La crisis económica ha afectado profundamente a las pequeñas empresas y a los autónomos por lo que no es extraño que estos busquen nuevas formas de financiación que les permitan adquirir los productos que necesitan. Precisamente por eso, el leasing de coches, una opción a la cual solían acudir las grandes y medianas empresas, hoy se ha convertido en una alternativa bastante popular entre los propietarios de negocios familiares y los autónomos.
Una mirada a los aspectos básicos del leasing
A grosso modo, puede afirmarse que el leasing es una vía de financiación de coches ya que su objetivo final es adquirir el coche con unas mejores condiciones. El cliente deberá pagar mensualmente unas cuotas y al terminar puede quedarse con el coche nuevo. Actualmente no existe una ley que regule cuál es la suma a la que pueden ascender estas cuotas por lo que normalmente se determinan de común acuerdo entre la empresa y el interesado en el coche.
No obstante, casi siempre el contrato de leasing prevé una duración mínima de dos años. Cuando el contrato está a punto de expirar, el cliente tendrá la opción de pagar el valor residual, entregar el coche a la empresa (en cuyo caso deberá estar en perfectas condiciones) o renovar el contrato, casi siempre pactando unas cuotas menores.
Los beneficios del leasing de coches
El leasing es una de las opciones más interesantes para adquirir un coche ya que sus condiciones de financiación son mucho más accesibles en comparación con las que suelen brindar los bancos que, son bastante estrictos en el momento de conceder el crédito. De hecho, con el leasing no solo se consigue una financiación del 100% del importe total de la inversión, sino que se puede disfrutar inmediatamente del coche.
Desde el punto de vista fiscal el leasing de coches también ofrece algunas ventajas. Si la empresa o el autónomo tuviese un coche de su propiedad, solo podría deducir aproximadamente un 10% de los costes del mismo pero si opta por un leasing, el alquiler se considera como un gasto por lo que se podrá deducir en su totalidad. Además, en caso de insolvencia, el titular simplemente deberá cancelar su préstamo y devolver el coche.