Siempre escuchamos que nuestra carta de presentación principal es la imagen que damos; cuando vamos a pedir trabajo buscamos nuestro mejor «outfit», nos perfumamos, peinamos y arreglamos para dar la mejor imagen, pero ¿Es posible mantenerla durante el tiempo que trabajemos? Muchas personas creen que la elegancia es lucir siempre un traje sastre, corbata y tacones altos pero es posible dar una buena imagen usando playeras tipo polo y hasta pantalones de mezclilla.
Es indispensable conocer muy bien el código de vestimenta de nuestro lugar de trabajo, algunos permiten el uso de uniformes como chamarras empresariales y pantalones dockers que dan una imagen relajada pero formal. Por ejemplo, si trabajamos en una dependencia pública podemos utilizar prendas informales combinadas con accesorios que nos den una apariencia más seria, pero si trabajamos en un bufete jurídico será necesario vestir siempre muy formal.
La mejor forma de lucir siempre elegantes es vestir apropiadamente, utilizando los colores y prendas que realmente nos favorecen pues de nada nos sirve utilizar siempre un traje sastre que nos haga lucir mal. Usar ropa de la talla correcta es el primer paso, mucha gente -especialmente las mujeres- se meten en ropa de una o dos tallas inferiores a la suya creyendo que se verán mejor, lo cual es totalmente incorrecto.
El tema de los colores también es muy importante pues una mala elección en ellos pueden afectar nuestra imagen, elegir prendas de tonos básicos como negro, gris, café y blanco nos sacarán de apuros pues no pasan de moda y son muy combinables. Evitemos los colores muy chillones como el naranja, amarillo o rosa, así como los estampados y los animal print, dejándolos para el «viernes informal» si es que la empresa donde trabajamos nos da ese día o para nuestros descansos.
Conocer nuestro tipo de cuerpo nos ayudará a elegir las prendas que más nos favorecen, podemos basarnos en tablas, como la que a continuación mostramos, para elegir lo que realmente nos ayuda a lucir bien:
El calzado es otro tema que debemos considerar, es común escuchar que podemos conocer a las personas mirando sus zapatos; esto es correcto, unos zapatos viejos, sucios o rotos da una imagen de descuido, flojera y suciedad. Aún si trabajamos como meseros, secretarias o repartidores podemos encontrar zapatos cómodos y adecuados para el trabajo, las mujeres pueden utilizar tacones que estilizan su figura y les dan una mejor postura pero deben cuidar que el tacón sea de una altura que les permita caminar adecuadamente.
Lucir elegante en la oficina es una combinación de sobriedad, higiene y constancia; no es un imposible y se vuelve más sencillo conforme pasa el tiempo y nos adaptamos a las reglas del lugar en el que trabajamos.