El gurú de padre rico padre pobre revela en una entrevista exclusiva con Inversor Global los secretos que lo llevaron al éxito y porque descree de los productos financieros y la educación tradicional.
«Si uno está preparado para los malos momentos siempre le va a ir bien»
Es el autor de la serie de libros de educación financiera Padre Rico, Padre Pobre que vendió más de 30 millones de ejemplares en todo el mundo. Sus polémicas declaraciones y puntos de vista movilizaron a más de uno. Su filosofía no ve con buenos ojos la educación tradicional ni los productos de inversión tradicionales. En su visita a la Argentina, Inversor Global lo entrevistó en exclusiva.
Robert Kiyosaki estuvo una semana en la Argentina. En su gira local, además de visitar viñedos y cazar, su hobby principal, dedicó tiempo a explicar su filosofía entre los argentinos. El evento más importante tuvo lugar en el teatro Gran Rex de Buenos Aires donde realizó una conferencia ante 3.000 personas. En su apretada agenda se hizo lugar para charlar en exclusiva con Inversor Global de la educación financiera, la actual crisis y del futuro de los mercados.
¿Cuál es la dificultad mayor que encuentra cuando tiene que enseñar educación financiera?
Lo más difícil es el cambio de actitud. Lo que hice en Padre Rico Padre Pobre es transformar las cosas complicadas en simples, lo que no quiere decir que sea sencillo. Es fácil decir que no hay educación financiera en la Argentina ni en ningún otro lado del mundo, pero lo fundamental es saber cómo juntar dinero. Hay tres cosas fundamentales para hacer inversiones. La más importante son los socios, la segunda el financiamiento, utilizar capital o deuda. La mayoría de la gente usa el capital, pero a mí me gusta más la deuda. El tercer punto es el gerenciamiento, que es otra clave muy importante. Si alguno de los tres aspectos es malo, el proyecto o la inversión van a andar mal. Entonces, la explicación del éxito no tiene que ver con el proyecto sino que está relacionado con las personas. Muchas veces se culpa la inversión y no a uno mismo por la falta de habilidades que deberían tener.
¿Es más difícil aprender los aspectos técnicos de cómo invertir o cambiar la actitud o visión de cómo hacerlo?
La actitud es la que tiene que cambiar en la mayoría de las personas. No estoy hablando de las personas que le dan la plata a otros para que la inviertan, sino de los que arman la inversión de cero y esto es una cosa muy difícil. Si uno es bueno en eso, el retorno de la inversión puede ser muy grande y si es mala no hay renta alguna. Entonces, la actitud es que tengo que ser bueno en el armado de la inversión. Por eso, la clave está en el socio, el financiamiento y la gestión. Si las tres cosas son buenas es una muy buena operación, si no, no.
Existe la creencia de que la educación financiera en países como los EE.UU. es mucho mayor, ¿esto es real?
Primero uno tiene que definir qué entiende por educación financiera. Nosotros no la tenemos en el sistema escolar americano. ¿Qué hacen las escuelas? Por ejemplo, invitan a los banqueros, a los planificadores financieros o a los corredores de Bolsa para que eduquen, pero eso es venta de productos financieros, no educación financiera. Es muy difícil definir la discusión en estos términos. Nunca he visto ningún país que se oriente a dictar verdadera educación financiera en las escuelas. Pero los políticos no están bien educados financieramente ni tampoco los docentes. ¿Entonces, cómo vamos a cambiar si tenemos esas dos piezas malas?
Mucha gente piensa que su filosofía es muy difícil de aplicar en países en desarrollo como la Argentina o el resto de América latina. ¿Qué piensa de eso?
Es una cuestión de actitud. No es fácil en ninguna parte del mundo y es realmente algo muy feo que alguien te diga que no se puede o que la Argentina sea un problema. No tiene nada que ver con la inversión sino con la persona. Si uno no tiene buenos socios, ni armar las estructuras financieras ni gestionar, no puede hacer negocios en ningún lugar. Entonces le diría que es una persona perdedora, que no se ocupa de mejorar sus habilidades financieras y eso no tiene nada que ver con el país en el que viva.
¿Cuándo se dio cuenta de que su filosofía podía ser contada en un libro?
