Mi padre rico dijo: «rara vez obtienes una buena educación en una ‘buena’ universidad». También dijo: «Es mucho mejor crear buenos puestos de trabajo como empresario, que conseguir un buen trabajo y ser un empleado.»
Yo me anoté para asistir a la universidad, como mi padre pobre quería, y fuí aceptado en La Academia de la Marina Mercante de los Estados Unidos en Kings Port, Nueva York. La academia es una escuela muy selectiva, aceptando sólo 275 estudiantes por año y que requiere de una carta de recomendación de algún senador de los EE.UU. o de algún representante. En ese tiempo, los graduados del primer año de la Academia estaban ganando 70.000 dólares o más al año, lo que era un montón de dinero en la década de 1970.
Aunque mi padre pobre era el Jefe en el departamento de Educación del Estado de Hawai, yo era un mal estudiante con calificaciones mediocres. No estoy seguro de cómo entre a La Academia de la Marina Mercante de los Estados Unidos, pero lo hice.
No me arrepiento de mi tiempo en la Academia. Los académicos fueron rigurosos. Tuve grandes profesores. Y porque la academia fue una escuela militar, aprendí lo que necesitaba sobre el liderazgo y desarrollé un fuerte sentido de orgullo y disciplina que no tenía cuando era adolescente. Esas habilidades me han servido bien durante toda la vida.
Aunque disfruté mi tiempo en la academia, una cosa fue dolorosamente clara una vez que me gradué y comencé a trabajar; mi educación estaba sólo empezando. La academia fue dura y difícil, pero no aprendí las cosas más esenciales que me ayudarán a triunfar en la vida. Por ejemplo, yo no tenía idea de cómo el dinero trabajaba, y yo no tenía la capacidad de vender. Yo no tenía educación financiera, el tipo más importante de educación. Afortunadamente, tenía a mi padre rico, que seguía en contacto conmigo. No sólo me enseñó sobre el dinero, también me animó a tomar un trabajo de ventas en Xerox para aprender a vender en lugar de tomar un trabajo en el que pagará bien como en la marina mercante. Esa fue la mejor decisión de mi vida, y una de las que me ha pagado dividendos por décadas desde entonces.
Diferente década, el mismo consejo
Hoy en día, las viejas reglas del dinero (ve a una buena escuela, consigue un buen trabajo, ahorra dinero, comprar una casa e invertir en una cartera diversificada de acciones y fondos mutuos) siguen siendo seguidas a pesar de que son totalmente obsoletas. Y una de estas viejas reglas más sagradas es el consejo de ir a una buena escuela.
Este consejo tiene menos sentido hoy en día de que lo que tenía cuando yo era joven. De acuerdo con la revista More, el costo promedio de la educación en algunas de las escuelas más exclusivas del mundo es de $ 250,000 por cuatro años.
La realidad es que los costos de la educación se han disparado, pero los beneficios de la educación se han reducido drásticamente. Estamos criando una generación de hombres y mujeres jóvenes que están tan cargados de deuda (deuda mala) que la pasarán realmente mal tratando de salir adelante en sus vidas.
Cambia las reglas con las que juegas
Si usted es una persona joven en su camino a la universidad o un padre de adolescentes que se están preparando para la universidad, le sugiero pensarlo y bien sobre lo que espera obtener de su educación y por qué lo quiere.
No estoy diciendo que la educación superior es del todo mala. Hay ciertas cosas que no se pueden hacer sin ella. Por ejemplo, yo nunca visitaría a un doctor que no haya asistido a la escuela de medicina. Pero la vieja regla del dinero que dice que todos deben ir a una buena escuela, es una regla obsoleta y una de las que encadena a las familias con la deuda mala.
Con el fin de prosperar en la nueva economía, es necesario comprender el valor de una buena educación y que una buena educación es la que incluye la educación financiera .Desafortunadamente, usted no puede conseguir una buena educación financiera en la escuela, ni se podrá por mucho tiempo. Por lo tanto, una «buena» educación en una «buena» la escuela es realmente una incompleta (y cara) educación.
Es por eso que creé Rich Dad Company. Tuve el beneficio de un padre rico que me enseñó sobre el dinero y los negocios, lecciones que me han ayudado más en la vida que cualquier otra cosa que haya aprendido en La Academia de la Marina Mercante de los EE.UU. Quería darle la misma oportunidad a otras personas.
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Fuente: EscuelaParaRicos.net