Entre las micro, pequeñas y medianas empresas, está incrementándose la cantidad de organizaciones que comienzan a contratar consultoría externa para consolidar, optimizar y acelerar su negocio.
La tendencia surge a partir de la necesidad de los emprendedores y empresarios por concentrarse en lo que realmente saben hacer, focalizando en ello la mayor parte de sus esfuerzos. Con este objetivo, las PYMES están comenzando a contratar el asesoramiento de un experto en el diseño de sus planes de negocio o el sistema de información financiera e indicadores; en la definición de la cartera de productos y servicios a ofrecer; en la determinación de precios; y en la colaboración en las gestiones ante organismos oficiales, servicios de networking y la puesta en contacto con referentes.
Pero para hacer factible la posibilidad de contar con el apoyo de un consultor externo, resulta crucial el modelo de negocio a implementarse en este marco de relación. Es decir, que no exista un bloqueo presupuestal que impida la posibilidad de acceder a esta herramienta de crecimiento.
Como alternativa a los modelos tradicionales, algunas consultoras atan la retribución por sus servicios a las ganancias efectivamente producidas como consecuencia de su intervención, a partir de la determinación de un porcentual sobre las mismas. De esta manera, el éxito de la PYME y la consultora que la asesora, queda asociado.
“El objetivo es ayudar a que los empresarios PYME y los emprendedores, puedan apoyarse en una base de experiencia y conocimiento formal, que les permita sacar el máximo provecho de sus negocios. El mejor fabricante de bicicletas no tiene por qué ser el mejor administrador de empresas; y el más apasionado empresario que conoce a fondo a sus clientes, tal vez no sepa de qué manera cobrar por esos servicios. La idea es que el empresario se dedique a hacer bien lo que ya hace y que nosotros lo ayudemos en el resto”, señala Marcos Fontela, director de la consultora 80/20 (http://marcosfontela.wordpress.com/8020-consultoria/), una organización que trabaja con el modelo de negocio señalado.
Para el asesor, la consultoría externa cuenta con cuatro etapas fundamentales: diagnóstico, acción, re-diagnóstico y más acción. Un diagnóstico concreto de las necesidades de la PYME es, entonces, la primera actividad que realiza la consultora contratada, en su trabajo junto a la empresa contratante.
“Muchas veces, el empresario siente que no le alcanza el tiempo, que crece, pero no gana lo que espera, y que su negocio solo rinde una fracción de su potencial, pero no sabe bien donde está el problema. En esta fase de diagnóstico, detectamos los principales desafíos del empresario y lo ayudamos a que reconozca el origen del conflicto”, apunta Fontela.
En esta línea y frente a la necesidad de ganar nuevos espacios de visualización y difusión de su obra, la artista plástica Clara Biedma, contrató asesoría externa a fin de estructurar una oferta al exterior, con base en Internet, y promocionar las obras entre compradores de otros países. “La ventaja es que puedo dedicarme a hacer lo que sé hacer, y confiar en el criterio comercial y financiero de consultores que se complementen conmigo, para poder montar un negocio sin ser experta en negocios”, señala. “Desde la consultoría externa recibí asesoramiento en cómo montar una buena oferta y posicionarla, apoyándome en la etapa de pruebas iniciales, para ir refinando la forma de promoción”, completa la pintora.
Por su parte, Federico Álvarez, coordinador general de Portugués Online, comenta que su organización recibió asesoramiento sobre el diseño de políticas que permitieran la presentación de sus cursos y productos a nivel de ejecutivos de empresas líderes. “La visión del consultor es más amplia y generalista, conoce profesionalmente cuáles son las vías de acceso a los objetivos que le plantea la empresa y, conociendo la oferta de productos o servicios de la misma, propone un trabajo en conjunto. En definitiva, el consultor externo permite lograr objetivos en menor tiempo, lo que se traduce en una disminución de costos”, subraya el ejecutivo.
En el caso de En Compañía, un emprendimiento que atiende a más de 250 personas de la tercera edad, la consultoría externa resulta ser el ojo crítico, que permite identificar el status actual de la organización y sugiere cómo seguir creciendo. “El asesoramiento de un consultor nos brinda un reporte analítico de lo que estamos haciendo en la práctica”, advierte Ludmila Marcote, cofundadora de la pyme.
Mientras que Juan Cruz Borba, CEO de la empresa tecnológica Oh!STUDiO, considera que este tipo de apoyos son fundamentales para gestionar la optimización de resultados. “Decidimos contratar consultoría externa ante la necesidad de trabajar en la consolidación de nuestra fuerza de ventas en Estados Unidos y América Latina”, precisa el directivo.
Como señala el titular de 80/20 consultoría, en el mundo PYME hay que actuar rápido. “Lo que caracteriza a los emprendedores exitosos no es que toman las mejores iniciativas, sino que tienen más iniciativas que el resto, y saben diferenciar las que les resultan positivas, de las que no. En esta línea, nosotros proponemos pasar a la acción velozmente, con medidas concretas, e ir corrigiendo sobre la marcha, en caso que aparezcan desviaciones”, resalta Marcos Fontela.