La filosofía lo es todo, tiene que ver con la actitud, que es fundamental, y la razón de que Padre Rico, Padre Pobre existiera es que mi padre pobre tenía una actitud pobre y su filosofía nunca lo iba a dejar ser rico. Él pensaba que los ricos eran malos y que no estaba bien cometer errores. Era docente, socialista y no quería que se cometieran errores. Mi padre rico decía «vivimos en la calle, no tengo la protección del Gobierno, tampoco la de un sindicato y entonces tengo que ser muy inteligente, más vivo que los demás y cuanto más lo sea, mejor voy a ser». Y eso, por supuesto, es difícil.
¿Cuándo se dio cuenta de esa diferencia?
Todos los días hay una parte en mí que dice «es demasiado difícil y me estoy volviendo viejo. Ya tengo suficiente dinero». Todos los días enfrento esa actitud y ése es el problema tanto para mí como para los demás. También, hay una pobre y perezosa persona dentro de mí. Me gustaría ir a casa, dormir, comer y no hacer nada. Me encantaría que eso fuera verdad, pero no es posible. Entonces, todos los días tengo que batallar contra esa persona que hay en mí. Por ejemplo, no quiero hacer ejercicio, no tengo ganas, pero tengo que hacerlo. Mi país es la nación con los hombres más gordos del mundo. Y ellos quieren que les pague su salud, pero en vez de hacer esto, ¿por qué no van al gimnasio y dejan de comer hamburguesas en Mc Donald’s?
¿Cuál es el principal negocio de su empresa Rich Dad Company?
Los libros son un pequeño porcentaje del negocio. Hacemos millones de dólares con las licencias y eso significa que vendo el derecho a utilizar mi marca. En los EE.UU. por ejemplo, tenemos seminarios de «Rich Dad» y una división de franquicias y de inversiones, todos bajo la misma marca. Es decir que la licenciamos y ése es el gran negocio.
Hace un año dijo que quería convertirse en un millonario como Donald Trump y uno de sus planes era hacer el IPO de su empresa. ¿En qué quedó eso?
Hay muchas razones para hacer una IPO, porque es una estrategia de salida para los inversores. Es una posibilidad, pero yo voy a tener 1.000 millones de dólares, con o sin ella. Los IPO son atractivos para los otros niveles, pero hay muchos caminos. Fíjese Me Donald’s, por ejemplo: son inmobiliarias, son franquicias y una compañía pública también. Eso me lleva a los tres puntos para hacer buenos negocios, que eran los socios, la estructura financiera y la gestión. Los IPO son una estrategia financiera que significa que vamos a la Bolsa para conseguir capital, pero también puedo utilizar el mercado de deuda. No tengo la educación para llevarlo a cabo, pero sisé quién la tiene.
¿Usted es el manager de su empresa?
No soy el manager de nada. No soy bueno en la parte del manejo inmobiliario ni en la parte de pozos petroleros ni en la parte editorial, entonces, no lo hago.
¿Qué rutina o método implementa para escribir sus libros?
Es una larga historia para una pregunta corta. Cuando escribí el primero, las editoriales lo rechazaron. Entonces me convertí en un best-seller con la autogestión, es decir, lo edité yo mismo. Las editoriales me dijeron algo muy importante: usted tiene un best-seller. Cuando ellos dicen lo que ya sé, entonces no están diciendo nada. Usted quiere explicarme lo que sabe. Entonces dije «OK» y salió «Padre Rico». No sabía que servía, lo único que tenía en claro era que tenía dos padres y lo que me había enseñado cada uno. Siempre estoy escribiendo un libro. Me doy cuenta de que el próximo está a punto de empezar porque el que estoy escribiendo está a punto de salir. Es una secuencia y por eso el siguiente está en mi cabeza. En este momento estoy trabajando en lo que es liderazgo de emprendedores porque la mayoría no tiene éxito pues carece de disciplina. En la Argentina, las personas son muy apasionadas pero en lo posible hay que agregarle la disciplina. Si no, no va a tener éxito. En mi caso, no tengo disciplina, no estudio ni escribo bien. Soy muy perezoso y por eso fui al Ejército porque quería aprender cómo era la disciplina que te hace exitoso el cerebro. Algunos piensan que se hace dinero para gastarlo o para darlo, pero hay que tener disciplina para estudiar, para escribir un libro. En mi caso, todavía no la tengo pero sé cuándo obtenerla.
