La Organización debe asignar los recursos en función de las necesidades que plantee la Estrategia. Si por el contrario la Estrategia se determina en función de la asignación de recursos, la Organización se puede situar en una seria desventaja competitiva.
Por una parte éste es uno de los Principios Estratégicos más fáciles de entender y por otro uno de los que se cumplen con mayor dificultad. Una gran cantidad de organizaciones atribuyen a la escasez de recursos su incompetencia estratégica.
La Estrategia es el sistema de gestión del Negocio en una Organización, y por medio de éste alcanza «utilidad interés y provecho» en las actividades que realiza. Si no se optimiza el rendimiento del Negocio, o por otra parte si éste fracasa, la Organización en su conjunto sufre el impacto. No se trata solamente que los propios recursos sean más escasos a medida que la Estrategia y el Negocio se debilitan, se trata de un riesgo para la existencia misma de la Organización.
El cálculo de los recursos disponibles en la Organización se efectúa el momento de concepción del planteamiento estratégico. Por supuesto que éste debe ajustarse a la propia realidad organizacional, porque en caso contrario no tendría validez como planteamiento estratégico, pero no debe hacerlo bajo el criterio de la Administración de Recursos.
Administrar apropiadamente los Recursos es una cosa y asignarlos para las necesidades de la Estrategia es otra.
El rol de la Estrategia se encuentra en la parte de la ecuación destinada a la Generación de Recursos, y para conseguir esto necesita a la vez que se le asignen los medios necesarios.
Si por un lado el Negocio que sustenta la Organización no tiene la capacidad de proveer los recursos que ésta precisa para sostener la Estrategia (que a la vez sostiene el Negocio), o si por otra parte la Organización y sus principales grupos de interés no tienen la capacidad necesaria para asignar los recursos que son necesarios, entonces el Negocio y la Organización están destinados a perecer ante competidores eficientes.
La verdad en el fondo es muy sencilla de entender, y poco les debe a ésos esfuerzos casi gloriosos que se hacen para desconocerla: si no hay recursos y no hay Estrategia, entonces no hay Organización ni necesidad de preocuparse por nada. Esas organizaciones que se debaten en la línea de esta realidad y que no reconocen un hecho tan elemental, apenas pueden esperar que el desenlace sea una cuestión de tiempo.
La única forma de garantizar que éste fenómeno tan común pueda ser superado es respetando un precepto básico: el equilibrio entre medios y fines.
Si a la Estrategia se le plantean objetivos que no podrán alcanzarse con los recursos disponibles, fracasará.
Es posible, por supuesto, que la Estrategia igualmente fracase a pesar que se le hubieran asignado los recursos necesarios, pero las consecuencias de esto último son muy diferentes a lo primero. El fracaso al tratar de alcanzar un objetivo contando para ello con los recursos necesarios puede tener sus límites en el marco del propio objetivo, en tanto que el fracaso al tratar de alcanzar un objetivo sin los recursos necesarios, puede llevar a la Organización a un estado final mucho más precario que el de partida.
En estos procesos lo que falla, curiosamente, no son ni las Estrategias ni la disponibilidad de recursos, lo que falla es la determinación de los objetivos.
El cuidado fundamental que deben tener las organizaciones es el de establecer posiciones allá donde puedan utilizarlas apropiadamente como punto de partida para crecer y como punto defensivo sólido. En ésta tarea juega un papel fundamental la disponibilidad de los recursos. La Posición la determinan los Recursos.
Las Empresas tienen muchas opciones para garantizar que lo anterior no constituya un problema. Su Posición la pueden establecer en segmentos, nichos o proporciones de Mercado que les estén permitidos trabajar con los Recursos disponibles. En ellos pueden tener una solidez proporcional a los Recursos con los que cuentan. Esto no determina insuficiencia de ninguna naturaleza porque se pueden maximizar los intereses del Negocio entre los límites de la Posición perfectamente, al punto de no sólo tener una solidez adecuada sino un claro protagonismo.
