¡La culpa es de la Empresa!
Al salir del mundo de la consultoría y establecer mi propia empresa, esperaba una gran cantidad de dificultades y desafíos. Pero había situaciones incómodas que yo estaba seguro que ya estaban superadas. Cosas que yo buscaba al abandonar el entorno de las grandes corporaciones y optar por un sistema más pequeño, más joven y menos vicioso.
Decubrí que en algunas de estas expectativas yo estaba completamente equivocado.
Mi primera intención fue crear una empresa utilizando lo que pensaba que eran mis puntos fuertes. El liderazgo, la gestión de las personas, la cultura y los valores institucionales. Este sería el rostro de mi nueva empresa.
Diseñe un entorno diferente, realmente honesto, donde las personas podrían ser oídas, no ser castigadas por los errores, sino aprender a buscar un proceso absoluto de excelencia, por medio de la cooperación, la libertad y, sobre todo, de la verdad.
Descubrí a duras penas que establecer este tipo de entorno requiere mucha fuerza y es casi una batalla diaria. Cada persona carga consigo sus creencias y experiencias, traumas y aprendizaje. Por lo tanto, no sirve de nada sólo hablar o escribir cosas bellas, tales como:
“Si usted se equivoca no lo omita, vamos a tratar de aprender de los errores”.
Cada persona tiene su historia y por desgracia no llega siempre a disposición para un proceso de confianza. Es necesario hablar, hacer y mostrar. No una, ni dos veces. Sino que todos los días, en todo momento. Es un proceso educativo constante.
De los hábitos “indeseables” que las personas trajeron, hubo uno que me tomó un tiempo para darme cuenta, quizás por la conmoción psicológica de tener que lidiar con este tipo de hábito en mi propia compañia. Apareció en una conversación, luego, en una reunión, y de repente allí estaba, en todos los lugares, representado por frases tales como:
Pero la compañía piensa que…Es la política de la empresa….La Compañía está cambiando…Lo que la empresa decida….Si la empresa piensa eso….La empresa nunca fue así….
La empresa eso, la empresa aquello, depende de la empresa. ¿Alguna vez usted ha oído eso?
¡Esperen un minuto, paren todo! ¿Quién es la empresa?
Yo podría llegar a entenderlo cuando trabajaba con grandes corporaciones con empresas solidificadas, con una historia de generaciones, culturas y nombres que se sobreponían a todo, como si existiera realmente un ser empresa.
¿Pero en mi empresa? ¿Una nueva empresa con pocos empleados y centrada de forma natural? ¿De dónde procedía eso?
Me di cuenta de que el discurso que hecha la culpa a la empresa, puede ser un gran comportamiento de escape de los colaboradores. Un discurso que se utiliza, o para escapar de un conflicto directo con aquellos en el poder, o para escapar de sus propios poderes, obligaciones y responsabilidades.
Un discurso que es la idea opuesta a la «accountability».
Es necesario que el liderazgo ayude a evitar estas fugas. Es parte de las batallas diarias, de nuestras tareas ayudar a crear lo comportamento de accountability*.
Hoy en día, yo no les doy la oportunidad para este tipo de discurso. En el momento en que surge, pero la empresa debe….. la empresa no tiene una política de este tipo…. depende de lo que piense la empresa…
Yo interrumpo de inmediato la conversación y pregunto:
¿Quién es la empresa?
– ¿Soy yo? (Yo soy el propietario, en teoría, el mayor representante de dicha empresa) ¿Soy yo el que no permite hacer lo que se debe hacer?¿Soy yo el que debe construir una nueva política?
A continuación, les recuerdo que todos son la empresa (todos son de una manera u otra representantes de la empresa, principalmente para los clientes), por lo que si desean cambiar una política, proceso, sistema o forma de pensar, les recuerdo que aquella persona también es responsable de eso.
– Ayúdeme, o simplemente haga el cambio. Dejemos a un lado la empresa y vamos a tratar con los involucrados.
No siempre es fácil sostener esta conversación, ya que nos hace darnos cuenta de que el cambio, la crítica o el elogio se conectan directamente a cada persona de la organización, no a un sistema y no siempre es fácil asumir un papel de responsabilidad de las propias acciones.
Es un camino de aprendizaje, pero con grandes resultados e impactos.
* En la esfera empresarial se utiliza el término accountability, un término inglés que no tiene una traducción precisa en español. En nuestro idioma hablamos de la responsabilidad personal o la actitud individual.