¿Lo sorprendió la última crisis financiera mundial?
Para nada, la esperaba. Hace muchos años lo dije, no sé exactamente cuándo fue la fecha, pero era claro que venía la crisis. Esto fue causado por la Reserva Federal y su capacidad de emitir dinero. Es como si tuvieras la maquinita e imprimieses pesos y pesos. Los estadounidenses no saben cómo sostener el peso y ustedes sostienen el dólar. Cuando a mime preguntan qué pasa con el dólar en la Argentina, creo que es tonto invertir en tanto dinero y encima que la gente lo acepte. Es dinero falso, es como si estuviera ahorrando. Puedo comprar la riqueza de ustedes simplemente con dinero falso pero con el peso no puedo hacer eso.
¿Cuál fue el impacto de la crisis sobre sus inversiones?
Cero, ahora hago más dinero. Tengo un nuevo libro que se llama «La conspiración de los ricos» en el que hablo de cómo prepararse para los malos momentos. Si uno está preparado, siempre le va a ir bien. Los que pierden dinero son los que dependen de las ganancias de capital, o sea de que mis reservas van a ganar o a subir o mis acciones también. A mí no me importa si los precios suben o bajan, lo que quiero es que el dinero ingrese y entonces hay ganancias de capital y flujo de dinero. Cuando todo el mundo estaba perdiendo para mí era bueno porque yo alquilaba y me ingresaba dinero. Ahora tengo el 100% de mis propiedades ocupadas. Cuando el barril de petróleo costaba 145 dólares, hacía mucho dinero y cuando bajó no me importó porque sigo teniendo dinero aquí en la empresa. Lo importante es comprar activos.
¿Lo peor de la crisis ya pasó?
No, va a ser cada vez peor, porque los que la causaron siguen estando. Einstein dijo: «Uno no puede solucionar el problema utilizando el mismo pensamiento con ideas que causaron el problema», Obama es un hombre honrado, pero sigue con esas mismas ideas y está tratando de que el resto del mundo compre los bonos de nuestra deuda y hacer que los estadounidenses pidan dinero. Eso es deuda y los norteamericanos no lo van a hacer.
¿A pesar de esto sigue comprando dólares y bonos del Tesoro?
¡No, de ninguna manera! A mí no me gusta el dólar estadounidense.
¿No tiene una parte de su portafolio en efectivo?
¡No, de ninguna manera! Eso es lo peor.
¿Y en qué moneda está invertido?
No uso monedas. La definición de monedas viene de «corriente», que es el flujo de dinero y entonces seguimos devolviendo el dinero y como en este momento se están imprimiendo millones de dólares, estoy comprando commodities como petróleo, oro y plata. Es decir, hoy hay más oro que plata en el mundo, y la plata cuesta 15 dólares por onza. Entonces, en lugar de acumular efectivo compraría plata. Además, no necesito el efectivo y por eso adquiero estos activos que con la inflación van a subir. Si el Tesoro deja de imprimir dinero, volveré a los dólares. Pero si ellos no paran de emitir, no voy a invertir ni en dólares ni en pesos.
¿Cómo ve los precios de las inversiones inmobiliarias frente a un panorama inflacionario?
Los precios de las propiedades inmobiliarias dependen del nivel de empleo. En zonas que no hay trabajo como Michigan o Detroit, pueden bajar. Pero no tiene que ver con la inflación, sino con los empleos. Si no hay trabajo la parte inmobiliaria no funciona.
¿Es posible que los EE.UU. puedan perder su liderazgo frente a países como Brasil, India y China?
Quizás, aunque no pienso en términos de los EE.UU. versus el resto. La economía mundial puede colapsar y eso podría pasar. Podría ser un número importante de cosas, haber una hambruna, un ataque terrorista o problemas ambientales. La economía de hoy es muy frágil y eso es lo que me atemoriza.
¿Cuáles fueron su mejor y su peor inversión?
