POR RAFAEL MASSA.
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La ingeniería social es la explotación del comportamiento humano normal. Parte desde una simple observación hasta conocer tus hábitos en detalle para llegar al engaño por medio de la WEB, correos, teléfono y en persona.
Normalmente las personas que nos rodean saben o creen saber cómo somos realmente, ya que durante años nos han visto realizar las mismas conductas e incluso repetir las mismas frases una y otra vez. Uno de los puntos más importantes y en los que más debemos fijarnos es nuestra expresión corporal: hay numerosos libros y páginas web que enseñan a cómo conocer nuestra personalidad gracias a los gestos que realizamos a diario.
¿No creen que vale la pena saber si alguien les está mintiendo o si desea lo mejor para uno?
Así lo explica Lilian Glas autora de “Relaciones tóxicas”, aunque la mayoría pensamos que escuchar nuestra voz interior o confiar en nuestros instintos es suficiente. Se trata de experiencias neurobiológicas que podemos tener o desarrollar cuando estamos atentos a los cuatro códigos de comunicación: el lenguaje, el tono de voz, el corporal y el facial.
La habilidad de usar la capacidad de leer a los demás no es un arte. Es una ciencia que puede aprenderse.
Emociones como miedo, enfado y la alegría se originan en el cerebro, que controla los sentimientos y se transmiten por medio del discurso y las expresiones faciales. La voz de una persona, su tono, su actitud, la postura de su cuerpo y las expresiones de su rostro son el resultado de intricadas conexiones del cerebro.
Por lo que es importante poner atención al código vocal, y observar el lenguaje corporal.
El tono en que uno habla proporciona una pista importante de cómo es uno. Esto puedes experimentarlo al contestar el teléfono, en un segundo puedes detectar el humor de la persona en el otro lado. Es por esto que los extorsionadores conocen muy bien este código, el entrar a mayor profundidad en la comunicación aumenta el conocimiento de atacado.
El código del lenguaje corporal es como un retrato personal el que nos puede presentar cómo hablamos: el cómo nos paramos o sentamos y cómo colocamos la cabeza, qué hacemos con las manos, hacia dónde fijamos la mirada.
En virtud de esto es esencial que identificar con exactitud el tono emocional en cada situación y así poder identificar los tonos negativos en cada situación, con lo que se podrá evitar ser afectado.
Los extorsionadores y delincuente usan la Ingeniería social y el conocimiento del individuo para explotar este lenguaje del cuerpo, el que incluso para nosotros mismos puede pasar inadvertido.
La contraparte interesante en estas técnicas es que pueden ser usadas en Ingeniería inversa, y que seamos nosotros quienes las empleamos para conocer si nuestro interlocutor tiene oscuras intenciones. Las reglas son las mismas, así nos conocen y así podemos descubrirles. Es importante, por lo tanto, estar a la expectativa, cultivar la observación y descubrir el engaño de la ingeniería social.
Acerca del Autor: Este articulo fue escrito por RAFAEL MASSA