Pleno siglo XXI, la tecnología, los avances informáticos e industriales van apoderándose de nuestra sociedad, y en medio de toda esta vorágine de innovación, información y desarrollo, pequeños grandes héroes que buscan abrirse paso en este primer mundo que trata de adelantarse a su tiempo. ¿Su nombre? Emprendedores, les llaman.
Los Emprendedores son trabajadores que decidieron no conformarse. Que dieron un paso adelante y dijeron, sí se puede, y decidieron luchar por ese Sí.
Hablamos de ellos otorgándoles la letra capital porque son los valientes de nuestro tiempo, los que buscan aportar luz a esta sociedad que sigue avanzando y a la que toca adaptarse si no quieres quedarte atrás.
Pero especifiquemos, estas líneas no pretenden ni mucho menos desmerecer a quienes no deciden emprender. El emprendimiento en una forma de vida, y no todos estamos hechos para ello. Aclarado este punto continuemos, hemos decidido hablar del emprendedor ensalzándole, porque todo trabajo que se desempeñe con tesón y pasión debería ser elogiado, y bien sabemos que quien decide emprender, prácticamente “se casa” con su proyecto, lo que significa 24h (porque el día no tiene más) entregado enteramente a sacarlo adelante.
Queremos fijarnos concretamente en una de las capacidades o características que debe tener la persona emprendedora: La Innovación.
Comentábamos anteriormente que nos encontramos en un mundo cambiante y que no deja de innovar. Pues bien, el Emprendedor debe tener ese “superpoder” de adaptarse a lo nuevo y crear algo de verdadero valor que aporte a la sociedad y la mejore.
Ese carácter innovador debe estar presente en cada paso que dé hacia adelante con su proyecto. Antes, decíamos que el Emprendedor es un valiente de nuestro tiempo, y el motivo de esta afirmación es que la Innovación supone un continuo riesgo, significa probar algo nuevo sin saber con certeza si funcionará, si la gente lo aceptará y si todo el trabajo invertido obtendrá frutos. Pero además de ese esfuerzo físico y mental invertido, la innovación supone esfuerzo económico, que repercute directamente en su subsistencia, de ahí que le demos tanto valor.
Ahora bien, ante este panorama que así pintado parece un poco desolador y a más de uno podría quitarle las ganas de lanzarse a “cumplir su sueño”, bien es cierto que cuando ves tu trabajo despegar no existe alegría mayor.
Volviendo al tema de la Innovación, nos gustaría definirla como el proceso de convertir las nuevas ideas en valor. En esta sencilla definición hacemos principal hincapié en la palabra “ideas”. Todo proceso innovador surge a partir de una buena idea, y es ahí donde el emprendedor debe centrar sus esfuerzos.
En empresas con volumen de empleados, la innovación puede resultar más sencilla o más complicada (en función de cómo se gestione). El Emprendedor sólo tiene que evaluar esas ideas con estudios o con su pequeño equipo. En el caso de una empresa de mayor tamaño, lo idóneo es que disponga de un gestor de ideas que recoja todas las ideas de sus empleados y consiga que todo ese conocimiento se convierta en innovación.
Así pues, como Emprendedor, innovador, creativo, luchador y trabajador, aprovecha esa ventaja que te da la inmediatez de no tener que pasar por múltiples procesos, para que una buena idea se convierta en proyecto y a su vez en innovación.
Queridos pequeños grandes héroes, no ceséis en vuestra lucha por aportar valor a la sociedad, no ceséis en vuestra lucha por la Innovación.
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Acerca del Autor: Este articulo fue escrito por Mar Recio