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Los sueños de un Emprendedor

En el emprendimiento, como en la relación con Dios, hay una situación fastidiosa que siempre se presenta para romper con nuestros sueños, con nuestra convicción y peor aún con nuestra salvación espiritual o material en el caso de los negocios.

No falta por ahí el asesino de sueños, a esos que no se les puede contar o compartir nuestras metas porque todo les parece imposible de alcanzar. Curiosamente ocurre que estos acusadores son las personas más cercanas a nosotros incluso son de nuestra propia familia.

Sin duda ninguna en los negocios hay momentos difíciles y lo único que nos puede ayudar a salir adelante es un espíritu de lucha, con mucha persistencia, insistencia y sin desistir, en nuestro objetivo.

Pero si queremos lograr el éxito debemos hacer oídos sordos a las personas negativas, rodearnos de personas útiles y afines con nosotros (socios), y seguir adelante con nuestros planes y proyectos y salir del hoyo profundo en que hallamos caído por falta de atención, o por no persistir en nuestras convicciones.

Para aprender esta lección de no abandonar nuestros sueños, te voy a compartir una parábola muy  conocida:

“Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando de repente dos de ellas cayeron en un pozo profundo.

Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que era, le dijeron a las caídas que, para efectos prácticos, debían darse por muertas. Sin embargo, ellas seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les decían que esos esfuerzos serían inútiles.

Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decían, se dio por vencida y murió. La otra continuó saltando con tanto esfuerzo como le era posible.

La multitud le gritaba que era inútil pero la rana seguía saltando, cada vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo. Las otras le preguntaron: “¿No escuchabas lo que te decíamos?”

La ranita les explicó que era sorda, y creía que las demás estaban animando desde el borde a esforzarse más y más para salir del hueco.

La palabra tiene poder de vida y de muerte.

Una voz de aliento a alguien que se siente desanimado puede ayudarle a terminar de día, mientras que una palabra negativa puede acabar por destruirlo. Cualquiera puede decir palabras que roben a los demás el espíritu que les permite seguir la lucha en medio de tiempos difíciles.

Tengamos cuidado con lo que decimos, pero sobre todo con lo que escuchamos.

Proverbios 18:21
La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.

Te deseo muchos éxitos,

Ricardo Torres G.
Creador de blog sobre creación de Empresas

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