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Los negocios más originales del mundo

Discotecas que con el movimiento de los cuerpos combaten el calentamiento global, bares de oxígeno, ciudades en contenedores, yesos creativos y hasta un restaurante que cierra cada tres meses, son algunos de los disparadores. ¿Quién dijo que en materia de negocios ya está todo inventado? Día a día nacen nuevos emprendimientos en el mundo entero, escoltando las necesidades de la vida cotidiana. Se implantan, se fortalecen y se expanden. Aunque aquí todavía no existen, El Cronista PYME propone un anticipo exclusivo.

Lucila Marti Garro

Hasta el más desopilante de los negocios deja de serlo cuando se vuelve rentable. Entonces, la tienda que regala muestras, la discoteca que absorbe energía con el movimiento de los cuerpos, las viviendas hechas de contenedores o los estampados exclusivos para yesos ortopédicos no causan risa. No sólo arrojan ganancias: muchos planean expandirse en otros países del globo e, inclusive, tienen a la Argentina en la mira. Algunos ejemplos que vale la pena conocer. Después no diga que no le avisamos.

1. Una tienda donde todo es… gratis: Una nueva forma de publicidad se ha vuelto más efectiva y económica que la difusión masiva y permite a los consumidores probar los productos antes de comprarlos. Sample Lab (www.samplelab-international.com) abrió en Tokio un espacio muy chic donde los consumidores conocen y prueban los nuevos productos que salen al mercado. Más de 100 personas hicieron cola para su inauguración, tras pagar un arancel de u$s 11 de membresía anual. Los socios deben tener más de 15 años y mostrar un código recibido en el celular. Hay desde salsa barbacoa y productos de cosmética, hasta equipamiento para hacer gimnasia.

Dada la popularidad del tryvertising (mezcla de probar y publicidad) fue apenas cuestión de tiempo hasta que apareciera en otras partes del globo. La empresa abrió Sample U en San Diego, Estados Unidos, (www.sample-u.com) y más tarde inauguró en Barcelona Esloúltimo, (www.esloultimo.com), que ya está planeando abrir un segundo local en Madrid.

Los consumidores españoles interesados en probar nuevos productos deben pagar 5 euros cada seis meses para poder llevarse cinco nuevos artículos de Esloúltimo cada dos semanas. No hay ningún otro cargo por las muestras y tampoco hay largos cuestionarios para llenar. Algunos objetos son para probar en el local, como las innovaciones tecnológicas.

Pero hay de todo para llevar: comida, elementos de limpieza, nuevos autores, nuevos artistas, música, juegos, entre otrsa. Durante su inauguración, en octubre, la gente soportó colas de cuatro horas de espera. Aquellos que creen que el comprador ya es inmune a la publicidad tradicional pueden ingresar en el sitio de Sample Lab, donde se otorgan franquicias.

2- Expendedora, también gratis: La versión electrónica del tryvertising llegó de la mano de una agencia de marketing belga, Fosfor, y consiste básicamente en una máquina expendedora de muestras. El aparato, llamado «Boobox» puede tener cualquier forma y tamaño. Los consumidores interesados en un producto envían un SMS gratis y, a cambio, reciben un código de activación, que les permite ingresarlo en la máquina y tener acceso a la muestra. La Boobox también incluye un sistema de refrigeración para productos diarios y bebidas. La agencia está perfeccionando el concepto y piensa colocarlo en las estaciones de subte de Bélgica este año.

3. Una huerta que no ocupa lugar: La firma italiana Azienda Agricola Giacomo Ferraris le ofrece a los ciudadanos la oportunidad de tener su propia huerta, aunque vivan en un departamento. ¿Cómo? La empresa permite que cualquiera pueda armar su huerta orgánica vía Internet en su portal de Le Verdure Del Mio Orto (www.leverduredelmioorto.it). El usuario selecciona el tamaño de su jardín en base a la cantidad de comensales: 30m2 alcanza para dos personas y cuesta 850 euros por año. El jardinero virtual puede elegir entre 40 tipos de vegetales, con una interface intuitiva que le va dando información sobre expectativas de cultivo y tiempos. Extras opcionales incluyen un álbum de fotos de la huerta en progreso (49 euros) y hasta un espantapájaros con la cara del propio cliente (o la suegra, si prefiere) por 39 euros. Una vez que la huerta fue diseñada y pagada, empieza la plantación real, ubicada entre Milan y Turín en el norte de Italia. Mientras la producción crece, es cosechada y enviada a la casa del cliente a las 24 horas. Las entregas semanales están incluidas en el paquete.

