Al tiempo que las empresas de todo el mundo se enfrentan con los desafíos del almacenamiento de una enorme cantidad de información en sus centros de datos, algunos se preguntarán cómo hemos llegado hasta aquí en primera instancia. Una gran cantidad de experimentos marcaron la primera etapa de la industria de la computación. Si bien se han realizado numerosas innovaciones desde entonces, es justo reconocer que la industria del almacenamiento digital, tal como la conocemos hoy, no hubiese existido sin el aporte innovador que propuso un grupo de ingenieros de IBM, hace casualmente 60 años, en esta misma fecha. Esta innovación permitió que las grandes máquinas de cálculo consigan guardar sus resultados en formato digital en carretes de cinta magnética en lugar de tarjetas perforadas, creando nuevas maneras de ver y adquirir conocimientos a partir de la información digital.
Con el transcurso del tiempo, los enfoques innovadores han labrado el camino para el progreso. Las nuevas aplicaciones, mejoras innovadoras, o rediseños de simples invenciones anteriores han llevado a muchos inventos a la producción en masa. Thomas Edison, famoso por muchos motivos, no fue el inventor de la bombilla incandescente. El primer experimento exitoso con luz eléctrica se produjo casi 60 años antes del uso innovador de Edison, que logró generar un vacío para eliminar el oxígeno de la bombilla, así como diseñó un nuevo filamento, para extender la vida de la bombilla desde unas pocas horas a más de 1.500.
Algo similar ocurrió en la industria de la computación en las décadas de 1940s y 50s – un momento en que el cálculo y el procesamiento ya no era la gran preocupación, sino más bien el almacenamiento de los resultados de dichos cálculos. Durante los primeros tiempos, las únicas técnicas existentes para los sistemas de cálculo masivos influían el uso de “medios físicos” tales como libros, papel y tarjetas perforadas. Se volvió evidente que en la medida que estos sistemas ganaban en velocidad y desempeño, las soluciones de almacenamiento no eran sostenibles.
Los ingenieros de IBM recurrieron a la última invención del momento, la cinta magnética, en busca de respuestas. Esta tecnología, que ya había sido utilizada para capturar audio, era una promesa descomunal para los sistemas de computación, el problema era que no duraba lo suficiente. Cuando extensos rieles se utilizaban para capturar información computacional, los motores de las unidades de cinta, se iniciaban y detenían abruptamente, y fácilmente rompían la cinta.
Los ingenieros de IBM abordaron el problema de la rotura. Y fue así cuando el 21 de mayo de 1952, la compañía dio a conocer su equipo de producción: IBM 701, cuyo lanzamiento también incluía un sistema de almacenamiento que representó un gran avance en la cinta magnética. El IBM 726 resolvía el problema de la rotura a través del uso de una «columna de vacío», que crea un “amortiguador” de cinta floja entre los arranques y paradas. Este bucle en forma de U de cinta floja permitió a la cinta absorber mejor los arranques y paradas extremadamente rápidas del sistema.
La innovación de la columna de vacío no sólo fue un éxito, sino que fue adoptada por la mayoría de los fabricantes de alto rendimiento de unidad de cinta, por lo que es una de las tecnologías informáticas más utilizadas del siglo XX. Esta tecnología llegó a ser tan común que la imagen del sistema de cintas se convirtió en uno de los íconos que simbolizan a la «computadora» para toda una generación de noticias y entretenimiento.
Sin dudas, los retos de 2012 no son lo que eran en 1952. Hoy en día, la dinámica del mercado, las redes sociales, la computación móvil, Big Data y las regulaciones, entre otros temas, generan un tráfico digital de proporciones épicas. Según algunas versiones, la cantidad de información necesaria para ser almacenada en forma digital será superior a los 8 zettabytes (o, 8 mil millones de terabytes) para el año 2015. Estas tendencias y las previsiones están obligando a todos los sectores a analizar sus infraestructuras de almacenamiento con más cuidado que nunca.
Pero no hay una única solución mágica, no hay solución única tecnología que nos prepare para la avalancha de datos. Las empresas que tienen éxito serán aquellas que aprovechan las tecnologías más estratégicas de almacenamiento disponibles, para aumentar la eficiencia, minimizar el riesgo, reducir costos, mejorar el acceso y reforzar la seguridad. También serán aquellas que explotan las soluciones que ofrecen una mayor clasificación de los datos, porque no todos los datos son iguales ni mantienen la misma relevancia en el tiempo.
Este es el camino a esta nueva frontera en el área de almacenamiento y la nueva era de la computación. IBM lo está liderando una vez más, con productos e innovaciones, y el portafolio más amplio de la industria que ayudará a los clientes a lograr sus objetivos de negocio a través de soluciones de almacenamiento más inteligentes.
Reflexionar acerca de los orígenes de nuestros logros, tanto en los negocios como en la vida, es fundamental. Este mes recordamos el aniversario de la cinta magnética, y miramos hacia el 1952 como un hito en el progreso de la computación y un recordatorio de cómo la innovación puede alterar el futuro y todas sus posibilidades.
Por Brian Truskowski
Brian Truskowski es el Gerente General de IBM System Storage & Networking, IBM Systems and Technology Group.