Lo que generalmente le digo a las personas es que para encontrar una buena inversión hay que estudiar muchas alternativas. Yo estudio mil casos para encontrar un buen negocio. Pero la mayoría de la gente considera uno solo y lo compra. Si llego a considerar 1000 casos, hago una oferta por 100 y de esos 100 elijo sólo uno. Por otro lado, de cada diez inversiones que hago, cinco son promedio, cuatro están por encima y una de ellas es superlativa, pero nunca encuentro la inversión sino que primero las estudio ¡Ahí es cuando hago las inversiones promedio y de pronto aparecen algunas que están buenas y no las puedo creer! Es como si me dijera «acá tienes el premio». Tengo algunas que han sido increíbles, por ejemplo, una propiedad que compramos con mi esposa de solamente 8 millones de dólares. Es mucho dinero para mucha gente, pero no tuve que poner dinero. Es decir, podía tener cero pesos y hacerla. Todo el mundo enloqueció porque no podían ver la estructura financiera. No puse un solo billete y me pagan 35.000 dólares por mes. Hay gente que no junta ese dinero en un año y yo los consigo todos los meses sin un solo centavo. Con esta cantidad por mes es suficiente para el resto de mi vida. Es una inversión fantástica, pero si no hubiera visto el resto de las mil malas no hubiera aparecido ésta. Es una cuestión de promedio.
¿Cuáles son los inversores que más admira?
Mi favorito es Jim Rogers que fue socio de los fondos Quantum. Soros también me gusta mucho. Y por supuesto, Warren Buffett.
En su conferencia mencionó que no le gusta comprar acciones a largo plazo, pero Buffett justamente se hizo millonario con esa filosofía.
Buffett no compra acciones, sino empresas. O sea, toma el control de ellas. No es exactamente lo mismo que las acciones y yo no invierto en fondos de inversión.
¿Qué piensa de los ETF?
Algunos pueden ser interesantes como los commodities. Si tuviera que empezar a invertir hoy no lo haría en fondos mutuos porque no hay retorno. Invierto en ETF porque tengo muchos dólares pero también lo hago en petróleo, oro y plata. De todos modos, del que más he aprendido es de mi amigo Donald Trump. Si tengo un problema lo llamo y le digo cómo lo voy a hacer, realmente aprecio su opinión. Es mi mentor.
¿Cuál es el consejo gue le gustaría dejar a los inversores y emprendedores argentinos?
La Argentina es un país rico. Imagínese si fuera en África, adonde lo pueden matar. Acá no es difícil sino que uno cree que lo es. Si uno cree que es difícil, entonces lo es. Hacer dinero, mantenerlo y que no te lo robe el Gobierno todavía es más difícil. Si la economía mejora, hay que prepararse para los malos tiempos. Tomo muchísimos riesgos pero me puedo dar el lujo porque tengo dinero. Realmente no me gusta que se diga que es difícil porque es la Argentina o porque no tienen educación o por lo que sea, siempre es difícil. Ser el mejor no es fácil. Lo mismo pasa con el rugby o con el fútbol. Nada es fácil, pero si uno es malo es otra cosa.
Bill Gates ha dicho gue donará gran parte de su fortuna a su fundación. ¿Usted tiene decidido hacer algo parecido?
Ya ha sido asignado y voy a dar el 80%. No se lo voy a dar a la gente porque es una manera de regalarlo. En realidad, estoy a favor de los organismos que luchan por el medio ambiente. A mí me encantan los océanos; darles dinero a estas ONG es una buena idea ya que es una manera de protegerlos. Invierto en cuestiones ambientales pero también en contaminantes como el oro, plata y petróleo, entonces es una manera de compensar.
¿A qué se deben sus historias de éxitos y fracasos?
