Cada vez son más las empresas que buscan perfiles polivalentes, aquellos capaces de solventar problemas, flexibles, con cualificación, idiomas y conocimientos del entorno digital, entre otros.
Contar con una carrera ya no es suficiente. Desde hace varios años, las empresas buscan profesionales con valor añadido, aquellos que, como señala Sergio Hinchado, manager de Hays, “cuenten con la capacidad y los conocimientos para poder afrontar los problemas que les surjan aunque no tenga relación directa con su trabajo”. Estamos ante un mercado laboral dinámico, competitivo y global en el que las empresas se ven obligadas a adaptarse a él y a desarrollar una gran capacidad para ser flexibles en todos los sentidos.
Trinidad Vega y Sheila Platero, consultoras de MOA BPI Group, aseguran que “para hacer frente a estos requerimientos, las organizaciones necesitan contar con profesionales con estas mismas competencias, es decir, personas capaces de adaptarse a los cambios. Antes se apostaba más por equipos multidisciplinares en los que cada especialista aportaba su conocimiento desde su perspectiva, ahora y ligado también a un ahorro de costes y un aumento de la rentabilidad, se apuesta por el profesional multidisciplinar con capacidad para diversificar sus campos de acción”.
Pero no hay que perder el rumbo. No se puede aplicar sin más el dicho de aprendiz de todo, maestrillo de nada. Según Puri Paniagua, socia de Neumann International, “lo importante es contar con unos conocimientos en profundidad de una determinada materia e ir desarrollando aptitudes relacionadas con esa profesión”. Está claro que cualquier profesional que quiera tener éxito en su carrera no puede quedarse parado. Su formación debe ser constante y diversa.
Un perfil polivalente se diferencia de otro monotarea no sólo en el grado formativo, también en “la propia experiencia y trayectoria profesional”, como indica Susana Sosa, directora de servicio de Adecco Professional. “El término polivalente puede llegar a ser muy ámplio. Nunca va a pesar más que el conocimiento técnico en una materia, pero si es verdad que en un proceso de selección si hay dos candidatos con la misma formación, pero uno de ellos cuenta con un perfil más multitarea, el seleccionador se decantará antes por éste último”.
Lo mismo opina Edward Perry, international business development manager de Catenon, quien cree que “la tendencia en el mercado es la de incorporar profesionales polivalentes en las filas de las empresas. Es decir, perfiles con conocimientos específicos pero, al mismo tiempo, capaces de entender y gestionar procesos en su globalidad. Por ejemplo, las compañías de moda ya no sólo buscan compradores capaces de negociar buenos precios y calidad óptima, sino también personas con gusto y conocimientos de las nuevas tendencias”.
Convertirse en un experto en una materia no significa dejar de lado otras habilidades y conocimientos que también es necesario desarrollar. Según Rita González Pascual, manager de recursos humanos de Randstad, “ser polivalente beneficia al profesional en su carrera y a las empresas porque cuentan con personas preparadas para cubrir las necesidades que vayan surgiendo. Las políticas actuales de recursos humanos se dirigen a fomentar la movilidad de los empleados para atender posiciones vacantes. Por eso, los programas de formación de muchas firmas van destinados a ampliar conocimientos y capacidad de los empleados, y en los programas de evaluación del desempeño del talento”.
Lo ideal, como afirma Ignacio Hernández de la Torre, executive manager de Page Personnel, “es estar especializado en pocas áreas si se aspira a un puesto de experiencia baja o media, mientras que es positivo tener una visión más global a medida que el cargo sea de mayor envergadura”.
Conocer otros productos y sectores, dominar más idiomas o tener una experiencia internacional “suele desnivelar la balanza a la hora de elegir a un candidato”, sentencia Hernández de la Torre.