El tiempo es el bien más preciado del mundo, más que el oro o que cualquier diamante. El valor del oro y de los diamantes es muy elevado, por su escasez. Pero un día, ambos elementos pueden dejar de ser escasos y su valor puede caer en picado, no creo que ocurra, pero podría pasar. Si cae un meteorito en la tierra y nos entrega grandes cantidades de oro, el valor de este activo caería en picado. La sofisticación de los diamantes es lo que produce su escasez, ya que lo más caro de los diamantes es su mano de obra, no el material en sí.
Pero estamos en el siglo XXI, la impresión 3D ya es una realidad y está funcionando y creciendo a pasos agigantados. Cada vez nuestra tecnología es más sofisticada, la automatización de los equipos es cada vez más evidente y quizá llegue el día, en el que pulir un diamante se convierta en una cosa de segundos, lo que provocaría un aumento de su producción y por lo tanto un aumento desmesurado de la oferta que haría caer el precio de este bien tan preciado actualmente.
Pero el tiempo es algo intangible, los seres humanos no disponemos hoy en día de la tecnología para crear más. Si es cierto que la esperanza de vida es cada vez mayor y debido a la globalización se está produciendo un aumento de las clases medias en aquellos países subdesarrollados, lo que está incrementando los índices de esperanza de vida en muchos países del mundo, por lo que podríamos decir que está aumentando el bien ‘’tiempo’’ para muchas personas. Pero pese a que existan estrategias y métodos de vida que permitan a las personas vivir un poco más, en general, nosotros no somos capaces de generar tiempo. El tiempo de una persona, además, es un activo que se pierde continuamente. Pues cada segundo que pasa, perdemos un segundo y ya no lo volvemos a recuperar jamás.
Pero, ¿porque todo este debate y análisis acerca del tiempo?
Con el desarrollo de las redes sociales, ha surgido un debate sobre nuestra empleabilidad del tiempo libre. Supongamos una persona con una jornada laboral de 8 horas. Esa persona dispone de 16 horas libres, entre las cuáles tiene que dormir, obviamente, pero son muchas horas. Pues lo que marca la diferencia entre personas, en cuánto a éxito, no se debe solo a sus méritos en el ámbito laboral, sino sobre todo en sus méritos en aquellas horas que no forman parte de la jornada laboral. Pues imaginemos que dos personas, disponen del mismo horario y una de ellas malgasta su tiempo libre viendo la televisión, paseando o aburriéndose, mientras que la otra persona utiliza esas horas para incrementar su red de contactos, para asistir a eventos, para adquirir nuevos conocimientos y habilidades, para conseguir un salario extra, para emprender un nuevo proyecto, entre otras acciones. Pues la diferencia entre ambas personas es abismal. Suponiendo una jornada laboral de 8 horas, las 16 horas restantes son las que marcan la gran diferencia entre personas.
Si destinamos nuestro tiempo correctamente, y de ello obtenemos una serie de beneficios (ya sean económicos, sociales o culturales), dichos beneficios nos permitirán ser más eficientes en nuestro ámbito laboral y no solo eso, sino también ser más eficientes, en nuestro nuevo tiempo libre. Si yo, por ejemplo, trabajo en un banco y durante mi tiempo libre, me dedico a estudiar sobre activos financieros y bursátiles y asisto a conferencias sobre cómo tratar a tus clientes, seguramente en el ámbito laboral seré mucho más eficiente que aquello personas, que malgasta su tiempo libre. Pues, yo conseguiré el éxito y la otra persona no. Por lo tanto, el tiempo es tan importante, que incluso el tiempo libre es el que marca la gran diferencia entre personas. Por ejemplo, pensemos en grandes empresarios, grandes científicos, estas personas generalmente, nunca se jubilan y si lo hacen es porque han sufrido un accidente o una enfermedad grave. Aunque se jubilen, ellos continúan investigando, continúan trabajando de cierta manera, es decir utilizan su tiempo libre.
Ahora estamos en una época de crisis económica internacional, pero años atrás, cuando la economía era boyante, era muy frecuente oír a muchas personas: ‘’A ver cuando me jubilo’’. Era una expresión que cansaba, aburrida, pues la mayoría de personas que utilizaban esa expresión, no solo no han conseguido el éxito, sino que ahora dependen de una pensión, de la cual el gobierno tiene muchos problemas para pagarles. Generalmente las personas exitosas, nunca paran de hacer cosas, utilizan su tiempo libre para enriquecerse personalmente, culturalmente o a nivel financiero.
Señores, utilicen su tiempo, porque un día se les acabará y ya no podrán hacer marcha atrás, el tiempo avanza, cada segundo que pasa, eres propietario de un segundo menos de tu tiempo.
Acerca del autor: Este artículo fue escrito por Eduard Pagès Riberaygua.