Lo más importante es la actitud, pobre o rica. La razón por la cual la gente no tiene éxito es porque van a la escuela y ahí te enseñan a no tener errores y eso es lo más estúpido que hay. ¿Cómo se puede aprender de algo si uno no se equivoca? Entonces, si yo no quiero hacerlo y ése fuera el caso, no vamos a aprender nada. Ésa es la cosa más importante. Cuando perdí mi empresa, mi padre pobre me dijo: «¡qué vergüenza, fracasaste!» y el rico me dijo «felicitaciones porque perdiste el primer negocio». Entonces pagué las deudas, lo reconstruí y empecé. Luego perdí el segundo y entonces lo arreglé y seguí adelante. No ha cambiado nada. Los años más difíciles de mi vida fueron 2007 y 2008 porque descubrí que mi socio me estaba robando dinero. Tuvimos que deshacer la sociedad comercial y costó 10 millones de dólares rearmarla. Cuando uno aprende a reconstruir la primera, puede hacerlo con la segunda y la tercera, es la cosa más tonta. Por eso digo que no vayas al colegio porque ¿si uno no comete errores, cómo vamos a aprender? La gente está horrorizada. Si uno va al doctor o a un abogado, no llaman a su negocio «negocio» sino que le dicen «su desarrollo profesional». Por eso, los equipos de rugby practican todo el tiempo y los de fútbol también. Entonces, cuando estoy en el mundo de los negocios tengo que fracasar. Es la manera de ser más vivo.
Los lectores le preguntan a Kiyosaki
Los suscriptores de Inversor Global tuvieron la oportunidad de hacerle algunas preguntas a Robert Kiyosaki a través del blog de la revista y él las contestó durante la entrevista.
¿Cree que el capitalismo está bajo amenaza?
Sí, pero lo que es más atemorizante es el comercio de la economía. El dólar es toxico, está contaminando al mundo, pero si no se dan cuenta de que el Gobierno lo está manejando mal no lo va aceptar más. Ése es el mayor temor. Las sociedades han colapsado a lo largo de la historia. Por ejemplo, el Imperio Romano o los chinos o en algunas sociedades de comercio caníbales. La sociedad es muy frágil cuando se piensa que la respuesta es el socialismo y dar dinero a las personas. Creo que lo peor que puede pasar es el colapso.
¿Cómo pasaron con su mujer los períodos de complicaciones financieras?
Un día por vez. No fue fácil sobrepasar esos momentos, es más fácil hoy, pero nos tomamos las cosas una por día.
¿Cómo se puede aplicar su filosofía de real estáte en la Argentina donde casi no existe el crédito?
Es una pregunta estúpida. Fíjese que hay un montón de inversiones inmobiliarias, hay edificios que surgen por doquier. Entonces, alguien lo está haciendo. Uno no puede tener inversiones inmobiliarias sin dinero, así que hay que cambiar a los amigos para conseguir dinero si es necesario. Era fácil en los EE.UU. pero ya no lo es tanto. Si hablo con mis amigos, les digo «acá tengo una inversión». Si es una buena operación va a fluir el dinero. Uno tiene que tener cuidado con los amigos. Si hay alguno de ellos que le dice que no se puede hacer, hay que encontrar otro que te diga que se puede. Mi padre pobre está en esta situación difícil, a diferencia del rico. Éste es en un país rico: hay edificios hermosos, hay alguien que los está financiando.
¿Existen oportunidades de inversión en la Argentina? ¿Planea invertir en el país?
No necesito invertir más porque tengo suficiente dinero. Cuando lo hago es sólo en cuestiones internacionales. Cuando escribo un libro lo hago internacionalmente, cuando invierto en petróleo lo mismo. Todo el mundo compra crudo, también oro o plata. Siempre estoy a nivel internacional, por eso, cuando me preguntan sobre la Argentina, si yo viviera aquí y estuviera 20 años haría un «punto.com» y trabajaría con los pesos, los dólares y los yenes o la moneda de Israel. No pienso en términos de países, sino globalmente. Nunca ha sido fácil hacer dinero pero si hoy tienes menos de 50 años y no podes hacer dinero es tu problema. Es el momento más fácil de la historia para hacer dinero.
¿Le gusta navegar por Internet?
No, pero tengo gente que contrato que sí lo hace. A mí no me lo enseñaron en el colegio pero ahora que tengo dinero puedo contratar gente que sí lo puede hacer. En mi compañía, tengo a la gente más inteligente. Por ejemplo, ¡Vas a aprender español, no! Puedo conseguir un traductor. No arreglo ni el auto, ni limpio la casa, ni construyo, sino lo que hago es armar la inversión, es lo que tengo que hacer.
Descargar documento en pdf |