Existen diversas teorías acerca del origen del trabajo y del mundo mercantil, pero todas coinciden con que en sus inicios, el trabajo siempre fue algo despreciable. Tenemos ejemplos como la biblia, que muestran al trabajo como un castigo recibido por Adán y Eva una vez que fueron expulsados del paraíso. También tenemos la vergonzosa historia de la esclavitud, y un dicho que reza: “si el trabajo fuese agradable, no pagarían por hacerlo”
Afortunadamente el mundo evoluciona y las cosas cambian. Con la llegada de la civilización, nos hemos constituido como sociedades cada vez más pensantes, y por ello hoy día sí podemos hacer un trabajo y disfrutarlo, porque para eso nos preparamos, elegimos una carrera en un área que nos agrade, nos especializamos en ella y podemos llegar a hacer dinero a través de lo que más nos gusta. Pero al final de cuentas, trabajo es trabajo, y si no se hace con el fundamento adecuado, no existirá el éxito.
¿Pero qué pasa cuando no somos el empleado sino el empleador?
“El ojo del amo engorda al ganado”, dice un refrán popular. Es cierto que cuando tenemos nuestro propio negocio, y este se expande, se hace necesario delegar funciones para que todo pueda marchar mejor. Pero algunos empleadores malinterpretan esto, entregando demasiada responsabilidad sin tener un verdadero control de los trabajadores, y por ende tampoco de gran parte del proceso de producción del negocio. Esa postura es totalmente insensata, pues a nadie le va a importar tu negocio tanto como a ti.
Por ello, con la evolución de las organizaciones laborales, se han ido creando sistemas de control de empleados donde se acompaña, supervisa y hasta corrige cuando es necesario, la labor de los trabajadores, para garantizar el mejor desempeño y beneficio de todas las partes involucradas.
Ahora, ¿Qué sucede cuando el trabajo es a distancia? ¿Cómo supervisamos a un empleado que trabaja para nosotros por internet al otro lado del mundo?
La ciencia siempre ha puesto sus esfuerzos al servicio de la humanidad, y cada vez existe más tecnología que nos ayuda a lograr cosas, y una de ellas es el internet y la existencia de un “nuevo” (el internet existe desde la década de los 60) mercado laboral a distancia. Pero, sabiendo que conforme pasa el tiempo la tecnología avanza, y que gracias a la tecnología, cada día nuestras tareas son más fáciles y llevaderas, surge una pregunta: ¿Sabemos qué es realmente la tecnología? Una definición básica la establece como la conjugación de conocimientos puestos a la orden la humanidad para crear productos y servicios que nos faciliten las cosas.
Podría decirse que la tecnología de la que gozamos hoy día, no la hubiéramos podido ni imaginar hace unos cincuenta años, pero resulta que hay diversos autores de ciencia ficción, como Julio Verne, que escribieron obras literarias (ficticias) donde aparecían artefactos inexistentes para su época, cosas que la gente no había ni imaginado para ese momento, y que cientos de años después fueron creadas, como el Submarino, por ejemplo.
La necesidad del hombre por facilitar su trabajo siempre ha existido, por algo se descubrieron en la prehistoria maneras de hacer fuego, de elaborar lanzas para cazar, entre otras cosas. La necesidad de monitorear al empleado, también es algo que ha existido desde siempre, pero, ¿cómo podemos ver lo que hace un trabajador que está a cientos de kilómetros?
Lo mismo se preguntaba El Gran Hermano, personaje ficticio de la archiconocida obra literaria “1984” de George Orwell. Sin entrar en demasiados detalles, podemos recordar que la obra fue publicada en 1949 cuando aún ni siquiera existía el internet. En dicha obra se habla de unas “telepantallas”, objetos por los que El Gran Hermano podía controlar a sus habitantes, viendo lo que hacían y cómo lo hacían.
¿Qué tal si les dijera, que una vez más, la literatura nos avisó que la historia se repetiría en la era digital, y no le hicimos caso?
Hoy día son cada vez más, los millones de personas que trabajan por internet, a distancia, y sabemos muy bien que desde una computadora podemos dar instrucciones precisas, o a través de un correo electrónico, o hasta con un simple mensaje de WhatsApp, pero, ¿Cómo monitoreamos el proceso? Solo vemos el resultado final. Pues resulta que la telepantalla de 1984 no existe, pero sí existen softwares que como tecnología al fin, nos facilitan esa labor: Programas de control de empleados.
Hoy en día monitorear el trabajo de un empleado a distancia es necesario, las comodidades de internet se prestan para plagios, también puede suceder que un empleado nos diga que un trabajo le tomó 5 horas realizarlo, cuando en realidad solo fue una. Pero más allá de evitar fraudes, la principal razón es la de poder asegurarnos de que las cosas marchen lo mejor posible evitando la mayor cantidad de riesgos.
Ha llegado la era en que todos esos riesgos pueden ser disminuidos gracias al avance de la tecnología. Cada vez es más real el trabajo a distancia, porque cada día hay más herramientas para facilitarlo. Herramientas como Skype han permitido que personas que están separadas por miles de kilómetros, puedan conversar viéndose a la cara en tiempo real a través de una pantalla (que repetimos, cualquier parecido con la de George Orwell es pura coincidencia) pero ese tipo de herramientas no fueron pensadas para el trabajo sino más bien para comunicación y recreación.
Afortunadamente hoy día existen programas de computación mucho más especializados, programas creados para lograr un mejor control de trabajadores, donde no solo puedes ver en tiempo real lo que hace el empleado, sino que además te permiten tomar captura de pantalla, con lo que además tendrías un archivo o registro gráfico clasificado, de lo que tu empleado va produciendo, algo provechoso para ambas partes, pues el empleado puede dar fe de su labor, construyendo así una reputación provechosa para su currículo.
Estos programas de gestión de empleados nos ayudan a todos, tanto al empleador a tener un mejor control de sus trabajadores y del trabajo hecho, como a los mismos trabajadores a poder realizar de manera más óptima sus funciones. Por ello los programas de gestión y control de empleados, son parte de la vanguardia de la nueva era digital.
El mundo es un entorno en constante cambio, nuestra imaginación es el límite. Las cosas que hoy nos pueden parecer imposibles de crear, incluso inimaginables, mañana podrían resultar la cosa más cotidiana del mundo. Por eso debemos dejar volar nuestra imaginación, pero ello no basta, debemos saber poner en práctica nuestras ideas y adaptarnos a la evolución de las sociedades, porque como diría Darwin: “no sobrevive el más inteligente ni el más fuerte, sino el que mejor sabe adaptarse”.
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Acerca de la autora:
Este articulo fue escrito por Karina Dineva,
Internet Marketer y escritora freelance.