4. Baile y salvará al mundo: ¿Quién hubiera pensado que una discoteca podría combatir el calentamiento global? El club nocturno Club4Climate (www.club4climate.com) abrió en Londres y transforma la energía que sus clientes gastan al sacudir sus cuerpos para generar su propia electricidad. La idea la implementó el magnate del real state Andrew Charalambous. Además de usar un piso de baile que capta suficiente energía como para solventar el 60% de sus necesidades energéticas, el club requiere que todos los visitantes firmen un compromiso para luchar contra el calentamiento global. El club usa luz de bajo consumo y materiales reciclables y tiene un sistema de agua reciclada para los inodoros. Club4Climate espera abrir otros clubs ecológicos en Nueva York, Ciudad del Cabo y Río de Janeiro. Todo lo que tiene que hacer es bailar, para salvar al mundo.

El mismo concepto se acaba de aplicar para las millones de personas que circulan por las veredas. Esa es la premisa detrás de las baldosas Pavegen (www.pavegensystems.com), que se pueden insertar entre las veredas comunes para capturar la energía kinética que gasta la gente simplemente cuando camina. Cada baldosa de goma se deprime alrededor de 5 milímetros cada vez que alguien la pisa. Con ese pequeño movimiento, puede generar electricidad que queda allí albergada. Un 5% de la energía cosechada es usada para emitir una luz LED, de manera que el usuario sepa que su energía fue absorbida. El resto puede ser usada para alimentar las luces de los semáforos, cartelería, etc.

5. ¿Desea el señor tomar oxígeno? Esta es la pregunta que le pueden hacer si entra en uno de los locales que se implantan poco a poco en España o en alguna fiesta privada con bar de oxígeno. La moda nació en Estados Unidos, y se trata de bares con una barra donde dan la posibilidad de inhalar oxígeno de alta pureza, combinado con aromaterapia. También sirven agua enriquecida con oxígeno.

Los defensores de estos nuevos locales aseguran que esta práctica expulsa toxinas, aumenta el volumen de oxígeno en la sangre, reduce el cansancio y el estrés.

Gracias a la tecnología PSA (pressure swing adsorption), de separación de los gases presentes en el aire, purifica y concentra el oxígeno a un 95 %. Luego se combina con esencias de aromaterapia y se inhala a través de una colorida cánula nasal con mascarilla desechable, de uso personal. El negocio fue copiado en distintos países del mundo. Chile ya tiene su Day Spa Breath02 (www.breatheo2.cl), un sitio propio para inhalar oxígeno y relajarse. También lo renta a bares y restaurantes nocturos.

En España, Loox Concept (www.looxconcept.es) alquila los aparatos para eventos, mientras, en Estados Unidos, lo hace Oxygen Party Bar.

También los fabricantes de estos equipos de oxígeno los ofrecen a la venta para bares y discotecas. Algunos proveedores son www.o2bar.net; oxygenbars.com. La oxigenoterapia se expande en la movida nocturna. Cuando vaya a la barra diga “por favor, un metro cúbico de oxigeno”. Y, por favor, no se emborrache.

6. Yo vivo en un contenedor: Eric Reynolds, un inglés con indiscutible inventiva, le encontró una segunda oportunidad a aquellos contenedores viejos que ya completaron su vida en el mar. Con su empresa Urban Space Management, creó Container City (www.containercity.com), una ciudad hecha de contenedores apilados en el corazón de Londres.

Las unidades tienen puertas ventana corredizas con balcones (hechos también de contenedores), ventanas circulares, piso de madera flotante, baño, cocina, agua, electricidad y calefacción. Vistos desde afuera, los contenedores parecen grandes bloques Lego que crean una fachada en diferentes colores.

