Un factor que definió las características del siglo XX fue la penetración de las organizaciones como actores centrales en la sociedad moderna. Con o sin fines de lucro, privadas, públicas o gubernamentales, grandes o pequeñas…, todas ellas empezaron a regulan nuestras vidas, y lo siguen haciendo, a tal punto que no se nace ni se muere, “realmente”, hasta que una organización así lo declara. Y durante nuestro día a día nos relacionamos con docenas de empresas desde las que nos alimentan, educan, transportan… En si las que nos facilitan o dificultan casi todos los aspectos de nuestra vida económica son organizaciones. Son la mano visible del mercado.
Al ver como las organizaciones obtenían importancia en la vida económica de la humanidad, se generó un interés, de manera natural, en estudiarlas y así poderlas entender. Siendo Harvard, en 1908, quién creó la primera maestría en Administración de Empresas (MBA). Junto con las organizaciones, nacía el deseo de tener una “ciencia de la gestión” seria y rigurosa. Posteriormente se unieron otras instituciones educativas importantes que comenzaron también sus estudios sobre éstas.
Con el tiempo se fueron estructurando una gran cantidad de teorías. La mayoría de ellas explicaban, de forma estandarizada, el trabajo de los gerentes. La descripción generalizada, de éstas teorías de la organización, es que el mundo era perfecto, previsible y ordenado. Pero si el mundo es así entonces ¿por qué hay crisis económicas en el mundo?
La respuesta es simple, en realidad el universo corporativo es caótico, por lo que la disparidad del gerente teórico y el real es radical: lejos de vivir en un mundo previsible y ordenado, los gerentes trabajaban en un entorno caótico, imprevisible, frenético y confuso hasta el punto que es difícil distinguir entre lo trivial y lo importante, lo importante y lo urgente, lo urgente y lo trivial.
La gerencia pasa la mayor parte de su tiempo resolviendo crisis y casi nada planificando, controlando y evaluando. Más aún, ese frenesí es un componente natural e indisociable del management, simplemente porque los gerentes deben tomar decisiones en el presente sin entender realmente sus consecuencias futuras.
Cómo se comportará el entorno ha sido tradicionalmente un capítulo importante de la planificación, pero en los últimos años, dado su nivel de incertidumbre, el esfuerzo para interpretarlo es cada vez mayor, ante ésta dificultad, en general, preferimos facilitarnos la vida y pensar al futuro como una extensión del pasado. Es decir, si conocemos el punto de partida, podemos predecir qué ocurrirá más tarde con sólo trazar una línea recta desde ese punto. Es claro la simpleza, lo rápido y fácil de hacer esto, pero también es muy burdo y por lo mismo nada confiable. Desgraciadamente es así es como funcionan hoy muchas de las herramientas de proyección empresarial.
Y si una actividad importante, y por lo mismo fundamental en las empresas, es su planificación y en la actualidad no se realiza de manera correcta, no nos debería de sorprender haber vivido la cantidad de crisis que hemos sufrido desde que se abrieron los mercados, con lo que se generó su globalización trayendo consigo el caos, con eventos donde el azar juega un papel primordial y con esto los sistemas de gestión se han vuelto más complejos, lo que altera el curso de los resultados en cualquier momento.
Lo anterior lo comento porque muchas veces he leído que las crisis que vivimos son por aspectos económicos y por lo tanto deben ser resueltos por economistas. Esto es totalmente falso ya que las crisis de las empresas son principalmente por ser mal administradas y gestionadas y por lo mismo los economistas no pueden solucionar problemas de management, en sí difícilmente podrán entender los problemas que vivimos, puesto que suelen pensar que se trata de una cuestión de reservas económicas o de tasas de interés. Los economistas no pueden arreglar la economía porque la economía está hecha del éxito de las empresas y si éstas están enfermas, los economistas no pueden curarlas. Desafortunadamente estamos en un círculo vicioso ya que el problema principal es que muchos empresarios no hacen nada al respecto porque siguen esperando que los economistas lo resuelvan lo cual me genera un panorama desalentador del futuro económico.
Y el problema se agrava ya que la mayoría de los empresarios no saben como arreglar la crisis que está en sus manos. Muchos hombres de negocios son parte del problema y no de la solución. Por ejemplo cualquier ejecutivo que acepta una bonificación extraordinaria es parte del problema porque lo que está diciendo es que es más importante que cualquier otro empleado. No se puede construir una empresa de ese modo, el factor humano de las organizaciones es su principal recurso y hay que gestionarlo correctamente.
En sí muchos empresarios se equivocan cuando intentan hacer que su empresa sea productiva. Por ejemplo, hay dos formas de lograrlo. Una de ellas es hacerla por el camino correcto, invertir sistemáticamente parte de las utilidades para adquirir mejores equipos, tecnología y capacitando a los trabajadores, mientras que los niveles de mando gestionen eficientemente los recursos de la empresa mediante una toma decisiones pragmática. El otro modo es reduciendo costos, principalmente despidiendo a los trabajadores y trasladando la producción a los pocos que quedan pero sin un estudio que indique la viabilidad de ésta acción. Lo que invariablemente se terminaría despidiendo a todos haciendo uso los recursos disponibles del stock para sostener la operación. Hacen mucho dinero sin invertir casi nada en su empresa. El segundo ejemplo es el común en las empresas.
Para sortear positivamente las crisis lo mejor es que en las empresas estén al frente buenos gerentes. Donde los buenos gerentes deben tener el equilibrio del liderazgo y management. Ser un manager significa estar en contacto con la operación, estar en las fábricas, conocer a los clientes, no pueden hacerlo todo, pero deben saber qué está pasando. Los líderes buenos administran porque de lo contrario no saben lo que está pasando. Los buenos managers lideran porque si no lo hacen, serían muy decepcionantes.
Managment y liderazgo tienen que ir juntos, es una buena práctica, es algo natural. Los mejores managers son gente muy sana emocionalmente, entienden a las personas, se llevan bien con ellas, toman buenas decisiones.
Las organizaciones exitosas son aquellas que estructuran sus partes en un todo coherente, y se aseguran que ese todo responda a la necesidad del entorno en el que competían. Pero también es importante saber que las estrategias exitosas no siempre son planificadas y que pueden surgir espontáneamente en las organizaciones. Pretender que la formulación de estrategias es dominio exclusivo de la alta gerencia no sólo es falaz sino peligroso.
Antes de terminar tal vez les haya surgido una pregunta ¿los economistas NO pueden ayudar a la economía? La respuesta es obvia: SÍ, ayudar sí más no resolver las crisis, lo que son dos cosas distintas. Ellos pueden ayudar a la construcción de industrias nacionales ya que son las que construyen las economías, los países no deben esperar que empresas extranjeras construyan sus economías, de esta forma no van a ser manipulados por éstas. Si un país construyen empresas nacionales fuertes, orgullosas y se sientan las bases de la economía, es un círculo virtuoso, las empresas utilizan financiamiento de bancos locales, agencias de publicidad locales y se crea todo tipo de empleo. Las multinacionales extranjeras entran y toman todo lo que pueden, pero su intención es regresar a casa.
Socio Director de Servicios Estratégicos Rentables, S.A. de C.V.
Expertos en Eficiencia de Gestión de Negocios y Procesos
Nota: Artículo que aparece en la revista empresarial SER Stratégique, www.serstrategique.com