Desde ésa Posición emerge la concepción estratégica y la posibilidad efectiva de la asignación de recursos.
Ahora bien, cuando se trate de ampliar la Posición o “extender” las fronteras de la misma, la Organización, o tendrá que haber acumulado un excedente de Recursos o haber tomado la previsión de hacer inversiones extraordinarias para sustentar la Estrategia. De esta forma, si el intento fracasa, existe una buena probabilidad que sus efectos se remitan a lo “incremental” y no a lo “esencial”.
Algo parecido sucede en el caso que la Empresa deba tomar recaudos defensivos cuando esté sujeta a acciones ofensivas de la competencia. Una Posición construida bajo la premisa del equilibrio entre medios y fines tiene mayor solidez que una que deba defenderse recurriendo a Recursos insuficientes.
A efectos del interés del STRATEGOS y una vez que pueda darse por sentado que la propia Organización se encuentra en “zona segura”, la posibilidad de aprovechar las oportunidades que el Mercado presente de organizaciones que no estén respetando éstas mismas premisas, es muy alta.
Si existiera una forma relativamente sencilla de generar estadísticas, resultaría asombroso comprobar que la mayor parte de las organizaciones se inscriben entre las que «no tienen» los recursos necesarios para plantear las estrategias adecuadas, y por ello mismo se alcanzaría la conclusión que el mayor de los problemas en el mundo de los negocios no pasa por limitaciones de naturaleza estratégica, sino por “limitaciones en recursos”, o se debiera decir con mayor propiedad, por incapacidad de aplicar el indispensable equilibrio entre medios y fines.
Uno de los productos que emerge de la tarea del STRATEGOS virtuoso es la Estrategia que puede alcanzar objetivos “más allá” de lo que razonablemente indican los recursos disponibles. Existen casos exitosos en los que se extreman imaginación y esfuerzo para contrarrestar limitaciones. Estos intentos, sin embargo, no tienen la solidez necesaria para sostener posiciones en el largo plazo, o en el mejor de los casos constituyen la excepción que confirma la regla. Hasta cierto punto puede llegar la habilidad del STRATEGOS para trabajar exitosamente fuera del amparo que establece el equilibrio entre medios y fines. La debilidad de la Posición que tendrá la Empresa será identificada por el competidor más temprano que tarde y allí se concentrarán las arremetidas.
En el mundo de los negocios existen sin duda líderes estratégicos del calibre de un Erwin Rommel, quienes pueden sostener esfuerzos exitosos casi inconsistentes con la posibilidad que otorgan los recursos, pero sus resultados propenden siempre a desenvolverse en la inmediatez, en la atención de lo crítico y lo urgente. El final inevitable es el mismo que le llegó a la Alemania de Hitler cuando los recursos disponibles no fueron comparables a los vastos recursos que se le enfrentaban. Durante algún tiempo las habilidades estratégicas de sus generales y el valor de sus combatientes sostuvieron la contienda, pero el final llegó como era previsible.
Es cierto que la Estrategia y la naturaleza permanente del Conflicto en el Mercado, obligan a que las organizaciones adopten eficientes «economías de guerra», es decir que coloquen a disposición de los intereses mayores del Negocio todos los recursos que fuesen posibles, extrayendo cada gramo de esfuerzo desde el corazón mismo de la Organización, consiguiendo compromiso y enfoque de cada persona hacia este fin, desde el más humilde de los empleados hasta el individuo más poderoso, pero nada sustituye la maravillosa y sobria utilidad de cuidar el equilibrio entre medios y fines, respetando la premisa de que es la Estrategia quien condiciona la asignación de Recursos.
DATOS DEL AUTOR.-
Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.
Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”
WEB: www.elstrategos.com
Mail: carlosnava@elstrategos.com
Facebook: Carlos Nava Condarco – El Strategos
Twitter: @NavaCondarco