Es bien sabida la importancia que tiene el talento humano para el éxito de la empresa. Cualquier acción que se ejecute en la empresa necesariamente incluirá la contribución de un par de manos. Planeación, organización, dirección, coordinación, control y toda función que se lleve a cabo dentro de la organización será realizada y afectará a un grupo de personas, dado que, las empresas en esencia son un conjunto de personas que trabajan de forma articulada, cual sistema, persiguiendo objetivos que favorecen al grupo en general (en común) como particulares o individuales (satisfacción de las necesidades que menciona Maslow).
La Administración por Valores es muy consciente de ello y pone su énfasis sobre el talento humano, puesto que defiende la idea de que un grupo de trabajo que actúe con base en una moral compartida, será un grupo motivado y con ello sinónimo de productividad, conducente a la competitividad, paradigma que toma gran importancia en esta época de mercados saturados y complejos.
La APV resalta entonces el papel del líder de grupo, como guía, ejemplo, baluarte y miembro que marca las pautas necesarias para que sean aprovechadas las virtudes, cualidades, habilidades, aptitudes y competencias de cada uno de sus compañeros o subalternos, en aras de la consecución de los objetivos de la empresa, entre ellos naturalmente, el mantenimiento de un rendimiento constante y elevado, incremento de las utilidades, buen desempeño, excelente clima organizacional y consolidación de una cultura organizacional con la que se sientan identificados no sólo los trabajadores sino también los clientes, con todos los beneficios que esto lleva implícitos. Esta interesante herramienta ofrece los conceptos necesarios para estar constantemente conformando esa cultura a la que hacemos mención.
Existen algunos elementos que componen la estructura teórica de la Administración por Valores y que considero vale la pena resaltar por medio de los siguientes tópicos:
- Posee una triple finalidad: Simplificar, organizar y comprometer son los objetivos que principalmente se propone la APV y ofrece claras pautas para lograrlo.
- El APV permite el re–diseño de culturas y cambio de la visión estratégica: Cambiar totalmente el enfoque de la empresa en forma ordenada y con el riesgo minimizado totalmente son dos posibilidades que ofrece esta interesante tesis.
- Permite la integración de los miembros de la empresa con las políticas de la misma: Que los colaboradores actúen en función de las directrices emitidas desde la alta gerencia y traducidas a ellos por los mandos medios caracteriza a una organización que ha asimilado lo que propone la administración por valores.
- La ética componente esencial dentro de la APV: La concepción de bondad, excelencia, justicia, compromiso y demás elementos componentes de la ética, son vitales para el buen funcionamiento de la organización. La administración por valores articula a esa ética con la moral de la empresa.
En conclusión, la administración por valores es una excelente herramienta para cualquier empresa, puesto que exige de los líderes un buen comportamiento, por ser estos ejemplos de sus co-equiperos, además brinda las herramientas para hacer del clima organizacional algo sumamente cómodo y también para definir una cultura organizacional idónea. Todo esto se traduce al final en empleados motivados, por tener un lugar de trabajo en el que priman los valores y mejora su desempeño, conduciendo al futuro éxito de la organización.