un par de teclas resuelven cualquier duda, una pantalla en la palma de la mano proporciona información inmediata de lo que está pasando en los rincones más remotos del planeta, la comunicación interpersonal es instantánea.
Y las personas propenden a pensar, entonces, que todos los procesos deben tener el mismo carácter.
Esta Mentalidad de Corto Plazo es el principal enemigo de los Emprendimientos. La idea de la retribución inmediata castra la perspectiva y el porvenir de los mejores proyectos. El Emprendedor que se involucra en esta lógica hace lo mismo que haría un jugador de futbol midiendo su rendimiento por eventos e ignorando que el partido dura 90 minutos.
No se trata de paciencia o necesidad de perseverar, es básicamente una cuestión de entendimiento. Existen procesos que demandan tiempo de forma natural. Un embarazo dura entre 7 y 9 meses, simple y llanamente.
En los Emprendimientos, a diferencia de partidos de fútbol o embarazos, no existe un tiempo definido, pero hay un proceso en el que éste juega un papel determinante:
- Ningún emprendimiento tiene Historia, y en éste sentido no existen bases sólidas sobre las que pueda proyectarse el desenvolvimiento futuro. Se trata básicamente de ajustarse a las expectativas del proyecto y dejar que el tiempo haga su parte.
- No existe una cartera consolidada de clientes, ella se encuentra en plena construcción, por lo tanto no hay fundamento que sostenga los presupuestos.
- Es posible que las personas involucradas tengan mucha experiencia en lo que hacen, pero el emprendimiento en sí mismo carece de ella, por lo tanto las probabilidades de cometer errores son importantes.
- El Emprendimiento depende de Inversiones que hagan los socios o dueños. El flujo de caja necesita tiempo para consolidarse y sostener la estructura de gastos.
- El equipo de trabajo suele ser pequeño.
- La acción de los competidores pone en riesgo la existencia del Emprendimiento precisamente cuando éste recién nace y opera en el Mercado.
- El Poder del cliente sobre la oferta de la Organización es mayor en tanto más joven es el Emprendimiento.
Ninguno de estos elementos puede gestionarse bien sin colocar el Tiempo como aliado.
Los Resultados no pueden estar sujetos a grandes expectativas y el Emprendedor no debe extraer conclusiones determinantes (positivas o negativas) de lo que suceda en los primeros eventos. Se trata, más bien, de consolidar y construir la estructura del proyecto considerando que cada resultado inicial es un ladrillo para la edificación planificada.
El Emprendedor debe postergar cualquier tipo de retribución o decisión importante respecto a los resultados del emprendimiento tanto como sea posible. El tiempo podrá variar de acuerdo al tipo de negocio o proyecto que se esté tratando, pero la postergación de retribuciones iniciales es imperativa.
Hay mayor probabilidad que un Emprendimiento que postergue retribuciones a socios y dueños por un buen tiempo concluya siendo un proyecto más grande y exitoso que aquellos que se dejen conducir por una Mentalidad de corto plazo respecto a rendimientos.
Ningún Emprendimiento es opción para llegar a la riqueza de la noche a la mañana o alternativa para sustituir ingresos que no se aprecian por algún motivo. Esta asociación de ideas es uno de los errores más grandes que existen al respecto. Nadie puede tomar la decisión de Emprender porque esté “escapando” de otra realidad que no le agrada, eso lleva directamente a la construcción de expectativas sin fundamento y es pilar de la Mentalidad de corto plazo.
Emprender es una forma de Vida, no una manera de proyectar ingresos fáciles. Los Emprendimientos no son una “fábrica de sueños”, son una invitación para que las personas trasciendan por medio de ideas y visiones, haciendo simultáneamente un aporte a la comunidad donde se desenvuelven. Esto se halla tan lejos de la Mentalidad de corto plazo como la idea que tuviera un granjero de cosechar inmediatamente después de haber sembrado.
Y esto no quita nada al hecho de tomar las decisiones que correspondan cuando el Emprendimiento no funciona por algo que básicamente se visualizó mal. La Aceptación del tiempo como marco regulador de las cosas que tiene la Vida no es un justificativo para el sostenimiento de un Emprendimiento fallido. Nunca debe confundirse perseverancia con obstinación. La llamada a entender el factor Tiempo y eludir la Mentalidad de Corto Plazo es una alusión a los “90 minutos que dura el partido”, no es una forma de “extender” las cosas hasta que ellas sean como uno quisiera.
El Emprendedor tiene muchas opciones para construir una perspectiva de largo plazo para el negocio o la actividad que está iniciando. Si los recursos que dispone no alcanzan para ello o le es indispensable programar ingresos personales a la brevedad, debe evaluar financiamientos a largo plazo o la incorporación de socios capitalistas. Puede igualmente vender la idea o el proyecto de forma total o parcial. Todas las medidas que acompañen la necesidad de sostener la perspectiva del Emprendimiento en el largo plazo son positivas.
En realidad “los Emprendimientos de largo plazo” son un Emprendimiento en sí mismos, porque de hecho constituyen una inversión muy productiva y rentable.
Es difícil que un Emprendimiento bien gestionado fracase si cuenta con el Tiempo a su favor. Éxito se escribe con “e” minúscula porque el Poder que tienen las cosas pequeñas para construir grandeza es insuperable. Paso a paso se hacen viajes muy largos, día a día se construyen obras trascendentales.
Los Emprendimientos que visualizan el largo plazo para su perfeccionamiento transforman el mundo y marcan la historia. Eso no solo queda demostrado por obras de la magnitud de las pirámides de Egipto, también por el trabajo de un Warren Buffet o un Walt Disney.
Pocos aliados son más poderosos que el Tiempo para todas las cosas que acontecen en la Vida, pero por otra parte, pocos enemigos son más impiadosos.
La decisión de hacer del Tiempo un aliado o un enemigo es resorte de cada quién.
ACEPTAR, entender y estudiar los misterios del Tiempo es un trabajo que rinde como pocas cosas en la Vida, mucho más en un contexto de Mentalidad cortoplacista como el que caracteriza las Sociedades modernas. Es en realidad un trabajo que define la Competitividad del Emprendedor como ninguna otra.
El arte de “contemporizar” respecto al propio Tiempo, del que tanto provecho extrajo Napoleón, es una manera muy efectiva de vencer adversidades y superar adversarios, es una manera, en definitiva, de ser un genuino Emprendedor y no solo un apostador.
DATOS DEL AUTOR.-
Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.
Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”
WEB: www.elstrategos.com
Facebook: Carlos Nava Condarco – El Strategos
Twitter: @NavaCondarco