En la vida del emprendedor hay cierto encanto ¿Sabes? Me encanta escribir en distintos medios, por ejemplo, desayunar con distintos empresarios y emprendedores, cambiar de ciudad e irme a dar una conferencia por distintos puntos; conocer nuevas personas, hablar con emprendedores de distintos países, aprender nuevas cosas, vivir y planear cada vez más y más cosas.
Creo que soñar es parte del proceso. Hay cierto glamour y encanto. Pero también me encanta darle al trabajo duro, aterrizar ideas, planear costos, deducir correctamente ganancias, hacer planeaciones estratégicas.
Y darle acción a cada proyecto, acción y acción porque ninguna idea por más buena que suene, sea mía o de alguno de mis clientes o colaboradores, puede equipararse a lo que te aporta LA EXPERIENCIA REAL.
Yo te recomiendo mucho eso: sueña y actúa; vuela y aterriza; aprende y aplica.
Si dejas que ese pedazo de glamour y belleza que tiene la vida del emprendedor, te coma… no va a ser divertido. El encanto, como la carroza de calabaza del cuento de la Cenicienta, no dura demasiado tiempo: la magia se evapora.
Y de nuevo te lo digo por experiencia propia.
Cuando superé un poco mi timidez y me fui acostumbrando a ir a eventos y desayunos, llegó ese extraño día en el que me descubrí a mí misma asistiendo a un montón de reuniones “sin sentido”, por no decir inútiles. Desayunos caros donde se decían muchas ideas que nunca se aterrizaban, negocios inviables, ganancias mínimas que requerían demasiada inversión de tiempo y esfuerzo.
Me costó realmente levantarme, centrarme a mí misma y decir “No más” ¿De qué me servía una agenda llena de negocios/eventos/desayunos no provechosos? De nada. Al final de mes no tenía ni un dólar.
¡Tenía un montón de compromisos y no podía pagar prácticamente ninguna de mis cuentas!
Tenía una excelente VISIÓN. Sabía a donde quería llegar pero no hacía nada para lograrlo.
Y no detenerme a tiempo en ello, no actuar para lograr lo que quería me llevó directo al fracaso. Y aprendí que eso de crear una visión sin ACTUAR no es muy conveniente que digamos.
Claro, se vale soñar y más que se vale ¡CONVIENE! Por favor HAZLO, SOÑAR es parte del proceso, tírale muy alto, imagínate la meta sin restricciones. Dice un dicho:
Apunta a las estrellas y llegarás a la luna.
Y estoy de acuerdo. A mí misma mi esencia soñadora e idealista me ha llevado lejos, me ha guiado y animado cuando lo he necesitado.
¿Pero sabes cuando he tenido realmente BUENOS RESULTADOS?
Cuando he combinado esa esencia soñadora con ACCIONES bien enfocadas y CONOCIMIENTOS que se vuelven APRENDIZAJE.
Entonces sí, CREA TU VISIÓN: define a donde quieras llegar y crea una visión ambiciosa, retadora.
Después, crea tu plan de acción:
- ¿Qué tipo de persona es la que consigue esa VISIÓN?
- ¿Qué necesito APRENDER para lograrlo?
- ¿Qué ACCIÓN CONCRETA haré CADA DÍA para acercarme PASO A PASO a mi sueño?
Y mientras más ACCIÓN tomes, más EXPERIENCIA tendrás y será eso que te conducirá al ÉXITO.
¡Excelente día emprendedor@!
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