El modelo se reprodujo en otras 14 construcciones en todo el país. Pero la idea no sólo se expandió por Inglaterra: el reciclaje de contenedores en departamentos y oficinas ya es una práctica habitual en ciudades donde la vivienda se ha convertido en un bien escaso.

En Holanda, TempoHousing (www.tempohousing.com) construyó un complejo de viviendas para estudiantes universitarios realizado con 1.000 contenedores que brindan espacios cómodos y funcionales, cada uno con balcón privado.

El constructor dice que se inspiró en la desesperación de sus sobrinos, incapaces de encontrar un alojamiento moderado en el centro de Amsterdam. En su caso, compró los contenedores nuevos a China. Sus estudios se alquilan a unos u$s 80 la semana y un extra de u$s 7, que incluye calefacción, lavadero, acceso gratis a Internet y seguridad. El arquitecto especula que el tiempo de vida de estas residencias es de 20 a 25 años; en ese transcurso es posible levantarlas y llevarlas a cualquier lugar del mundo.

En la página web se puede obtener la licencia, para que los empresarios produzcan estas unidades en sus propios países. Según los creadores de Container City, se estima que unos 300 millones de contenedores andan dando vueltas por el mundo ¿Pensarán reciclarlos a todos cuando termine su vida útil?

7. Creativos baratos (y contentos): Una empresa holandesa ofrece en su sitio web (www.redesignme.org) que el público trabaje, mejore o revise diseños de productos de consumo masivo. Funciona así: las empresas manufactureras le pagan a RedesignMe para establecer un “desafío RDM”, en el cual se presenta el concepto de, por ejemplo, un nuevo producto.

Todos los miembros activos del sitio pueden aportar un logo, un nombre, o lo que sea que esté necesitando. Quien resulte ganador, a cambio, es recompensado con RDMs -la moneda de pago online de RedesignMe- que se puede canjear por productos de la tienda RDM como mp3, juegos de consola, etc. Es un nuevo modelo de agencia creativa donde las compañías se benefician de la sabiduría e ingenio de las masas, éstas reciben premios y el sitio hace el contacto. Los desafíos actuales son, por ejemplo, elegir un nombre para una empresa internacional, el rediseño de una página web, o un logo para una compañía de pinturas. ¡A pensar!

8. Quebrado y con yeso, pero fashion: Si hay algo más feo que quebrarse un hueso, es tener que llevar un yeso blanco monótono que se va ensuciando día a día. Por eso Casttoo (www.casttoo.com), una pyme de Colorado, hace etiquetas que simulan ser tatuajes para transformar esos accesorios ortopédicos en obras de arte.

Hay diseños muy originales desde dinosaurios o mariposas para niños y niñas, hasta los esqueletos de los huesos que se han roto (como si se los viera en rayos x).

Las etiquetas vienen en un film adhesivo que se pegan en segundos al pasarles el secador de pelo. Los precios van desde los u$s 20 a los u$s 40. Los clientes pueden enviar sus propios diseños y hasta su archivo digital de rayos X para convertirlo en calcomanía. La firma, tras asociarse con 3M, ofrece kits para clínicas y hospitales, incluyendo las calcomanías de sus propios logos.

9. El restaurante que cierra cada tres meses: Park Avenue Winter (www.parkavenyc.com) es un restaurante que abrió en diciembre pasado en la calle 63 East, en Park Avenue. Pero estará por poco tiempo. En marzo cerrará y reabrirá. Y en junio cerrará y reabrirá. Cada estación del año, el local conocido como Park Avenue Café renace como un nuevo restaurante, adecuado a la temporada del año.

Como parte del grupo de restaurantes de Smith & Wollensky, este peculiar lugar no solamente adapta sus menúes a los alimentos disponisbles según el momento del año, sino que lleva el concepto más allá, renombrándose, redecorando completamente su local, los uniformes de su staff y la disposición de las mesas.

En verano, las camareras usan vestidos playeros, las paredes son amarillas y se sirven licuados frutales. En invierno, el ambiente es blanco, frío y minimalista. Así, los clientes vuelven y vuelven, para admirar las últimas tendencias de cada estación.

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